• De acuerdo a datos oficiales y estimaciones propias quedarían unas 14 millones de toneladas de soja sin vender a fines de enero, distribuidas entre las distintas instalaciones de almacenaje.
• Se trata de una cifra inusualmente alta. Si el patrón de ventas hubiese sido el histórico, las existencias deberían aproximarse a las 8 millones de toneladas para la época del año.
• Un tipo de cambio muy atrasado junto con la modalidad elegida por el gobierno para corregir el problema, gradualista hasta el salto devaluatorio de la última semana, incrementaron los incentivos a retener la soja. Entre los meses de marzo y agosto del 2013 las ventas promediaron las 4,3 millones de toneladas mensuales, entre setiembre y noviembre bajaron a 2,3 millones de toneladas y en los últimos dos meses a 1,6 millones de toneladas.
• Si los productores mantienen el ritmo de ventas de los últimos meses, las divisas potenciales que podrían generarse estarían en un rango de entre US$ 1.600 y US$ 2.000 millones para el bimestre febrero/marzo. Por el contrario, si decidiesen cerrar el ciclo 2012/2013 con existencias similares a las del ciclo previo deberían volcar al mercado unas 9 millones de toneladas en el próximo bimestre (4,5 millones mensuales), que representan unos US$ 4.590 millones a los precios externos actuales.
• El escenario hipotético de aceleración en las ventas tiene baja probabilidad de ocurrencia. A pesar que el gobierno ha anunciado una paridad de equilibrio en el tipo de cambio y que la política monetaria se ha vuelto considerablemente más restrictiva, queda pendiente la implementación de un programa consistente para atacar el problema inflacionario y reducir el posible paso a precios del salto devaluatorio.
Juan Manuel Garzón es economista de la fundación Mediterránea
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