Por Julián Guarino

Nunca como hasta ahora se ha puesto tanto el foco en el futuro de la tasa de interés. Mal que les pese a algunos, el costo del dinero (en 20% anual) es hoy el epicentro de una pulseada entre el Palacio de Hacienda y el Banco Central. Y es que en un contexto donde el dólar blue ya roza los $ 12 y las reservas del BCRA se acomodan por debajo de los u$s 30.000 millones, cualquier decisión reúne pros y contras que habrá que considerar.

El dato es el siguiente: cada diciembre, el BCRA expande la base monetaria en un 12% pero acto seguido, en enero, retira una buena parte de esos pesos emitidos para financiar gasto público. Sin embargo, en 2013, si bien emitió 12% de la base (unos $ 40.000 millones), sólo retiró del mercado en lo que va de enero $ 2.000 millones, el 10% de lo que había absorbido en 2012 durante el primer mes del año.

La escalada de precios con un piso del 3% mensual para diciembre y enero, y el repunte de las cotizaciones del dólar paralelo, del contado con liquidación y del dólar bolsa evidencian que esos pesos aún están entre nosotros, inquietando variables que otrora se mantenían medianamente estables gracias a que había algunas alternativas menores para dedicarlos como los viajes y turismo, la compra de vehículos o incluso la compra de mercadería importada, todas alternativas que hoy están clausuradas.

Bajo una tormenta de presiones, en el Banco Central parecen convencidos de que llegó el momento de subir la tasa de interés por encima de la inflación, es decir, que en términos reales se vuelva positiva. ¿Podrá? La idea es que si pagan una mejor tasa, la gente dejará de comprar dólares (o mercadería) y buscará el plazo, mientras que los bancos inyectarán más pesos en los bonos de la entidad.

La posición de Kicillof –que en noviembre pensó en implementar el desdoblamiento y crear un dólar turista pero después desistió– es la de cualquier neokeynesiano para quien el mercado es un actor secundario.

Piensa Kicillof: el riesgo es aplastar’ una economía que en 2014 apenas si podrá mantenerse con crecimiento.

Piensa Fábrega: si seguimos emitiendo y no retiramos pesos del mercado, la inflación seguirá persistiendo y el dólar blue hará punta. El presidente del BCRA cree que la suba en la tasa de devaluación y la intervención en el mercado paralelo por medio de bonos que viene realizando en forma masiva la Anses no servirán para revertir la dinámica del stock de divisas si no hay un plan anti inflacionario por parte del Gobierno que empiece a corregir el gasto y la expansión monetaria.

Del otro lado, el soviético, hombre fuerte del Gobierno, ha mostrado poco hasta ahora de su Plan: la suba del recargo del dólar turista al 35%, el incremento de los impuestos internos a los bienes de lujo, el acuerdo de precios, el cierre aún más profundo de las importaciones, y, ahora, el inicio de una negociación con el Club de París.