Siempre es posible que el clima juegue una mala pasada justo en el momento de la recolección. Pero todo indica que tendremos un cosechón de soja. En marzo lo sabremos.
En esta campaña la sequía fue el pretexto para sembrar más tarde la oleaginosa. En enero hubo calores excesivos y en febrero, lluvias muy generosas y productores luchando contras las orugas que invaden algunos cultivos. Las estimaciones parten en 53 millones de toneladas a las 55,5 millones, lo que sería un logro y un récord histórico. No somos los únicos. Brasil superará por primera vez a Estados Unidos como principal productor mundial. En el país vecino y socio arrancó la cosecha que se calcula en 90 millones de toneladas, superando a la estadounidense que arrojó 86.6 millones.
Eso sí, este año no hay excusas para que se debilite el precio. De acuerdo con el experto Ricardo Baccarin, la demanda China sigue muy firme, con importaciones que superan las 60 millones de toneladas.
Baccarin observa que los chinos están comprando en el Cono Sur sin anular la provisión en otros destinos. “Puede que afloje un poco la cotización en abril, pero los precios seguirán firmes porque la demanda internacional está muy sólida, pese a que los cosechas son abundantes”.
De acuerdo con la Bolsa de Cereales de Rosario, así como hay zonas complicadas por las excesivas lluvias, hay otras que recibieron precipitaciones moderadas y mantienen altas expectativas de rindes de soja y maíces tardíos.
La Bolsa remarcó que será clave que las lluvias den un respiro los próximos días. Además, destacó “la fuerte y sorpresiva recuperación de la oleaginosa de segunda en áreas en donde las precipitaciones fueron relativamente moderadas. Puntualmente, en el centro y sur de Santa Fe la soja de segunda superó en porte a la de primera”.
La excepción es la zona circundante a General Villegas en la provincia de Buenos Aires con escasos a nulos aportes de agua, señaló el informe.
De acuerdo con la consultora Agritrend, la producción del conjunto de los granos rondaría las 100 millones de toneladas. En divisas por exportaciones, equivale a US$ 30.000 millones y unos 9.000 millones de dólares en retenciones, un verdadero alivio para las cuentas públicas.
En ese resultado, la soja vuelve a ser la reina.