Para acercarle información más precisa a los productores, Syngenta organizó tres jornadas de actualización técnica en las zonas donde se concentra la mayor cantidad de hectáreas sembradas: La Pampa, Chaco y sur de la provincia de Buenos Aires. En ese marco se abordaron todas las variables que hacen a una buena campaña, desde híbridos según los suelos de cada región y estrategias de manejo, hasta plagas, palomas y enfermedades.
El girasol arranca una nueva campaña con sus posibilidades intactas y la clave para lograr la cosecha deseada reside una vez más en las alternativas de manejo y en la tecnología a emplear, materias en las que Syngenta es líder a nivel global.
Entre los múltiples temas que hoy preocupan al productor se incluyen los alquileres, las malezas, el panorama comercial y la elección de híbridos e insumos. Sin embargo, en un contexto en el que su cultivo ha sido desplazado hacia zonas marginales, el girasol sigue se mantiene como una opción rentable. En la última campaña se registraron rindes superiores a los 3.000 kilos por hectárea, con una fuerte participación del maíz como cultivo antecesor.
Girasol al sur
Para la zona sur de la provincia de Buenos Aires –donde el ambiente, el
viento y la humedad relativa condicionan las aeroaplicaciones– se recomendó
orientar los picos hacia abajo o adelante y se señaló que el tamaño ideal de la
gota para aplicar fungicidas es de entre 100 y 300 micrones. Según la ingeniera
Natalí Lazzaro, del Grupo girasol y patologías vegetales del INTA Balcarce, se
debe prestar especial atención a las enfermedades de fin de ciclo que causan
manchas foliares en un período crítico, y cuyo daño perjudica el número y peso
de los granos y el contenido final de aceite.
Sobre el tema de las malezas, las especies problemáticas en la zona son rama negra, cucumis (una cucurbitácea), soja guacha, Oxypetalum, cardo ruso, abrojo chico y pasto cuaresma. La recomendación es controlarlas en los primeros estadios y rotar activos para no usar sólo glifosato.
Entre los materiales convencionales para la zona se destacó la excelente performance de SYN3840 y DK4065, que siguen demostrando gran estabilidad, con altísimo potencial de rendimiento y materia grasa. En tanto, las novedades fueron los híbridos SYN3970 CL y SYN4070 CL.
Recomendaciones para el oeste
Las palomas son un gran problema para la zona de La Pampa y sur de Córdoba, ya que afectan grandes áreas de girasol, donde dañan capítulos y reducen los rindes de manera significativa. Ante esta situación se recomendó utilizar híbridos inclinadores que desalienten el ataque de estas aves, algo que en general se produce en los estados fenológicos R8 y R9. Según planteó el ingeniero Sebastian Zuil, del INTA Reconquista, es aconsejable bajar la densidad para favorecer la inclinación de capítulo, que para el oeste puede ser de 40 mil plantas por hectárea, o 30 mil si se trata de un material CL (siempre según el híbrido en cuestión).
Los materiales recomendados para la zona se evalúan en más de 96 localidades de todo el país antes de que lleguen al mercado para ser comercializados, un proceso que en general toma unos seis años de desarrollo e investigación. Un híbrido ideal para la zona del oeste más seco es el DK4045, que soporta estrés hídrico y térmico y daño por palomas. En cambio, para el oeste húmedo, más fértil, se recomiendan híbridos como el DK4065 y SYN3840. La gran novedad para la campaña 2013 son dos nuevos híbridos resistentes a imidazolinonas, como el SYN3970 CL y el SYN4070 CL, dos materiales con tecnología Clearfield, cuyos rendimientos no sólo han superado en 30 por ciento a los híbridos más rendidores en su categoría, sino que están a la par de muchos de los convencionales.
Tanto en el oeste como en el sur de la provincia de Buenos Aires, las enfermedades de fin de ciclo son las que más incidencia tienen y es de esperar para la campaña venidera la presencia de Alternaria, Phoma, Septoriosis y roya negra en siembras tardías. En los últimos años se observó una mayor presencia de mancha olivácea, una enfermedad causada por la fase sexual de Albugo tragopognis. Para controlarlas se recomiendan las mezclas de triazoles y estrobilurinas (Amistar Top), que en numerosos ensayos realizados en la zona permiten rindes de entre 470 y 1.500 kilogramos por hectárea por encima de los casos testigos.
El noreste argentino, con su propio panorama sanitario
En la región Chaco santiagueña, el girasol se mantiene en aumento en cantidad
de hectáreas sembradas y en rendimientos, pero el clima tropical es determinante
en la variedad de plagas y enfermedades que aparecen.
Las plagas varían año a año según la condición climática. En las primeras etapas del cultivo hay que prestar atención a las hormigas, gusano alambre, chinche diminuta (Nysius sp.) y tenebriónidos entre otros. Desde botón floral hasta floración, y en llenado de grano, es normal la presencia de Rachiplusia (umbral de no más de 8 orugas de 1,5 cm de largo por planta), Pseudoplusia, trips y arañuelas, mosquita del capítulo y mosca del tallo. En primaveras secas puede haber también ataque de tucuras (umbral de daño de 4 a 6 por metro cuadrado).
Entre los productos más eficientes se destacó el uso de Curyom para el control de defoliadoras con excelente poder residual, y Karate Zeon5CS para el manejo de gusanos cortadores, isoca medidora y oruga militar tardía.
Respecto de las enfermedades, desde la siembra hasta germinación suele aparecer el complejo de hongos que determina el damping off, compuesto básicamente por Pythium y Phytophthora, que se evitan mediante el uso de semillas tratadas profesionalmente. Entre las enfermedades foliares en planta adulta se encuentran Alternaria helianthi, roya blanca o falsa roya, roya negra, mancha negra del tallo (Phoma macdonaldii), cancro del tallo (Diaporthe helianthi) y mildiu.
En cuanto a híbridos, para la próxima campaña se presentaron materiales de gran estabilidad y excelente potencial de rendimiento, como DK4045, DK4065 y SYN3840.
En materiales con alto contenido de oleico, la recomendación para todas las zonas son los híbridos DKOP3945 y SYN3950HO, que superan con amplitud el 80 por ciento de oleico que exige la industria y que son materiales con excelente estabilidad y adaptabilidad.