El mercado entra en etapa de definición mientras sigue de cerca la campaña sojera sudamericana, que parece encaminarse a un record productivo. Por el lado de Brasil avanza la cosecha con buenos rendimientos, razón por la cual habrá que estar atento al desempeño de la logística en el vecino país en las próximas semanas donde el clima seco permitirá aumentar el ritmo en los labores de recolección.
Mirando nuestro país los pronósticos auguran interesantes precipitaciones para el inicio del mes de febrero. Lluvias acumuladas en las últimas semanas que permiten una recuperación de la humedad de cara al “segundo tiempo” de la cosecha gruesa. Veremos si el resto de la campaña transita sin sobresaltos.
Otro factor bajista que podría sumar presión al mercado son los embarques que llegarían desde China a Brasil para la carga de mercadería en las próximas semanas situación que acrecienta la posibilidad de cancelaciones de compromisos del “gigante asiático” con proveedores norteamericanos presionando sobre las cotizaciones en Chicago. Recordemos que por el momento la demanda es la principal representante a la hora de sostener los precios. Para esta semana también será importante recordar que se desarrollarán las festividades por el Año Nuevo Lunar chino, hasta el 6 de febrero, es decir no habrá operaciones desde el principal comprador mundial.
En el mercado local la soja cerró la semana con leves alzas ante un repunte del interés por concretar negocios luego de la depreciación cambiaria.
Refiriéndonos al maíz, se registraron subas en el mercado de referencia aunque los precios están muy alejados de los que se registraban a la misma altura del año pasado. Las principales variables que sustentan la recuperación de las cotizaciones son el impulso de la demanda internacional y perspectivas de mermas en el área sembrada en la campaña 14/15 en el “hemisferio norte”, entre el 3 y 4 por ciento.
Si miramos América del Sur, se estima que la siembra de verano en Brasil abarcó 6,4 mill de ha, proyectando una producción de 32 mill de tt a las que se sumarían unas 44 mill de tt de la “safrinha”.
En nuestra zona núcleo, las lluvias de la última semana habrían llegado tarde para el cereal de primera y por lo tanto se estima una merma cercana al 15% en el volumen a cosechar, hasta valores cercanos a 21/22 mill de tt, situación que recortaría el saldo exportable y podría estimular un recorrido alcista para los valores negociados internamente, situación que una vez más estará atada a las idas y vueltas desde lo político.
Para finalizar en trigo, el Consejo Internacional de Granos – CIG, estimó el día jueves un crecimiento de la superficie a cosechar a nivel mundial respecto a la campaña 13/14 de un 2% con una producción cercana a las 697 mill de tt. Habrá una abundante oferta del cereal a nivel mundial, situación que limitará la suba de precios durante el año.
Este panorama bajista a nivel internacional se contrapone con la situación local donde los precios continúan elevados, resultado de las menores producciones de las últimas dos campañas. Por cierto, si bien falta correr mucha agua antes de la próxima campaña, de no mediar cambios muy relevantes el escenario seguirá siendo preocupante respecto al abastecimiento triguero.
Si repasamos los números comerciales, hasta el momento la exportación tiene compras por 1,5 mill de tt, volumen similar al que adquirió la industria. Según cálculos de la Bolsa de Comercio de Rosario “el stock remanente en poder de estos participantes alcanza aproximadamente para un mes de consumo. En términos agregados, el trigo ya negociado representa cerca del 30% de la oferta total de la campaña, sumando un stock inicial de 500.000 toneladas a la cifra de producción obtenida”.
Por último, un párrafo aparte merece la coyuntura nacional. La incertidumbre local nos lleva a repasar la situación desde lo económico donde la consigna parece ser aferrarse a este tipo de cambio hasta mayo. La pregunta es: ¿se llegará? Suba de tasas, caída en el nivel de actividad de corto plazo y suba de un escalón en el ritmo de inflación. Las reservas perforaron – ampliamente – la barrera de los U$S 30.000 millones, aumentó el déficit fiscal, la inflación de enero según mediciones privadas sería la mayor de la última década, superando el 4%.
En síntesis, la historia del tradicional ciclo argentino parece repetirse, siendo la principal causa el creciente déficit fiscal primario financiado con emisión, es decir una mayor cantidad de billetes circulando en la economía, situación que alimentó el proceso inflacionario en un país donde la historia en la materia lo condena. El aumento de precios generalizado de la economía genera día tras día un paulatino atraso en el tipo de cambio y es el responsable de la fuerte salida de capitales.
Tratar de frenar este proceso fue la causa de la instrumentación del cepo, medida que nace de un diagnóstico errado y por lo tanto lejos de solucionar el problema generó un peligroso desdoblamiento cambiario informal que ahora se intenta aplacar pero sin atacar las raíces de estos desequilibrios. En otras palabras, es el caso de un enfermo a quien –a pesar del evidente deterioro en su condición– insiste en tratar solamente los síntomas.
El salto del tipo de cambio nominal acompañado por un aumento de la suba de interés lucen medidas que van en un sentido apropiado, la clave es si el momento y la forma de instrumentación es la adecuada o por el contrario, la falta de credibilidad actual sólo operan en sentido inverso acelerando aún más los desajustes.
Entonces ¿qué cambió? El nuevo tipo de cambio flotará en valores cercanos a $ 8 y las tasas de interés tendrán un piso cercano al 20%. La pregunta entonces es ¿hasta cuándo? En un país donde el largo plazo parece ser marzo.
La apuesta del gobierno es clara: ganar tiempo hasta el ingreso de los dólares con la cosecha de soja y maíz. El costo será la pérdida de reservas hasta niveles que pueden resultar peligrosos. La foto muestra un escenario de estanflación pero la tendencia nos acerca cada día más a una gran crisis, que por el momento sigue siendo evitable.
Para ello será fundamental cambiar el diagnóstico y generar políticas de Estado que permitan recuperar la confianza, tanto ciudadana como internacional, claves que en la actualidad lucen distantes.
En el mientras tanto avanza un nuevo capítulo de la pulseada entre los productores y el gobierno. Una historia que continuará.
Por Lic. Adriano Mandolesi Economista Jefe de Roagro S.R.L / Consultor de Empresas