LONDRINA.- El lanzamiento de nuevas tecnologías y el acceso a las mismas fue observado como uno de los factores que más movimientos y tironeos provocará entre los actores de la cadena de la soja para los próximos años. "Todo cambio tecnológico trae impulsores y también barreras que lo limitan, es un proceso inevitable", afirmó el brasileño Anderson Galvao.
Se descuenta que el recambio tecnológico tendrá un fuerte impacto en la productividad, pero que al mismo tiempo generará un sostenido debate acerca de quienes van a terminar capturando el valor agregado. Todavía queda bastante tela para cortar para saber a ciencia cierta como funcionarán los distintos sistemas de cobro de tecnologías en la semilla y en el grano. "Lo cierto es que en los últimos años los productores de soja venimos invirtiendo cada vez más para ganar cada vez menos", apunta Carlos Blousson, gerente general de Cresud.
Para los que participaron de la jornada de reflexión en la sede de GDM, las tecnologías patentadas jugarán un rol protagónico en los próximos 10 años. Se mencionó que la participación de China como un proveedor alternativo de biotecnología a los Estados Unidos puede modificar la matriz de los negocios. Vaticinan que se viene un escenario muy distinto que dependerá de los marcos legales y regulatorios que se aplique sobre la propiedad intelectual en cada país.
En este sentido, el funcionamiento efectivo del Mercosur estuvo cuestionado por la falta de homogeneidad del marco regulatorio en la región. "A pesar de trabajar en Brasil y Argentina no podemos aprovechar las sinergias por las barreras internas que debemos enfrentar cotidianamente", se lamenta Gerardo Bartolomé, presidente de Don Mario.
El nivel de retenciones aplicado a la soja argentina estuvo presente cuando se debatió quién se lleva la mayor tajada en la captura de valor de la cadena de la soja. Se concluyó que en Brasil donde los suelos funcionan sólo como un sustrato, para hacerlos producir están obligados a aplicar altas dosis de correctores y fertilizantes. No tienen ningún margen económico para soportar una quita por retenciones. En cambio, en la Argentina se pueden aplicar las retenciones a fuerza de hipotecar el suelo y sus nutrientes. La misma hipoteca que se paga por la falta de rotaciones con otros cultivos. La sustentabilidad del modelo también jugará su partido en el futuro.