El secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, decidió suspender las exportaciones de harina de trigo por la suba de precios y faltantes en los comercios en algunos lugares del país.

Así trascendió en las últimas horas de fuentes ligadas a la exportación, aunque al cierre de esta edición una alta fuente de la industria molinera confió que en ese sector no tenían una confirmación sobre esa medida.

En cambio, entre los molinos están evaluando, ante el aumento también en el trigo y las restricciones en la oferta, si le proponen al funcionario que abra la importación del cereal no para generar volumen, sino para bajar los precios y mejorar la calidad luego de una cosecha maltrecha.

La suba de la bolsa de harina, que pasó de 100 pesos a comienzos de año a 280 pesos en algunas provincias, comenzó a provocar malestar en el interior. Como se informa por separado, en la provincia de Santa Fe los panaderos iniciaron un boicot a los molinos para no comprar harina.

"Sabemos que no va a haber más exportaciones de harina; se van a cancelar", admitió, resignado, un exportador, sobre la decisión de Moreno.

En rigor, en las últimas semanas se fueron entregando en cuentagotas y por pocos volúmenes los permisos de exportación conocidos como Registros de Operaciones de Exportación (ROE), que aprueba Moreno.

El año pasado, según la Federación Argentina de la Industria Molinera (Faim), se exportaron 1.095.593 toneladas de harina. Brasil fue el principal mercado, con casi el 80% de los embarques.

Para este año, con una cosecha de trigo que en 2012 fue de 9 millones de toneladas, un 38% menos que la campaña anterior, Moreno ordenó un recorte del 70% de las exportaciones de harina de trigo. Así, sólo habilitó la venta de 300.000 toneladas, divididas en tres cupos.

El primer cupo fue de unas 100.000 toneladas. Sobre ese volumen, según datos oficiales en el período enero/abril se colocaron 58.366 toneladas. No obstante, sumando mayo y junio ya se estaría en más de 92.000 toneladas.

Según trascendió, al margen de lo ya exportado no habrá más cuotas para vender harina. Y quedaría sin colocarse un remanente de unas 200.000 toneladas.

Que en enero/abril de este año se hayan exportado 58.366 toneladas de harina marca ya un fuerte contraste con el mismo período de 2012, cuando se vendieron 307.148 toneladas. Hubo una caída del 80%. Hoy, Moreno recibirá en su despacho a los exportadores para hablar sobre existencias de maíz en una reunión que ya estaba agendada para ese tema. Sin embargo, la expectativa está centrada en el trigo y en la harina.

El caso del trigo es sintomático: por las restricciones en la oferta, la tonelada de mercadería disponible que valía US$ 300 hace un mes y medio la semana pasada tocó los US$ 518. Ayer, en medio de rumores de presiones de Moreno en el mercado, retrocedió 25 dólares y cerró en US$ 493 dólares.

Moreno ya había obligado a volcar al mercado interno trigo a los exportadores. Por más que ahora, con la cancelación de las exportaciones de harina, queden 200.000 toneladas en el mercado local, esto no alcanza para un mes de consumo, que requiere unas 350.000 toneladas.

Hace unas semanas, empresarios molineros señalaban que estaban aguardando un momento de distensión en el mercado para solicitarle a Moreno continuar con la cuota de exportación.


BAJOS VOLÚMENES

Pero en el último tiempo se fueron frenado los permisos de exportación y los que salieron fueron por volúmenes chicos.

"El último volumen importante fue por 1516 toneladas el 6 de junio a Andrés Lagomarsino e hijos. Los primeros días de junio les dieron nuevos ROE a Lagomarsino y también a Molino Cañuelas por 1155 toneladas y a Cargill, por 1341 toneladas", dijo Lorena DAngelo, analista de FyO.com.

Un dato curioso es que el año pasado, tras la vista de Moreno a Angola, ese país comenzó a ser un fuerte comprador de harina y terminó siendo el tercer comprador, con un total de 59.000 toneladas. Todo cambió con las restricciones en la oferta local: las 31.541 toneladas de enero/abril de 2012 pasaron a ser sólo 1411 en el mismo período de este año.

Para algunas fuentes, que Moreno cancele las exportaciones de harina pasa a ser un dato menor cuando, justamente por la suba del trigo, a los molinos les cuesta conseguir mercadería y hoy ya les resultaría más barato importarla.