Así lo indicó Mariana Díaz, periodista ambiental de C5N y directora de comunicación de la Fundación R21, durante el XX Congreso Nacional CREA que se desarrollará hasta el próximo viernes en la ciudad de Córdoba.
La periodista recalcó que hoy el mundo tiene 7000 millones de personas para alimentar. Eso exige producir cada vez más y mejores alimentos, “pero en el contexto de un planeta sano que nos brinde las materias primas necesarias”.
Hoy el planeta no está sano, expresó la oradora, quien recordó que el 40 % de los océanos están cubiertos por islas de basura y se está deforestando un área equivalente a cancha de fútbol cada dos segundos.
Para revertir esa situación, Díaz convocó a “la revolución de la sostenibilidad”, que demandará superar falsos dilemas, por ejemplo, la dicotomía entre medioambiente y desarrollo. “Necesitamos de ambas cosas para poder construir nuestro futuro”, dijo.
De producirse ese cambio, el panorama es optimista, especialmente para Latinoamérica. “Tenemos la mayor superficie cultivable del mundo y la más alta disponibilidad de agua dulce por persona del planeta”, expresó la oradora.
“Hay que dialogar con el sector financiero”
El economista Iván Ordoñez, especializado en agronegocios, vinculó al futuro del sector agropecuario argentino con los llamados “activos colectivos”. Según explicó, los productores históricamente se preocuparon por los riesgos “tranqueras adentro”, es decir, aquellos intrínsecos a la actividad, como los vinculados con el clima y los precios.
En ese sentido, dijo que “hemos encontrado formas sistémicas de abordar estos riesgos, por ejemplo, a través de la implementación de mejores prácticas, de distintas certificaciones y del uso de coberturas financieras”.
“Hoy quiero hablar de los riesgos que manejamos interactuando con la sociedad, con otros sectores”, dijo Ordoñez, quien se desempeña como gerente financiero de Dactilys. “Ya buscamos reducir los riesgos individualmente. Ahora es el momento de bajarlos de manera colectiva. Para eso hay que charlar con otros sectores, como el financiero”.
En el esquema actual, el mundo financiero presta dinero a quienes tienen garantías. Por ejemplo: tierras. Pero ocurre que el 60% de la agricultura argentina se hace en campos alquilados. Por ende, los productores deben financiarse con fondos propios o con modalidades como pools de siembra. Como consecuencia, no sólo se perjudican los productores. “Eso impone la necesidad de hacer comprender al sector financiero que el mejor productor no es el que tiene tierras, sino aquel que logra asegurar un flujo de ingresos estable que le permita repagar el crédito”, indicó.
“El diálogo tiene que surgir desde nosotros hacia afuera. La propuesta no llega del otro lado. Me imagino un futuro lleno de activos colectivos, de gente dialogando para resolver los problemas, al darse cuenta de que se están agotando aquellas soluciones individuales que corren solamente por cuenta propia”, concluyó Ordoñez.
“El arte puede transformar”
“Ver a un niño tocando el violín en una villa genera un contraste muy fuerte. Pero es maravilloso que alguien piense en ese modelo de país y de planeta. Tenemos que empezar a revisar nuestra educación y nuestra cultura”. La frase pertenece a Milo Lockett, artista plástico chaqueño que dona anualmente un promedio de 40 obras para subastas a beneficio del Hospital Pediátrico de Resistencia.
“El arte es un derecho que tiene toda la sociedad. Todos tenemos derecho a participar en el mundo del arte. Pero debemos hacer hincapié en los sectores más vulnerables”, dijo.
Una anécdota: en los últimos cinco años, Lockett viajó mucho por la Argentina. Así conoció a una docente, en Mendoza, que en el año 2008 fundó, “en el medio de una nada”, un colegio. Tenía 25 alumnos, hijos de puesteros. “En el fondo había un corral con caballos. Le pregunté a la docente si hacían alguna actividad con esos animales y me respondió que no; eran los caballos con los que los chicos llegaban al colegio. ¿No vale la pena pensar que tenemos la oportunidad de dar una mejor formación y educación a esos chicos?”, cuestionó el orador.
“Discutir ideas, no personas”
“El sistema político se vició a tal punto que en naciones emblemáticas de la democracia moderna vemos a padres e hijos como presidentes, algo más digno de una monarquía”, opinó Santiago Siri, emprendedor tecnológico y fundador del Partido de la Red (@PartidodelaRed), un emprendimiento para expandir “el ancho de banda” de la participación democrática usando los medios sociales.
“Vengo del mundo de las redes. Nací en 1983 y viví toda mi vida en democracia”, dijo. Y señaló que existen tres tipos de redes:
- Redes que van de uno a muchos. Por ejemplo, una monarquía, con un rey decidiendo los destinos de muchísimos súbditos.
- Redes que van de pocos a muchos. Es el modelo industrial; de pocas empresas, a muchos consumidores. De pocos políticos, a muchos ciudadanos. “Este es el mundo que nos gobierna”, expresó.
- Redes descentralizadas. “Internet es un ejemplo de red distribuida, donde la estructura es lo más fuerte. De hecho, fue creada en los años 60 para resistir la posibilidad de una guerra nuclear”, expresó. “Internet llegó a un tercio humanidad en dos década, mucho más rápido que la televisión, la radio y por supuesto, que la imprenta. La Argentina ya tiene un 60% acceso a internet. Anular –no achicar- la brecha digital es fundamental, es el derecho de acceder al conocimiento y al mundo”.
“La sociedad hoy se acostumbró a interactuar en todo… menos en política. Votamos cada dos años. Algo ridículo frente a las tecnologías actuales. Medido en términos informáticos, es como si fueran dos bytes. Un emoticón. Eso es lo que aportamos al sistema político como input. Ojalá que dentro de unos años miremos para atrás, y el hecho de haber votado cada dos años nos parezca tan ridículo como haber prohibido el voto femenino”, explicó Siri.
“Fundamentalmente, se trata de discutir ideas, y no personas. No se trata de que se vayan todos, sino de que entren todos. Hoy podemos lograrlo”, concluyó.