De ese modo, pareciera que la aceleración de la inflación en el segundo semestre del año disparó la clásica carrera mes tras mes entre precios e ingresos de la población asalariada.

Eso es lo que parecen indicar los resultados del índice general de expectativas económicas (IGEE), que relevan regularmente la Universidad Católica Argentina (UCA) y TNS-Gallup. Los registros mejoraron en agosto, cuando el medio aguinaldo quedó exento del pago del impuesto a las ganancias. El humor volvió a mejorar en la medición de septiembre, cuando el ingreso de bolsillo de muchos asalariados mejoró por la elevación del mínimo no imponible que dispuso el Gobierno.

Pero en octubre, justo en el mes de las elecciones, volvió el pesimismo. En noviembre el índice general volvió a caer, esta vez 2% respecto del mes anterior. Pero el humor empeoró 4,9% respecto de la evaluación de la situación actual de la economía. Las expectativas sobre los próximos seis meses empeoraron 2,1 por ciento, mientras que la única mejora estuvo en la valoración del momento para comprar electrodomésticos, que mejoró 1,6 por ciento.


Con todo, el humor de los argentinos respecto de la economía terminó noviembre 2,7% mejor que un año atrás. La medición no fue afectada por los cambios de gabinete ni las primeras medidas anunciadas, que ocurrieron después del cierre de la encuesta.

Preocupación permanente

La preocupación por la inflación y el fracaso de los controles se advierte cuando se pregunta a los encuestados cuánto cree que aumentaron los precios en el último año. Casi dos de cada tres contestaron "mucho" el mes pasado.

Esa proporción se mantiene con ligeras variaciones desde noviembre de 2011, lejos del peor resultado registrado en abril de 2008, cuando en medio de la crisis del campo y en un fenomenal retroceso de las expectativas el 87% de la gente veía que los precios habían aumentado "mucho". La percepción de que la inflación es alta es mayor entre los segmentos de entre 25 y 34 años (71% contra 65% de promedio general), entre los de poder adquisitivo alto (84%) y en el interior del país (70%).

Respecto de la situación actual se registró una caída muy importante del optimismo de octubre a noviembre. Los que creían que la situación actual es muy o bastante buena eran el 22% de los entrevistados. Cayeron el mes último a sólo 14%. Los pesimistas, que eran sólo el 35% en septiembre, pasaron dos meses después al 46%. Son los niveles más altos para las visiones más negativas y los más bajos de optimismo que se registran en más de un año.

La encuesta incluyó 1003 entrevistas a personas de 18 y más años entre el 15 y el 22 de noviembre y con alcance nacional.