En esta isla hay una gran conspiración, gritaba parlanchina. Todos las
semanas lo mismo. Ahora esconden el pan, los tomates, la harina, los dólares, la
soja. Falta todo porque esconden las cosas de angurrientos.
Eso es lo que yo siempre digo, afirmó Willy Dark. Por eso hay que meterlos
presos. Perseguirlos con el látigo, apretarlos, extorsionarlos y amenazarlos.
Así funciona la economía.
Tu trabajo siempre ha sido brillante Willy, le dijo parlanchina. A patotero
no te gana nadie, pero siguen faltando las cosas. Que venga el náufrago a darnos
explicaciones. Ese es el gran conspirador de la isla.
Ni bien entró el náufrago en la choza imperial, todos lo miraron amenazantes.
Sin saludarlo, parlanchina el espetó: Willy Dark es un trabajador incansable y
está haciendo muy bien las cosas, pero a pesar de todo siguen faltando
mercaderías en la isla por la especulación que hacen los productores. Uds.
quieren desestabilizarme, gritó parlanchina, y para eso generan
desabastecimiento. Dígame quienes están conspirando en esta isla contra mi
gobierno, le exigió parlanchina al náufrago.
El náufrago la miró y le dijo: Ud.
¡Cómo me dice semejante cosa! ¿Me está tomando el pelo?
Para nada, respondió el náufrago. Ud. conspira contra Ud. misma porque no
sabe nada de economía y encima de rodea de incapaces en la materia.
¿Ud. me está diciendo que soy un incapaz? preguntó Willy Dark, mientras se
levantaba amenazante.
Sí, respondió el náufrago. Ud. ha fracasado en todas las medidas que ha
tomado. No ha logrado un solo objetivo de los que se propuso. Y no los consiguió
porque va contra las leyes de la economía.
Acá la única ley que vale es la mía. Yo soy la ley dijo Willy.
Willy, dijo parlanchina, no te pases de rosca que en esta isla la ley soy yo.
Perdón su alteza, dijo Willy, quise decir que las leyes que yo aplico son las
que Ud. me pide que aplique.
Ahora estamos de acuerdo, respondió parlanchina.
El náufrago los miró y les preguntó: ¿van a seguir discutiendo quien es el
más autoritario o quieren saber qué pasa en la isla con las mercaderías? Creo
que para eso me llamaron.
Parlanchina, con su tono despectivo y autoritario le dijo. Bueno, veamos qué
tiene que decir sobre la falta de mercaderías.
¿Puedo usar el pizarrón? preguntó el náufrago.
¡Otra vez con sus gráficos! protestó Willy Dark.
Mire, respondió el náufrago, a Ud. hay que explicarle el ABC de la economía
para que entienda algo. ¿Sigo o me voy?
Siga, dijo parlanchina.
Primero veamos la curva de demanda que es este gráfico. Y dibujó el gráfico de demanda sobre el pizarrón.
En el eje vertical están los precios de una determinada mercadería y en el
eje horizontal la cantidad demandada. Por ejemplo al precio P1 la cantidad
demanda es D1. Si el precio baja a P2, la cantidad demanda es D2. A menor precio
aumenta la demanda de la mercadería en cuestión. A mayor precio disminuye la
demanda. ¿Estamos de acuerdo?
Siga, dijo parlanchina. Hasta ahora no dijo nada very grosso.
Ignorando el comentario de parlanchina, el náufrago continuó. Ahora voy a dibujar la curva de oferta, que es esta.
De nuevo, en el eje vertical están los precios y en el horizontal la cantidad
ofrecida. Si el precio es P2 la cantidad ofrecida por los productores es O2. Si
el precio sube a P1 la cantidad ofrecida sube a O1. A mayor precio hay más
oferta porque entran más competidores al mercado y las empresas invierten para
producir más.
¿Alguna objeción con este gráfico? preguntó el náufrago.
Sí, dijo parlanchina. Si el precio sube los empresarios no invierten porque
quieren tener más ganancias. Su gráfico está mal. Lo veo todo el tiempo en esta
isla. Suben los precios no invierten.
Error, dijo el náufrago, las empresas no invierten porque Uds. anularon la
competencia cerrando la economía a los productos que vienen de otras islas. Por
lo tanto, ¿por qué va a invertir el empresario si es UD. la que les asegura una
ganancia mayor a la que tendrían si tuvieran que competir? Aquí tiene el primer
ejemplo de porque digo que Ud. conspira contra Ud. misma. Crea las condiciones
para que no se hagan inversiones, se reduzca la oferta, suban los precios y la
gente esté de mal humor en la isla.
