Las pymes Argentinas, se encuentran en el desafío de optimizar procesos blandos para poder diferenciarse, en mercados cada vez más homogéneos. Y es ahí, donde la generación de valor se vuelve casi imprescindible.
La Responsabilidad Social hoy tiene “buena fama” pero es muy poco lo que se conoce realmente respecto a su aplicación y ámbito de influencia, los CEO’s de las pymes se preguntan: De que se trata? Hay que `gastar’ mucho? Podemos hacerlo?
RSE se trata de generar estrategias de negocios comprometidas socialmente, de forma ética y aunque suene redundante, de forma RESPONSABLE. Parece una obviedad, pues no lo es. En la Argentina, las preocupaciones que asumen en el día a día las empresas para poder sobrevivir (o en el mejor de los casos, pensar en crecer) hacen que se elija el camino más corto por sobre el mejor camino.
Ser una empresa responsable, tiene que ver también con trabajar junto a gente que actúe responsablemente en su vida, con sus vínculos y a través de sus decisiones. Nadie puede hacer en el plano profesional aquello que no es parte de su vida personal, por lo menos no sin traicionar su esencia.
Si bien siempre se habla de RSE a nivel corporativo, poco puede hacer una empresa que no puedan hacer por si mismas o su entorno las personas que las conforman.
RSE no es un ‘gasto’, sino una inversión a nivel de reputación, lealtad al cliente y a sus colaboradores, brinda una clara posibilidad de acceso a nuevos mercados, credibilidad y en definitiva, es una estrategia de permanencia en el mercado a largo plazo.
Éste no es un dato menor, ya que en la Argentina lo ejecutivos se encuentran reflejados en el decir popular y “…el árbol les tapa el bosque.” Creen que si ser responsables en el pasado no era importante, hoy tampoco debería serlo, se toma como un tema moderno, en boga, que ya pasará… pero en un mundo con nuevas exigencias desde el plano social, podemos asegurar que las prácticas de RSE vinieron para quedarse.
RSE no tiene que ver únicamente con empresas grandes o actos irracionales de filantropía (las empresas no son entes de beneficencia, eso está claro),pero hoy el consumidor esta híper informado y elije en consecuencia.
Se han escuchado cientos de relatos de consumidores, en investigaciones de mercado, declarando que habían dejado de comprar un producto porque sabían que la empresa contaminaba, trataba mal a sus colaboradores o no se interesaba por atender a sus clientes correctamente a través de los diferentes canales de comunicación.
Podemos hacer RSE. Todos y cada uno de nosotros. Con cada una de nuestras decisiones profesionales y personales. Independientemente del share de mercado que tengamos o de la posición que ocupemos. Podemos hacer RSE trasladando nuestra conciencia a nuestras acciones.
Muchos aún creen equivocadamente que ser responsable socialmente se trata solo de un tema ambiental o ecológico, cuando en realidad es una práctica que condiciona todas y cada una de nuestras actividades en la empresa, cada uno de los procedimientos también en el ámbito social, humano y económico. En resumen involucra la calidad de vida y el capital social.
Ninguna empresa puede crecer en un entorno social adverso, así como ningún ser humano puede hacerlo.
La autora es Directora asociada de Giham Comunicación