Y eso es bueno, porque el dólar es como la fiebre, no es el problema, es la manifestación de la enfermedad, y lo que hay que debatir y corregir son los problemas reales.

Más allá del paro de camioneros, que tiene un componente político, tiene también un sustento real y es que la inflación vuelve a aparecer con mayor fuerza luego del descongelamiento, lo cual era esperable, a lo que hay que sumarle el problema ya recontra sabido desde principio de año de que la harina iba a faltar luego de la peor cantidad sembrada de trigo de los últimos 100 años.

Los colegios privados, las expensas, y los alimentos hacen nuevamente que junio y julio superen el 2% mensual de inflación llevándola nuevamente por arriba del 25% a la suba de precios anual.

Y como si fuera poco a la clase media trabajadora está viendo como la retención de ganancias le quita gran parte de su salario y aguinaldo.

El problema es el médico

Los datos públicos y privados de actividad económica hasta ahora solo acumulan mejores noticias. De la mano del campo con una producción mayor al año pasado superior en cerca de 15 millones de toneladas entre maíz y soja gracias a una mejor clima y junto con precios espectacularmente altos debido a la sequía norteamericana del año pasado y también a la producción automotriz que ha crecido, principalmente por las mayores exportaciones a Brasil, pero también por un mercado interno que está más dinámico, pero que paradójicamente no mueve mucho la industria nacional.

Una reactivación económica en la que el gobierno poco ha tenido que ver con sus políticas, sino con la suerte, que en economía juega. Porque las principales recetas del doctor, hasta ahora son más un enunciado con bombos y platillos que una realidad concreta. Me refiero a la Supercard y al CEDIN.

Una tarjeta de crédito para luchar contra la inflación y una cuasi moneda del dólar para reactivar la construcción. Vamos a ser sinceros, esos debates solo se dan en la Argentina. Cualquier persona con sentido común sabe que con esas medidas los problemas reales no se resuelven.

La suerte no dura todo el tiempo, pero el médico no cambia. Por lo que nos quedan dos preocupaciones para lo que resta del año. La primera es que el crecimiento económico de este semestre se compara contra un mal semestre del año anterior, pero de ahora en más la comparación comienza a ser contra el segundo semestre que fue mejor en el 2012. El efecto soja y maíz terminó y el de automóviles ya no va a ser tan relevante.

El segundo es que esta mejora en el crecimiento económico de 2/3 puntos está ampliando el déficit energético un 100%, llevándolo a un nivel que superaría los 7.000 millones de dólares comparado con los casi 3.000 del año pasado.

Como consecuencia de esto, la caída de reservas continúa siendo sistemática. A pesar de haber pasado el mejor trimestre de liquidación de divisas (abril-junio), las reservas siguieron cayendo a un ritmo de 1.000 millones de dólares por mes hasta situarla en los 37.200 millones, 100 millones menos que las reservas del famoso blindaje en enero del 2001.

Vamos por todo

El médico de todas maneras continúa con su predecible vamos por todo. Y es así que ante los problemas de incertidumbre, el viceministro Axel Kiciloff es ahora el representante del Ministerio de Economía ante el BCRA, desplazando al Adrián Cosentino y nombró a uno de sus ad lateres cuyo principal antecedente bancario es estar actualmente en el directorio del Banco Macro como represéntate del ANSES.

Es decir que las internas dentro del gobierno son cada vez mayores y lo que ahora viene son más regulaciones y más controles. La idea es que los bancos están ganando mucho dinero y que es momento de utilizarlo. El blue ya está dominado y de aquí en adelante solo resta poder incrementar la oferta de crédito con tasas más baratas.

Solo como anécdota el médico solicitó como remedio una transferencia del BCRA al Tesoro Nacional para cubrir sus necesidades por 10.000 millones de pesos. No hace falta aclarar que esta receta es emisión.

Sin trigo no hay pan

Por lo tanto a la falta de trigo, la idea no es dar reglas claras y fomentar la mayor producción de los productores, sino hacer un fideicomiso donde se pondrán las retenciones que cobran y luego se las devolverán. Obviamente nadie les cree, pero hay todo un esfuerzo para hacer este fondo, que estiman sería de 300 millones de dólares, es decir cerca de 1.650 millones de pesos a tipo de cambio oficial.

Para que tenga en cuenta nuestro lector, el estado nacional recaudará este año unos 830.000 millones de pesos. La cantidad de días que se trabajan este año son 240 aproximadamente, es decir que la AFIP recauda 3.500 millones de pesos por día hábil. Es decir que las retenciones de trigo son tan solo 4 horas de recaudación de la AFIP.

No sería mejor eliminarlas directamente y así lograr que el campo produzca más trigo, así hay más harina y el pan no sube tanto. Que es lo que pasa, el médico no hace estos cálculos.

Tuvimos un movido primer trimestre que confirma que nos quedamos sin energía para crecer, perdimos millones de vacas, que no tenemos harina, pero tenemos record de ventas de BMW y de Mini cooper.

Seguir las recetas va a lograr que de lo que Argentina produce bien tenga cada vez menos y de lo importado tenga cada vez necesite más.

Pero algo es seguro, después de las elecciones, si no son favorables al gobierno, el médico deberá cambiar para no seguir enfermando al paciente.