Además, continuó el náufrago, su afirmación no es muy consistente con sus
discursos públicos cuando dice que en la isla hay grandes inversiones.
Eso es para la gilada, replicó parlanchina. Para que los de La Compota me
aplaudan y la gente crea que estamos creciendo. Desde la tribuna hay que motivar
a la gente. Hay que hacerles sentir que estamos en continuo progreso. Que
tenemos 10 años ganados de progreso. ¿Para qué cree que les damos el choripán y
gastamos fortunas en micros para llevarlos a mis actos? Para que me aplaudan.
Vea, no sé con qué le van a dar los choripanes a los que llevan a sus actos
porque pan no hay. Falta pan.
Eso yo ya lo arreglé, dijo Willy Dark. Hasta las 10 de la mañana el pan se va
a vender a 10 palmeras el kilo. Después de las 10 de la mañana sube el precio.
Claro, dijo el náufrago, Ud. inventó que el mercado no la ajuste por precio o
por cantidad, sino por horario. ¿Tiene alguna otra burrada para decir?
No le permito, grito Willy Dark, con esa idea mía va a haber pan barato,
porque el 10% del pan que se venda antes de las 10 de la mañana le permitirá a
la gente comprar más barato.
¿Y qué pasa si todos los demandantes de pan van antes de las 10 de la mañana
a la panadería?
Bueno, en realidad es hasta que se agote el stock de pan a 10 palmeras el
kilo.
Eso quiere decir que si todos van antes de las 10 de la mañana a la
panadería, se van a formar enormes colas para comprar pan a 10 palmeras el kilo
y los últimos de la cola no van a conseguir el pan a 10 palmeras el kilo. Lo que
Ud. hace es racionamiento especulando con el horario de compra. Otro invento
para la gilada.
Yo sugerí que la gente haga el pan en su casa, saltó Pimpa Quilombo. Lo hacen
más barato, calentito y más rico.
¿Y con qué harina lo van a hacer si lo que falta es harina? indagó el
náufrago.
No va a faltar harina, gritó Willy Dark, porque estamos contrabandeando trigo
y harina de las islas vecinas.
¿El gobierno de la isla contrabandea trigo y harina de las islas vecinas?
Mire Ud. Y después dicen que hay que cumplir con las leyes.
Esta es una medida especial que tomamos para evitar que los
desestabilizadores como Ud. boicoteen al gobierno de parlanchina.
Bueno, espero que tengan los dólares para pagarles a los isleños vecinos
porque dudo que les vayan a aceptar las hojas de palmera de Merche como forma de
pago.
Y con el pan casero que yo propuse va a haber pan para todos y todas, dijo
Pimpa Quilombo.
El náufrago la miró y le dijo. ¿Y qué va a proponer cuando falte leche,
tomates, energía y carne? ¿Que cada uno tenga su propia vaca lechera en su casa,
que haga su propia huerta, que ponga su propia usina y que arme su propio
frigorífico? Se ve que Ud. no escuchó nunca hablar de la división del trabajo.
¿Puedo terminar con los gráficos? preguntó el náufrago. Y sin esperar respuesta siguió. Ahora vamos a juntar las curvas de oferta y demanda en un solo gráfico. Y dibujó el gráfico así
Si juntamos la curva de oferta y demanda en el mismo gráfico, vemos que el
mercado opera sin problemas al precio P1. A ese precio la cantidad ofrecida y
demandada es C1.
El problema es que Willy Dark puso un precio por debajo del mercado. En el
gráfico es P2, que es un precio menor a P1 que es el precio de equilibrio del
mercado. ¿Qué logró Willy Dark con esa medida absurda? Que la oferta baje de C1
a O2 y la demanda aumente de C1 a D2.
La diferencia entre la cantidad ofrecida O2 y la demanda D2 es lo que falta
en la economía. Por lo tanto aquí no hay conspiración. Hay ignorancia y
demagogia. Como Merche sigue emitiendo hojas de palmera la inflación continúa,
¿qué hizo Willy Dark? Negó la inflación y, para no hacerse responsables de sus
actos de destrucción monetaria, pusieron precios máximos. Esa medida hace que a
un precio menor al de mercado baje la oferta y aumente la demanda, porque la
gente, ante un bien artificialmente barato compra más y el oferente disminuye la
oferta.
En definitiva, lo que han logrado con sus medidas populistas es contraer la
oferta, aumentar artificialmente la demanda y los bienes no alcanzan para
abastecer el mercado. No hay ninguna conspiración ni misterio. Solo ignorancia y
populismo berreta. Concluyó el náufrago.
