La baja rentabilidad que aportó la producción de granos en la última campaña llevó al productor a repensar los gastos para la próxima cosecha. En esa tarea, la negociación de los alquileres de campo se ha convertido en determinante, debido al protagonismo que ha adquirido en la estructura de los costos. De cada 100 pesos que destina el productor para sembrar una hectárea, casi 40 se lo lleva el arrendamiento.

Mientras define qué cantidad de hectáreas trabajará en la presente campaña, el productor ya tiene una decisión tomada: intentar pagar menos por el uso de la tierra.

De acuerdo con un primer relevamiento realizado por el Departamento de Información Agroeconómica de la Bolsa de Cereales de Córdoba, los costos promedio de arrendamiento caerán 9,4 por ciento. De esta forma se confirmaría la tendencia bajista que ya mostraron los valores de los contratos en la cosecha pasada.

“Si bien estos costos corresponden a promedios zonales, podrían encontrarse valores que difieran por características especiales de los suelos. General Roca, Río Primero y Totoral serían los departamentos con las caídas más pronunciadas, que llegarían hasta 24 por ciento”, precisa el informe.

Las mayores bajas en el valor de los alquileres coinciden con aquellas zonas que exhibieron las mayores caídas en rendimientos y en producción en las últimas dos campañas.

Más allá de que en la última cosecha el rendimiento promedio ponderado provincial se mantuvo en valores normales, la Bolsa de Cereales de Córdoba advierte que los precios cayeron y los costos directos aumentaron, lo que agravó los números finales de los productores. “Esta situación generó una caída en la rentabilidad, lo cual obliga a replantear el esquema productivo para el ciclo estival 2013/2014”, admite.

Dentro de este nuevo rediseño, la entidad bursátil identifica al arrendamiento a porcentaje como una modalidad en crecimiento y una alternativa que tiene el productor para reducir el impacto del costo sobre sus resultados económicos y de compartir con el propietario de la tierra parte del riesgo, ante una adversidad climática.

Según publicó La Voz del Interior, si se mira el mapa agrícola provincial, en la zona núcleo, donde están los mejores suelos y las condiciones agronómicas, la renegociación de los valores ha sido mínima. En el departamento Unión, por ejemplo, el informe verifica bajas insignificantes, del uno por ciento. En Marcos Juárez, los nuevos acuerdos se pactaron con reducciones de hasta cinco por ciento. Hacia el sur, en la zona Río Cuarto, el valor baja en promedio un seis por ciento.