Durante el mes de julio este indicador estadístico mayormente se vio confirmado, con destacadas lluvias en el sudoeste de la región pampeana que pueden considerase excepcionales para la época. En el otro extremo, CB padeció la falta de agua y si bien no es un período en que se observen precipitaciones de importancia, las mismas solo se hicieron presentes en forma de modestas lloviznas, con algunas áreas reducidas mejor provistas. La situación se resume gráficamente en el mapa de acumulados mensuales.
Las perturbaciones que avanzaron desde el oeste promovieron una actividad intensa en el norte de los Andes patagónicos, donde los acumulados alcanzaron valores normales o lo superaron. Como puede apreciarse, este comportamiento se extendió hasta sectores costeros, observándose un notable decrecimiento de la oferta de agua desde Chubut hacia Santa Cruz.
Durante los primeros diez días de julio se concretaron las lluvias más
destacadas en el sur de BA, alcanzando por entonces valores que superaban la
media normal de julio. Esta sobreoferta de agua se fortaleció en las últimas
jornadas del mes, donde nuevamente las precipitaciones fueron más generosas en
esta región del país, perdiendo eficiencia al desplazarse hacia el norte. La
configuración que presenta el mapa de acumulados refleja claramente el concepto
inicial, destacándose el corrimiento de la oferta de agua hacia el este. Dentro
de este contexto se han dado excepciones por exceso o por defecto, pero a gran
escala puede decirse que el patrón de lluvias se adaptó a lo esperado.
Concisamente, las lluvias de julio se ajustaron a una distribución geográfica
habitual, debiéndose resaltar como muy favorable la inesperada sobreoferta de
agua observada en el sudoeste de BA. Aparecen otras anomalías positivas, pero
ésta por su ubicación es la más significativa en el resumen del pasado mes.
El comportamiento térmico del mes de julio tuvo en la semana del 18 al 24 su enfriamiento más extremo. Por entonces las temperaturas mostraron desvíos negativos muy destacados, que extendieron su influencia hasta los países vecinos del norte. Por entonces las temperaturas mínimas se ubicaron por debajo de cero en todo el país, claro está no en todos lados con la misma persistencia e intensidad. Esta irrupción de aire polar fue rigurosa pero sin embargo al enmarcarla en todo el período de análisis se aprecia una tendencia de los promedios térmicos hacia los valores normales. Al considerar todo el mes solo el centro sudeste de BA, prevalece con desvíos negativos marcados, lo cual confirma que las otras tres semanas compensaron la irrupción de aire polar más importante del año.
En este sentido el mes de julio de 2012 fue mucho más riguroso. Las temperaturas máximas se vieron ostensiblemente impedidas de crecer cuando se hizo presente el aire polar, sin embargo este comportamiento solo se limitó a este período y en el resumen del mes el promedio tendió a la normalidad o a mostrar desvíos positivos, incluso en el sur de BA. Por consiguiente, de no haber aparecido la semana dominada por el aire polar, deberíamos estar diciendo que hasta el momento el invierno no ha sido riguroso, exceptuando quizá la zona donde habitualmente se concentra el frío, es decir, el centro sudeste de BA.
Tendencias climáticas
En esta época del año no son relevantes los indicadores vinculados al Pacífico Ecuatorial central (El Niño/La Niña). Los mismos se encuentran en estado neutral. UN evento La Niña se reflejaría negativamente en las lluvias de primavera, sin embargo no hay pronósticos que se inclinen por este escenario.
Durante agosto se perfila como lo más probable la continuidad de precipitaciones con tendencia privilegiar el este. Sobre la franja mediterránea las lluvias pueden mejorar, pero en muchos sectores del oeste la oferta normal de agosto no está a la altura de la demanda. Consecuentemente habrá que esperar que la circulación del norte gane persistencia y derive hacia el oeste. Durante el año pasado patrón se anticipó y prevaleció por casi cinco meses. Tan significativa anomalía hoy no se refleja en ningún pronóstico.
El comienzo de las lluvias de primavera suele ser muy irregular. La transición estacional aumenta sustancialmente la variabilidad de las condiciones del tiempo. Hoy la tendencia hacia un patrón normal de precipitaciones, aumentando hacia el oeste conforme transcurre el mes de septiembre, es un escenario con buena probabilidad de ocurrencia.
- Por CCA - exclusivo Agrositio
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