Vea, gritó Willy Dark, yo acá soluciono el problema de la oferta con la
policía. Mando a confiscar toda la mercadería que tienen escondida y puedo
abastecer el mercado sin problema.
Eso, hay que asustarlos con el látigo, dijo Pimpa Quilombo.
Si Uds. van y confiscan la mercadería pueden venderla a un precio muy bajo
hasta que se acabe el stock de lo que confiscaron. El problema es que si
confiscan los productores dejarán de producir trigo, harina y pan y en el futuro
no tendrán qué confiscar.
En vez de pensar en cómo aumentar la oferta, Uds. piensan en cómo mantener
artificialmente bajos los precios. No piensan en el largo plazo, respondió el
náufrago.
A Uds. les falta la cantidad de bienes equivalente a O2 D2, ¿cómo pueden
solucionar el problema? Dejen trabajar a la gente en paz y van a ver cómo
producen más.
Ud. está proponiendo un ajuste salvaje, porque de acuerdo a su gráfico el
precio debería subir de P2 a P1, dijo Willy Dark.
El ajuste salvaje lo hacen Uds. porque al precio artificial que ponen la
gente no tiene mercaderías para comprar. Vayan a las tiendas de la isla y van a
ver todos los productos que faltan. No hay ajuste más salvaje que el
desabastecimiento que Uds. generan.
Además, ¿no fue Ud. el que frenó todas las importaciones?, le preguntó el
náufrago a Willy Dark.
Sí, ¿cuál es el problema?
El problema Willy Dark es que Ud. hizo el ajuste al reducir la oferta de
bienes al prohibir las importaciones. Ud. es muy gracioso, quiere reducir
artificialmente el precio y que aumente o se mantenga la oferta. Nadie trabaja a
pérdida o ganando poco. Si le baja la rentabilidad por la fuerza la gente se va
a producir otra cosa. En definitiva hoy falta trigo porque Uds. desestimularon
la producción de trigo cuando prohibieron la exportación. Redujeron
artificialmente la demanda, el productor se quedó con un precio menor y prefirió
cultivar cebada en vez de trigo porque obtenía más rentabilidad. Hoy falta
trigo, harina y pan por culpa de Uds. Los que conspiran contra su gobierno son
Uds. mismos por ineptos.
Mándese a mudar con sus gráficos, grito parlanchina fuera de sí. Me tiene
harta con sus argumentos neoliberales, del Consenso de Washington y de los
fondos buitres. Nosotros vamos a arreglar el problema.
El náufrago se fue y todos se quedaron mirando.
Bueno, ¿qué ideas tienen para solucionar el problema del pan?
Amado que había estado jugueteando con su guitarra dijo: y si cambiamos el
horario sin avisar.
¿Cómo sería eso? preguntó parlanchina.
Fácil, adelantamos una hora el horario. Cuando llegue la gente a las 10 de la
mañana que el panadero les diga que ya no hay más pan barato porque son las 11
de la mañana.
¿Qué buena idea?, exclamó parlanchina. Pero, ¿qué hacemos al día siguiente?
La gente va a ir antes. Volvemos a adelantar una hora el horario de nuevo sin
avisar.
¿Cómo vamos a hacer eso todos los días? inquirió parlanchina.
Bueno, dijo Amado, si el papa Gregorio XIII cambió el calendario juliano por
el actual gregoriano, ¿cómo Ud. no puede cambiar el horario todos los días? Eso
es democratizar el horario y la justicia horaria, dijo Amado para quedar bien
con parlanchina.
Yo tengo otra idea, dijo Me Bajaron la Palanca. Dado que Me Quiero Ir se
quiere ir, lo dejamos pero nombramos otro ministro de cuestiones económicas
adjunto.
Para eso estoy yo, protestó el patilludo.
Tranquilo, le dijo Me Bajaron la Palanca. Es solo para la gilada. Nombramos a
un dietólogo como ministro adjunto de Economía y que diga que falta pan porque
engorda, y como el gobierno se preocupa por la salud de la gente dio la orden de
vender pan a un precio bajo solo hasta las 10 de la mañana. El que no quiera
cuidar su salud que lo pague más caro si va después de las de la mañana.
Buenísimo, festejó parlanchina, como van a faltar un montón de productos
alimenticios el ministro adjunto de Economía puede ir agregando productos.
Decile que vaya preparando algún argumento para el tomate.
Y ahora se van todos que tengo que ver que estatua pongo en el fondo de la choza imperial. ¿Estaba pensando en poner una mía? ¿No me lo merezco?
Fuente: Economia para Todos