Según Poliarquía, un mes atrás, Massa superaba a Insaurralde 33,7 por ciento a 22,8%. Ahora la diferencia es de apenas 5 puntos: 32,5% para el primero y 27,4% para el segundo. Fabián Perechodnik, director de la consultora que realizó ambas muestras, me respondió: A partir de ahora puede pasar cualquier cosa. Depende, más que nada, de la campaña que decida hacer Massa. Perechodnik cree que Insaurralde puede crecer más todavía. E incluso superar los 30 puntos.

También considera que parte de ese crecimiento puede significar una caída en el porcentaje de votos de Massa. En especial, de parte del 25% que se mostró dispuesto a elegirlo, pero que todavía se siente cerca de Cristina Fernández y del gobernador Daniel Scioli. ¿Qué haría el consultor si estuviese en la piel del intendente? Iría a buscar los votos de los candidatos más opositores, como Francisco De Narváez o Margarita Stolbizer. Ahí tiene un 30% del padrón que podría llegar a elegirlo.

En cambio, los que se sienten cercanos al kirchnerismo, a la hora de los bifes, lo van a terminar votando a Insaurralde. No era la idea original de Massa. El ex jefe de gabinete siempre pensó que si caminaba por una ancha avenida equidistante del kirchnerismo duro y de la oposición más cerrada, iba a terminar recibiendo los votos de la mayoría, representada por quienes valoran algunas de las cosas que hizo el gobierno y no soportan su autoritarismo, su prepotencia y su soberbia. Mariel Fornoni, de Managment & Fit, comparte, en términos generales, el pensamiento de su colega de Poliarquía.

Insaurralde aún no llegó a su techo, porque su nivel de desconocimiento bajó, pero todavía hay mucha gente que no sabe quién es. Lo que aparece como un dato muy notable es que (el intendente de Lomas de Zamora) está creciendo mucho en los distritos donde va acompañado por Scioli. Fornoni considera que no es tanto Cristina Fernández sino el gobernador de la provincia el que está operando el milagro de aumentar la intención de voto del candidato oficial.

A ninguno de los dos se le escapa la enorme influencia que tiene el aparato del Estado en estas elecciones legislativas. El Frente para la Victoria tiene dinero (del Estado) para organizar actos y bajadas a los distritos de los que carecen los demás candidatos. La constante aparición de la imagen de sus postulantes en internet supera 20 o 30 veces a la de cualquier adversario. Massa, que no deja nada librado al azar, lo sabe. Y por eso inició, este fin de semana, un frontal ataque a lo peor del kirchnerismo.

A sus figuras más odiadas o más desprestigiadas. El ranking lo encabeza el supersecretario de Comercio y virtual ministro de Economía, Guillermo Moreno, a quien le sigue, muy de cerca, el dirigente social Luis Delía. Contra ellos dos dirigirá sus críticas más duras, y evitará mencionar, para bien o para mal, a la Presidenta o al Gobernador de su provincia, porque con ellos todavía compite para atrapar al mismo tipo de votantes. Si tu pregunta es, a 15 días de las PASO, quien ganará, mi respuesta es que se podría producir un resultado parecido al de las legislativas de (junio) de 2009, afirmó Fornoni.

En aquella oportunidad, De Narváez le ganó, con el 32% de los votos, al ex presidente Néstor Kirchner, quien obtuvo el 30%. La diferencia entre una elección y otra es que esta tiene segunda vuelta porque los principales candidatos se volverán a enfrentar el próximo 27 de octubre.

¿Entonces sí, no importaría si Massa supera a Insaurralde, el domingo 11 de agosto, por uno o por mil votos, porque muchos de quienes elijan a De Narvaéz o a Stolbizer terminarán optando, en octubre, por el intendente de Tigre, por ser el que tiene más chances de ganarle a Cristina Fernández? Perechodnik, por ejemplo, no está tan seguro de que esto suceda automáticamente.

Son elecciones legislativas. No se está votando para Presidente. Quienes opten por colocar a Margarita o a Francisco en el Congreso ¿porqué cambiarían el voto a favor de Massa?. Fornoni, en cambio, cree que el intendente de Tigre se terminará beneficiando. El voto oficialista tiene un techo mucho más bajo que el de la oposición. Y Massa, en octubre, terminará pescando en una laguna mucho más grande que la del gobierno, explicó. Tanto uno como otro consideran que, en este escenario, las dos figuras nacionales que, al principio aparecían afectadas, hoy están obteniendo cierta ventaja de la presente situación.

Hasta hace diez días, ciertos analistas apresurados escribían que Scioli había hipotecado su futuro político al decidir que acompañaría a Cristina una vez más. También presentaban al jefe de Gobierno de la Ciudad, Mauricio Macri, como el dirigente que jamás podría ser candidato a presidente si no ponía un pie en la provincia de Buenos Aires.

Ahora el gobernador se la pasa leyendo encuestas donde aparece empatado con Massa en imagen positiva. Y Macri transcurre sus días analizando otras donde los encuestados lo colocan como el principal dirigente opositor a la Presidenta. Los dos tienen, entre sus papeles, bocetos y folletos donde aparecen sus apellidos al lado del año 2015. Los hombres de ambos les atribuyen virtudes políticas ocultas.

Daniel lo entretuvo a Sergio hasta último momento hasta que lo terminó empujando a una pelea con Cristina en la que terminará desgastado me dijo un hombre de suma confianza del gobernador. Mauricio sigue de pie, a pesar de la enorme y continua campaña de desprestigio que sufre por parte del aparato del Estado.

¿Quién le impedirá ser uno de los candidatos más legitimados, después de ganar una vez más en la Ciudad?, se preguntó uno de los coordinadores de la campaña en la que la candidata a senadora Gabriela Michetti aparece como favorita, con varios puntos de ventaja sobre Fernando Pino Solanas.