Al menor precio fijado por el Gobierno y la suba de retenciones, se sumó que Energía no publicó el valor para las ventas de junio, que debió calcular una unidad comandada por Moreno y Kicillof.
Las empresas productoras de biodiesel en la Argentina suman un nuevo conflicto a los cambios de regulación del mercado: ahora, venden el producto al mercado interno a precio abierto. Esto implica que las petroleras les pagan según el último valor de referencia, y ajustan luego el pago con cartas de débito o crédito.
Terminado el mes de junio, el Gobierno no publicó el valor de referencia del producto y el mercado, de más de 80.000 toneladas mensuales, se manejó con el último dato disponible, el del mes de mayo. Esto indudablemente generó un estado de confusión por parte de las empresas del sector, desde las más grandes a las pequeñas.
Desde que entró en vigencia el corte obligatorio del gasoil con biodiesel, en 2010, la Secretaría de Energía publica mensualmente el valor al que deben concretarse las ventas de las empresas a las petroleras que, actualmente, deben incluir no menos de un 7 por ciento del biocombustible en el gasoil.
Pero desde que el viceministro de Economía, Axel Kicillof, comenzó a tomar decisiones dentro del sector de los biocombustibles, junto con el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, cambió la fórmula del cálculo del precio.
Cuando en agosto pasado los funcionarios tomaron el control, la intención fue bajar un escalón al valor del biodiesel en el mercado interno, medida que fue posteriormente corregida hasta que, en la actualidad, pesa fundamentalmente para las grandes industrias productoras, como Cargill, Louis Dreyfus y Molinos, entre otras.
El precio se fija teniendo en cuenta los costos de producción de cada una de las empresas. De esta forma, las grandes cobraron en mayo $4.650 por tonelada de biodiesel. Las medianas obtuvieron $ 5.472, y $ 5.477 las más chicas.
Antes de la llegada de Moreno y Kicillof, las empresas negociaban con el ministerio de Planificación, Julio De Vido y la Secretaría de Energía, pero hoy se quejan de que no tienen interlocutores válidos.
Repercusiones por el cepo que la UE le puso al biodiesel argentino
En el caso de las grandes empresas, al menor precio que reciben se le agrega una suba en las retenciones a las exportaciones, que rondan hoy el 20 por ciento. Por este tema, la Argentina mantiene un reclamo ante la OMC.
El cepo que la Unión Europea (UE) le puso al biodiésel argentino con una investigación en marcha por dumping y subsidios fue letal. La UE, que se llevaba el 90% de las exportaciones de biodiésel, prácticamente desapareció como comprador. Y pasó lo previsible: al caerse la exportación sobra la materia prima, que es el aceite, y el aceite que se puede exportar tiene que ubicarse a precios prácticamente de remate.
Ya le había pasado en 2010, cuando en ese entonces el cierre de China al aceite argentino la obligó a colocar su producto con un descuento de US$ 50. Ahora vuelve a pasar, pero esta vez no es por China. Es porque, sin biodiésel hacia Europa, mucho aceite queda sin transformación.
"Exportábamos en torno de unas 160.000 a 170.000 toneladas por mes de biodiésel que ahora las tenemos que vender como aceite y nos pasa el efecto China. Es decir, de vuelta tenemos que ir a malvender nuestro aceite en mercados que consumen aceites de menor calidad. Estamos en una especie de Puerta 12 en aceite", relató un industrial conocedor del actual escenario.
Pese a ese bajo nivel de trabajo actual, lo que hizo el sector en los últimos años es loable. Contaba con una capacidad instalada de 500.000 toneladas en 2007 y ahora se encuentra en 4,1 millones de toneladas, según precisó Claudio Molina, director ejecutivo de la Asociación Argentina de Biocombustibles e Hidrógeno.
El Ministerio de Relaciones Exteriores intenta recuperar el mercado. "La Cancillería se está moviendo bien. Estamos trabajando juntos para lograr un resultado justo, que es que no pongan un arancel definitivo", dijo Luis Zubizarreta, presidente de la Cámara Argentina de Biocombustibles (CARBIO
Según Molina, el año pasado se entregaron al mercado interno 874.000 toneladas, incluidas 48.000 toneladas que fueron para generación eléctrica. Este año en total se proyectan 950.000 toneladas.