Durante la última semana de julio, sólo se observaron algunas lloviznas dispersas en el todo le centro norte del país, quedando las precipitaciones de mayor importancia concentradas en el sur de BA. En este último sector las lluvias acumuladas promediaron valores cercanos a los 10 milímetros y sólo en áreas reducidas como en la zona de influencia de Tres Arroyos o Dolores, se quebró la barrera de los 20 milímetros.

El frente que aún despliega coberturas nubosas en buena parte de BA, este de CB, SF y ER, se está desplazando en forma lenta y con poca actividad hacia el noreste. No s espera que sobre territorio argentino las nubes logren desarrollo suficiente como para generar precipitaciones destacadas, esto sí es posible de observar en el este de Uruguay y zonas del sur de Brasil. Tras el pasaje frontal toda la región pampeana se enfría, pero las marcas quedarán lejos de los bajos registro observados cuando se produjo la irrupción de aire polar. El tiempo inestable vuelve entre lunes y martes. Pueden reaparecer las lloviznas o lluvias ligeras.

Las lluvias vienen siendo esquivas para la zona núcleo triguera tributaria de Rosario, justamente en su zona de influencia, las reservas de humedad comienzan a mostrar señales de déficit. Si bien la situación no es preocupante, se espera con cierta avidez que el mes de agosto logre una mejor perfomance pluvial sobre el sudoeste entrerriano y el sur de SF. El norte de BA, presenta algo más de reservas, lo cual se traduce en mayor margen de tiempo.

En general las lluvias del mes de agosto son, estadísticamente, similares a las del mes de julio. En realidad durante todo el trimestre frío se potencian las diferencias pluviales entre el este húmedo y el oeste seco. Si bien el mes de julio tendió a cumplir con este patrón hubo algunas irregularidades que a esta altura pueden catalogarse como benéficas. El sector mejor provisto fue sin dudas el sur de BA, donde el piso de las precipitaciones estuvo cercano a los valores normales. En el sudoeste de BA, por ejemplo hubo zonas que superaron los 60 milímetros, casi tres veces el valor normal de julio. Si se considera que en el sur de la región pampeana, el área triguera puede alcanzar el 60 por ciento del cobertura apta para este cultivo a nivel nacional, es obvio que el contexto climático en esta campaña no está siendo el responsable de que estos guarismos no se logren. El productor que se arriesgó hacer algún cultivo de la fina en el sur, hoy debe estar satisfecho con su decisión, al menos el potencial de desarrollo del cultivo está cubierto hasta la llegada de las lluvias de primavera.

En el horizonte cercano o en el mediano plazo no aparecen situaciones de sobreoferta de agua como las que se dieron a comienzos de agosto del año pasado. Como decíamos anteriormente, es probable que las lluvias en la franja central, experimenten una mejora en el mes de agosto, sin embargo es poco probable que este repunte pluvial tenga un impacto importante en CB. Esta provincia se sostiene con buenas reservas en el centro este y tal vez en el noreste, quedando el resto del territorio muy ajustado en el nivel de reservas.

Igualmente, queda claro que la gran expectativa agrícola no está puesta en la campaña de granos finos, sino en el comienzo de la gruesa. Hoy se habla más del equilibrio de conveniencias entre cuestiones de economía y de manejo al optar entre soja ó maíz. Mientras que la ecuación económica se inclina a favor de la soja, los campos que vienen con poca rotación se ven exigidos al desdeñar la saludable alternancia de cultivos. Nuevamente las políticas de estado subyacen en todas las decisiones. Como sea y volviendo al clima, a principios de septiembre el panorama de lluvias deberá presentarse mejorado, tanto para el comienzo de la floración de los trigales más tempranos, como para aquellos productores que decidan sembrar maíz.

  • Por CCA - exclusivo Agrositio
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