El artículo, que fue presentado en el XX Congreso Nacional CREA que se está realizando en la ciudad de Córdoba, se reproduce de manera íntegra a continuación.
El negocio de la Argentina es y ha sido siempre alimentar al mundo. Los empresarios agropecuarios argentinos han alcanzado ese logro no por las ventajas naturales presentes en el territorio, sino por contar con un espíritu emprendedor.
Otros países del mundo, si bien cuentan con suelos fértiles y un clima similar al presente en la Argentina, no logran generar resultados económicos significativos.
El espíritu emprendedor del productor argentino está forjado en el conocimiento científico y una sólida formación comercial. A partir de la combinación de ambos factores los empresarios agropecuarios argentinos pudieron incrementar la producción de granos en un 260% entre 1989 y 2012 a pesar de contar, muchas veces, con condiciones locales adversas.
Los empresarios agropecuarios argentinos han sido siempre los mejores en lo que respecta al seguimiento de las tendencias de mercado mundiales, demostrando grandes habilidades tanto productivas como comerciales. Y el Movimiento CREA desempeñó un papel decisivo en ese proceso al promover la generación de conocimiento y el intercambio de información.
Sin embargo, ¿puede el modelo productivo argentino, basado en la exportación de commodities agrícolas, ser considerado un modelo sostenible ? La respuesta es sí, pero siempre y cuando se mantengan flexibles y abiertos a nuevos desafíos. ¿Y cuáles son tales desafíos? Veamos.
Tendencia Número 1. La crisis financiera internacional de 2008 no quebró el orden económico mundial
Cinco años después de la crisis de 2008 podemos observar que los fundamentos de la economía mundial no han cambiado: aún tenemos un mercado global y el espíritu emprender es todavía la clave del crecimiento. No ha aparecido ningún modelo alternativo. Ningún gobierno ha optado por el proteccionismo o bien por aplicar una devaluación competitiva.
A pesar de la retórica recalcitrante presente en número limitado de naciones, el libre mercado aún constituye el mejor sistema posible. Está lejos de ser perfecto. La crisis es intrínseca al sistema mismo ¿Por qué? Porque el libre mercado requiere innovación y la innovación requiere tanto de los fracasos como de los éxitos. El proceso es conocido como destrucción creativa. Dicho proceso ha sido la causa de la última crisis, así como también de las crisis anteriores. La destrucción creativa ha sido problemática en el pasado y lo será seguramente en el futuro.
Además, no podemos prever una crisis y probablemente no podemos tampoco prevenirla. Pero, ante esa situación, la política no debe reaccionar exageradamente, porque eso puede hacer que la crisis sea más profunda y extensa. Estamos mejor trabajando en el marco de un sistema que ha mejora nuestras vidas como ningún otro sistema lo ha hecho.
Tendencia Número 2. Los parámetros productivos cambiarán: los precios probablemente descenderán
En el largo plazo los precios caerán. Esto puede resultar paradójico y necesita ser explicado. Veamos.
1. El costo de la energía descenderá porque nuevas fuentes de recursos naturales aparecerán, aunque la mayor parte será de energías no renovables, especialmente en lo que respecta a producción de shale gas (gas no convencional que se encuentra en formaciones rocosas sedimentarias). El shale gas está llamado a ser la energía del futuro a medida porque es un recurso presente en muchas regiones del mundo (en la Argentina el principal yacimiento de este recurso se encuentra en la formación petrolífera de Vaca Muerta).
2. Las patentes serán cada vez más difíciles de proteger por una mayor competencia y un crecimiento de la piratería. Las industrias químicas, farmacéuticas y de semillas se verán obligadas a trabajar con precios decrecientes.
3. Los precios del transporte también caerán a medida que se implementen infraestructuras más eficientes en todo el orbe.
Estas fuerzas reductoras de costos promoverán la aparición de nuevos participantes en el negocio a medida que los costos de entrada al mismo sean cada vez menores. Esa mayor competencia generará a su vez menores precios.
¿Quiénes se beneficiarán de ese proceso de destrucción creativa que renovará al mercado? Favorecerá a aquellos que puedan entender que las nuevas grandes tendencias mundiales son una oportunidad antes que una amenaza.
Tendencia Número 3. Muchas marcas pasarán a ser commodities.
La ventaja competitiva del sector agrícola argentino podría esfumarse el día de mañana si la biotecnología permite producir cualquier cultivo en cualquier región del mundo. Eso probablemente pueda ocurrir en el futuro.
Otra tecnología en formación es la capacidad de generar carne a partir del cultivo de células. Si bien por el momento se trata de una tecnología en estado experimental, en algún momento podría llegar a generar alimentos que compitan con aquellos provenientes de animales vivos.
Más allá de cuáles sean las amenazas que nos depara el futuro, la respuesta más adecuada para enfrentarlas será siempre la creación de una marca sólida que garantice calidad tanto del producto como del servicio de venta.
"Made in Argentina" debería ser una construcción asociada a esos desafíos. Una marca sólida, además de una diferenciación con los competidores, permite contar con una suerte de amortiguador contra la volatilidad de precios. El mercado siempre determinará los precios, pero una marca basada en la calidad podrán compensar parcialmente la inevitable variación de precios presente en todo mercado.
