Pablo Antúnez

En el caso del trigo la superficie bajaría un 10%, mientras que en la cebada, la caída rondaría el 20%. "Debido al incremento en los costos, los agricultores buscan una mejor rentabilidad y para ello priorizan las mejores áreas en lo que hace a fertilidad o las que están más cerca de los lugares de acopio, abaratando así el flete que representa uno de los mayores costos hoy en día", dijo a El País Gonzalo Gutiérrez profesor de la cátedra de agronegocios de la Facultad de Agronomía de la Universidad de la República.

En la campaña pasada se sembraron, según cifras de la Dirección de Estadísticas Agropecuarias (DIEA) alrededor de 437.700 hectáreas de trigo y 112.000 hectáreas de cebada.

"Para los cultivos de invierno el panorama viene muy complicado en lo que hace a precios en la actualidad y hacia adelante. En los precios a futuro tenemos referencia tanto para trigo como para cebada que no están a la altura de las expectativas de los productores", explicó el entrevistado.

"A eso hay que sumar un aumento en los costos, con lo cual la ecuación hace difícil llegar a márgenes de rentabilidad buenos", sostuvo Gutiérrez.

Por su parte, el presidente de la Cooperativa Agraria Nacional (Copagran) Mathías Mailhos, si bien no arriesgó cifras concretas indicó que el área de trigo probablemente sufriría una baja con relación a la sembrada en el año anterior, en tanto la cebada descendería, en mayor grado, en el área que ocupó 12 meses atrás.

En cuanto al estado en el que se encuentran ambos cultivos, Mailhos informó que los nacimientos, tanto de trigo como de cebada, han sido buenos. "Están en un estado muy aceptable, dentro de lo esperado. Las últimas lluvias han ayudado, ya que no han sido tan intensas como para dificultar el estado de los mismos, pero han aportado la humedad necesaria como para ayudar en su proceso productivo", explicó.

Mirada

Otro factor que juega en contra de los cultivos de trigo y cebada, desde la óptica de Gutiérrez, es que la oferta de maíz en el hemisferio Norte crecería sensiblemente, con relación a las existentes doce meses atrás.

"Allí se está en plena cosecha de trigo, con una oferta muy abundante. Es importante recordar que el año pasado en esa zona del mundo se dieron serios problemas climáticos, que disminuyeron la oferta de maíz, lo cual impactó negativamente en el precio del trigo. Este año al mejorar las existencias, los valores se depreciarían sensiblemente, haciendo que el trigo no sea demasiado atractivo como negocio", sostuvo el académico.

A nivel de rentabilidad, el titular de Copagran coincidió con Gutiérrez en que los precios no conforman a los agricultores a la hora de tomar una decisión sobre qué cultivo plantar. "El cultivo de mayor rentabilidad y con mucho diferencia sigue siendo la soja y es difícil que esto cambie. Nada hace pensar que los valores del trigo y de la cebada puedan subir, más bien todo lo contrario", explicó Mailhos.