MONTEVIDEO.- El gobierno uruguayo parece haberse convencido de que no puede esperar nada bueno de la Argentina , que es posible que la imaginación kirchnerista imponga nuevas complicaciones a la relación y que debe lograr un acuerdo con los otros socios del Mercosur para lograr la anhelada apertura del bloque y firmar acuerdos comerciales con otros países y bloques.
El diagnóstico que hace Uruguay de la situación argentina es preocupante: el vicepresidente Danilo Astori declaró que "los fundamentos de la economía argentina están cada vez peor", lo que se expresa en "alta inflación, caída de reservas internacionales, pobre crecimiento y un enfoque muy proteccionista y cerrado de la economía, que sólo puede traer mayores problemas de los que ya tiene".
El presidente José Mujica, que prefiere evitar comentarios públicos que generen más irritación en la administración Kirchner, trata de conseguir el apoyo de Brasil, Venezuela y Paraguay para concretar de una buena vez un tratado con la Unión Europea y evitar, de ese modo, los obstáculos que parece poner la Argentina para frenar acuerdos del Mercosur con otros países.
Mujica cree que es posible un acuerdo marco para que los miembros del bloque vayan en "dos velocidades". Paraguay y Uruguay quieren avanzar lo más rápido posible; Brasil, hacerlo a su ritmo, pero sin quedar prisionero del gobierno kirchnerista; Venezuela podría avalar el tratado, pero sin meterse (no tiene interés el gobierno de Nicolás Maduro, y Europa prefiere que Venezuela quede a la espera).
Por eso, el presidente de Uruguay recibió en su despacho montevideano a su par de Paraguay, Horacio Cartes, luego se fue a Brasilia para conversar con Dilma Rousseff y después viajó a Caracas para hablar con Maduro.
Mujica dijo a su gabinete ministerial que confía en que esta vez sí haya acuerdo con Europa.
La economía uruguaya está creciendo hace más de una década, pero en los últimos meses se han dado complicaciones por la demanda externa, fundamentalmente en la relación con la Argentina. Las exportaciones a ese mercado se han frenado en las últimas semanas porque la Secretaría de Comercio Interior de ese país no entrega las declaraciones para importación de productos uruguayos.
El vicepresidente Astori reclamaba en la interna del gobierno del Frente Amplio que se tomaran medidas para una mejor inserción comercial del país. Mujica encontró esa fórmula con la UE para lograr un acuerdo que no implique resquebrajamientos en la interna del Mercosur.
Astori admitió este fin de semana que con la Argentina hay "una relación que pasa por momentos muy difíciles", y destacó que eso "no es sólo por razones comerciales". Hizo referencia directa a cuestiones de las últimas semanas que inquietan a operadores privados y a autoridades de Uruguay.
"También tenemos una influencia importante de la Argentina en aspectos infraestructurales que son decisivos; no le quiero quitar importancia a lo comercial, pero cuando la Argentina anuncia que va a cambiar el trazado de un canal está afectando directamente a Uruguay", expresó el vicepresidente.
Afirmó que "cuando (el gobierno de Cristina Kirchner) prohíbe que la mercadería argentina se transborde en puertos uruguayos, está generando un daño tremendo" y que "cuando demora el dragado del canal Martín García (también) está originando dificultades".
Frente a eso, Astori dijo que hay "dos grandes caminos: la confrontación o la negociación". En ese sentido, expresó que "el camino de la confrontación no es el adecuado, porque romper todos los puentes no conduce a nada" y que, por lo tanto, "hay que seguir trabajando con paciencia y firmeza al mismo tiempo".
Astori realizó estas declaraciones durante una visita a Fray Bentos, donde está la planta de pasta de celulosa de UPM (ex Botnia). Allí aseguró que Uruguay contará con una tercera fábrica de estas características. Además de ésa y la de Montes del Plata (que el consorcio que integran la suecofinesa Stora Enso y la chilena Aruco construye en Colonia), habrá otra de UPM que se instalará en el este del país.