El algodón es un cultivo tropical, perenne de crecimiento anual estival, lento al inicio del ciclo, por lo tanto, el cierre del entresurco se retrasa y lo hace pobre competidor con las malezas. Por lo tanto, la competencia inicial del cultivo no es muy efectiva. El período crítico varía de 4 a 10 semanas, dependiendo de las condiciones climáticas, la densidad y especies de malezas involucradas.
La convivencia de malezas durante toda la temporada, causa la mayor pérdida de rendimiento, por lo tanto, las que germinan antes o conjuntamente con el cultivo producen los mayores daños, debido a la competencia por los factores de producción con el cultivo.
Las que emergen tardíamente pueden interferir con la defoliación y cosecha pudiendo bajar el grado comercial de la fibra debido al manchado, excesiva humedad y cuerpos extraños que aportan. De otra forma no se pondría tanto esfuerzo, tiempo y recursos para manejarlas.
Desde el punto de vista económico las malezas presentan un costo sobre la producción de algodón, que se lo puede dividir en el costo de control (medidas tomadas para su eliminación) y las pérdidas directas de algodón debido a la competencia.
Los productores algodoneros deben manejar alrededor de unas 20 especies, algunas de ellas de difícil control. Los primeros y más críticos pasos para lograr el manejo integrado de malezas es identificarlas correctamente. Sin una adecuada identificación no se puede lograr un control eficiente o sugerir un manejo adecuado.
Aplicaciones de Presiembra
Para eliminar las malezas presentes en el barbecho, bajo el sistema de producción actual, que se basa en emplear variedades resistentes a glifosato y lepidópteros, acortamiento del entresurco (0,32 a 0,75 m) y en siembra directa, las aplicaciones de herbicidas de presiembra deben cubrir dos situaciones de manejo:
1) La desecación de malezas de ciclo invernal presentes en el barbecho. El herbicida más utilizado es el glifosato sin efecto residual, por lo tanto, no causa daño al cultivo que le sigue en la siembra. El algodón se puede sembrar desde el día cero de la INTA Centro Regional Chaco Formosa.
2) Y la aplicación de productos que tengan acción de control de malezas durante la primera fase de desarrollo del cultivo, o sea con efecto residual. Se aplican en labranza convencional dado que la trifluralina (el herbicida de presiembra más difundido) requiere incorporación para evitar la fotodescomposición, aunque es una práctica que no se realiza en la actualidad.
Aplicaciones de Preemergencia
Los herbicidas de preemergencia disponibles para ser usados en algodón son efectivos sobre muchas gramíneas anuales y algunas latifoliadas anuales de semillas pequeñas, a menudo no controlan las que germinan de profundidad como es el caso de enredadera (Ipomoea nil). Son efectivos porque controlan las malezas susceptibles en la época temprana, antes que disminuya la humedad y nutrientes del suelo (Ej. pendimetalin, prometrina, diuron, acetoclor o metolaclor).
Algunos herbicidas preemergentes como diuron o prometrina (si se la adiciona un surfactante o aceite agrícola) tienen acción de contacto sobre las malezas pequeñas.
Para ampliar el espectro de control se usan combinados con acetoclor o metolaclor.
Aplicaciones en Post-emergencia
La aplicación de herbicidas en postemergencia es una herramienta que posibilita la selección de los productos y la dosis a usar en base a la infestación de malezas presentes en el cultivo. Esta estrategia proporciona flexibilidad en el manejo y evita la competencia de las malezas con el algodón que emergen posteriormente y dominan rápidamente el ambiente.
Las gramíneas son fácilmente controladas con los herbicidas específicos graminicidas aplicados en macollaje en especies anuales y con sorgos de Alepo de 20-25 cm de altura y en cualquier estado de desarrollo del algodón.
Los mejores resultados de las aplicaciones postemergentes se logran con el estado adecuado de crecimiento del cultivo, teniendo en cuenta la selectividad (algodón de 5 hojas) y también el tamaño de la maleza (2 a 4 hojas o antes de macollaje en las gramíneas).
Destrucción Química de los Rastrojo
La destrucción de los rastrojos es una práctica obligatoria para el cultivo de algodón y tiene como finalidad principal evitar la fuente de alimentación y reproducción de determinadas plagas y enfermedades. Tradicionalmente, este manejo se realizaba por métodos mecánicos (rastras, arados), los cuales destruyen la parte aérea y el sistema radicular de las plantas del algodón y de esa forma se evitan el rebrote. La adopción de la siembra directa para mantener la cobertura del suelo, incrementar la estabilidad de los contenidos de materia orgánica, conservar la humedad, reducir la amplitudes térmicas, impiden el uso de esas herramientas. Mediante la aplicación de herbicidas en la etapa final del cultivo permite destruir las plantas del cultivo sin perturbar el suelo.