Como consecuencia del cese de comercialización de hacienda, durante esta semana se vendieron solamente 38 vacas en la mañana del lunes. Ni un solo camión llegó el martes y el miércoles, pero los precios casi no se movieron.
El promedio del novillo en la semana previa al paro fue de $ 9,37, un 3% más que el ciclo previo ($ 9,10) que también fue el de mayo. Ese repunte resultó insignificante, aún teniendo en cuenta que en las dos semanas anteriores se vendieron 68.968 vacunos, 16.000 más que la media. Como esa media es de 26.000, faltaban 10.000 (20%) para compensar todo el faltante del paro y los feriados. En síntesis, la oferta en lo que va del mes cayó 20% y los precios subieron 3%. Pero los productores de pollos cubrieron ese bache. Es que la producción avícola se programa con 70 días de anticipación (21 días de incubadora y 49 de crianza). Y además, ante un paro que se pudo programar, se pudieron faenar animales con algunos días menos de engorde.
Por otro lado, para la mayoría de los consumidores la carne es cara y resisten cualquier nueva suba. Para el índice con base 100 en 1960, el promedio es de 97 hasta el 2009, es decir, en 50 años. Los ganaderos afirman que el precio actual es el más bajo de los últimos 3 años y medio.