Tendencia Número 4. Cambios en los patrones de consumo de alimentos.
Muchos asiáticos han adoptado patrones de consumo occidentales al incrementar la ingesta de carne. Ese proceso fue muy favorable para la Argentina. Pero ese proceso podría cambiar si, por ejemplo, en las principales naciones occidentales –y posteriormente en las asiáticas– avanza la tendencia a consumir más vegetales en desmedro de carne.
Recuerden que los asiáticos tienen una larga tradición en lo que respecta a obtener proteínas a través de insectos: eso podría ser considerado a una escala industrial; de hecho, es algo ya está ocurriendo en algunas regiones asiáticas.
Los patrones de consumo de alimentos pueden cambiar rápidamente por muchos motivos. Es bueno siempre estar alerta ante tales procesos.
Tendencia Número 5. La globalización permanecerá amenazada por el nacionalismo y las ideologías autosuficientes.
El proteccionista en Europa y Japón está más fuerte que nunca: ambos mercados seguirán cerrados. Las negociaciones en proceso que están llevando a cabo la Unión Europea con EE.UU. para establecer un acuerdo de libre comercio tendrán poco impacto en el rubro agrícola.
La única manera de ingresar sin inconvenientes al mercado europeo será ofrecer alimentos muy sofisticados con el respaldo de una sólida marca. Lo mismo se aplica en el mercado estadounidense.
Tendencia Número 6. Las próximos fronteras estarán en India y África.
¿Qué sucedería si China comienza a ser hostil a las importaciones? China podría comenzar a cerrarse para perseguir el sueño de la autosuficiencia alimentaria: algunas voces de la dirigencia política china están promoviendo eso. Eso obligaría al sector agroindustrial argentino a buscar nuevos mercados.
El destino de la agricultura argentina depende del surgimiento de nuevas clases medias. Pero, ¿dónde está la próxima clase media por venir?
En el largo plazo, India podría resultar ser una alternativa más sostenible que China al disponer de una economía más abierta y diversificada. Millones de indios están incorporando hábitos de consumo occidentales. Ese proceso merece un seguimiento más profundo.
Por otra parte, África es actualmente el mercado más promisorio con una clase media emergente del orden de 200 millones de personas. La agricultura africana no está en condiciones de alimentar a esa nueva clase media: Argentina tiene una gran oportunidad en ese mercado, no sólo en lo que respecta a la exportación de alimentos, sino también a la tecnología de producción de los mismos.
Tendencia Número 7. Una Argentina más predecible.
Soy optimista con respecto a la modernización política de la Argentina. Y ese proceso se dará como una necesidad orientada a generar mejoras económicas.
Modernización implica que las reglas de juego instauradas por las leyes prevalecen por encima de las reglas determinadas por el líder, más allá de cuál sea ese líder. ¿Argentina alguna vez podrá instaurar un sistema que reemplace al tradicional autoritarismo político? La respuesta es sí: eso sucederá porque la gente estará más informada con lo que sucede a su alrededor.
En el tiempo de Internet ninguna información podrá ser censurada. La gente percibe progresos afuera que no aparecen en la realidad argentina.
Argentina figura en el número 45 del ranking de desarrollo humano realizado por las Naciones Unidas. Se trata de uno de los puestos más bajos alcanzados por una nación occidental. ¿Saben cuál es la causa de ese deterioro? El hecho de que no existan reglas de juego claras instrumentadas sobre un sistema legal sólido. Pero la gente aprende de sus propios errores y la Argentina ya ha cometido la cantidad suficiente de errores como para volverse una nación racional. Para ustedes el tiempo de la razón es ahora.
La modernización política permitirá promover un futuro económico sostenible, una mejor vida para las nuevas generaciones, una creciente reducción de la pobreza y una sociedad, en definitiva, más civilizada.
¿Por qué menciono a la modernización política en un evento CREA? Ustedes no pueden hacer mucho al respecto. Pero como ciudadanos, a partir de su experiencia, pueden introducir el sentido de la racionalidad en los diferentes ámbitos cívicos, además del pensamiento de largo plazo y la importancia del capital humano.
El Movimiento CREA no es un partido. Pero es una fuente de pensamiento racional. Es lo que necesita la Argentina para pasar de la pasión a la razón y hacer así que los gobiernos y los partidos políticos sean más responsables.
Una pregunta final. ¿Somos lo suficientemente éticos ?
Mi conclusión no será sobre economía sino más bien sobre ética. Nadie podrá negar que el Papa Francisco es un hecho significativo para la realidad argentina. Pero como ciudadanos, ¿están ustedes haciendo lo suficiente? ¿están marcando una diferencia? ¿Están haciendo lo que ustedes consideran ético? Una sociedad mejor comienza con la auto crítica.
La auto crítica es esencial para la civilización occidental: nos hace a todos mejores y mejora la sociedad en la que vivimos. Me parece que de eso se trata este Congreso CREA.
Guy Sorman