En su último reporte de cultivos, el Instituto de Clima y Agua - Red de Extensionistas del INTA, informó que con la típica oscilación térmica de la estación, que se acentuó al promediar la semana pasada, se observó un marcado descenso de la temperatura, y nuevas precipitaciones sectorizadas.

En lo concerniente a la temperatura, la zona involucrada con los descensos más notables, en las que a intemperie registraron mínimas cercanas a los 1-2 °C, corresponde al extremo sur de la región agrícola pampeana. No obstante, no se espera que ello haya generado daños, debido al estado de los cultivos, tanto por su fenología como por su buen estado por la ocurrencia de frecuentes lluvias.

Al respecto, las precipitaciones ocurridas en la semana con mayores aportes, se concentraron sobre la parte del corredor centro-sudeste bonaerense y sobre gran parte de Entre Ríos, donde se dieron lluvias de milimetrajes altos, entre 40 y 50 mm. en Paraná y Gualeguaychú, y hasta 85 mm en Concordia. En esa zona se ha podido retomar la siembra de maíz que venía muy demorada.

También venía con demoras en su instalación el arroz en Entre Ríos, debido a la escasa humedad en la cama de siembra, situación que ahora se podrá ir revirtiendo.

En el resto del área centro-norte y oeste de la región pampeana se siguen viviendo situaciones diferenciales, dado que hubo algunos chaparrones, lluvias aisladas y lloviznas dispersas en algunos sitios de Santa Fe (11 mm en Reconquista, casi 40 en Sauce Viejo, 23 e Rafaela y 16 en Sunchales) y muy puntuales en el resto del territorio, por lo que la siembra de soja ocurre en forma muy irregular y, en general lenta, a la espera de lluvias más generalizadas. Al respecto, se estima que se llegue a cubrir en esta temporada 20,2 millones de hectáreas. Asimismo, se incrementaría la siembra de maíz de segunda, que según como marchen las condiciones climáticas, podría haber generar muy buenos rendimientos.

El sector sur y sudeste bonaerense sigue siendo la parte de la región pampeana más beneficiada en lluvias, así como los cultivos de invierno, en particular trigo y cebada que predominan en la zona. Los registros más abundantes cubrieron buena parte del centro-sur de la provincia (entre 15 y 30 mm en Azul, Olavarría, Bolívar y Mar del Plata y 50 mm en Tandil), entre otros sitios de esta provincia.

La mayoría de los cultivos de invierno estaban entrando en etapas críticas de su desarrollo, soportando distintos grados de estrés hídrico, por lo que es de esperar una aceptable recuperación y expresión de rendimientos finales.

Dichos aportes también impactan favorablemente en la siembra de grano grueso, por una parte sobre los lotes sembrados en regulares condiciones de humedad, los que ahora podrán emerger con mejores posibilidades.

Las forrajeras también se vieron beneficiadas con las precipitaciones, ya que los rebrotes se venían ralentizando por las condiciones ajustadas de humedad y temperatura. Las alfalfas son las que mejor se proyectan, los verdeos de invierno comienzan a encañar y entregar los últimos pastoreos. Los “feedlots” entran a desocupar estacionalmente sus corrales, programándose la nueva tanda de entrada de animales para engorde.

 

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