“Como el modelo depende de un líder populista, y en su ausencia no sería continuado, la única forma de lograr su continuidad es forzar algún tipo de consenso cultural que lo promueva”, opinó Martín Krause, consejero académico de Libertad y Progreso (LyP), en relación al avance sobre los medios y el deterioro institucional que esto provoca en países de la región, entre los que contó especialmente a la Argentina, Venezuela, Bolivia y Ecuador.
Con él coincidieron Horacio Lynch, presidente del Foro de Estudios sobre la Administración de Justicia (Fores), Daniel Dessein, presidente de la Comisión de Libertad de Prensa de Adepa, y Emilio Cárdenas, consejero académico de LyP y ex embajador de la Argentina ante la ONU, disertantes, durante la presentación del Índice de Calidad Institucional de la Fundación Libertad y Progreso. El evento se realizó en la UCEMA con el apoyo de la fundación Naumann y la Red Liberal de América Latina (Relial).
Según Dessein, la libertad de prensa se mide a través de dos variables. Una de ellas, “el nivel de acceso a la información pública que hay en cada país”. Con respecto a la Argentina advirtió: “La información es muy fragmentaria y a cuentagotas. Es muy difícil saber qué hace el Gobierno con el dinero de los ciudadanos”.
La segunda variable, es “el nivel de represalias que existen en un país con respecto a las expresiones”. En ese sentido señaló con mucha preocupación el cepo publicitario que rige sobre los diarios opositores, en especial y la discrecional distribución de la pauta publicitaria oficial. Como también, las amenazas que hay sobre el control estatal del papel, a través de la restricción de las importaciones y la expropiación de Papel Prensa.
En este sentido, aunque con críticas al proceder de la Corte Suprema y varios de sus fallos, Lynch dijo que este Poder podría constituir hoy el contra el avance sobre la libertad de expresión y la reforma judicial recientemente sancionada.
Cárdenas también mostró preocupación por el deterioro institucional y el
avance sobre los medios de comunicación a nivel regional. “Uno de los ataques
más graves es en esencia contra la libertad de expresión. Con la persistente
intención de quitarle atribuciones a comisión interamericana de derechos humanos
y recortarle las alas a la relaturía de libertad de expresión”, señaló.
Argentina: la mayor pérdida de institucionalidad en Latinoamérica
En los últimos siete años, la Argentina fue el país de América Latina que más posiciones perdió en el Índice Internacional de Calidad Institucional (ICI) elaborado por la fundación Libertad y Progreso. Mientras que a nivel global, fue uno de los cinco Estados que más retrocedieron en esta materia, desde 2007, junto con Kiribati (- 51), Micronesia (-48), Fiji y Madagascar (-34, mismo puntaje que perdió la Argentina).
El país está en el puesto 127 de 191, es decir, 5 puntos más abajo que el año pasado. Desde 2007, perdió 34 lugares. En la posición 126 está Paraguay, mientras que por debajo de la Argentina se encuentra Azerbaiyán, en la 128. Al respecto, Krause destacó: “Si bien la Argentina supera a Paraguay en todos los indicadores que evalúan las instituciones políticas, está bastante por debajo de este país en cuanto a las instituciones de mercado se refiere”.
El ICI es una herramienta que determina el grado de respeto por las reglas de juego políticas y económicas, a través de 8 indicadores confeccionados por organizaciones internacionales. No define un grado óptimo de institucionalidad, sino que registra las posiciones relativas, calificando del 0 al 1. Cuanto más cerca está un país del 1 significa que mejor fue su desempeño en esta materia.
“Hay una fuerte relación entre calidad institucional y desarrollo económico y
social. Esto quiere decir que un mayor respeto por las instituciones se traduce
en una mayor calidad de vida para los ciudadanos ya que se produce un ambiente
más propicio para las inversiones, los negocios y hay cumplimento de las
normas”, observó Krause, y así destacó la importancia que tienen las
instituciones en cualquier democracia.
Libertad Económica, sólo mejor que Venezuela y Cuba
Como viene ocurriendo en ediciones anteriores, la Argentina mostró peor desempeño en los indicadores económicos que en los políticos. Dentro de los primeros la mayor cuota pendiente está con la Libertad Económica. El ICI incluye dos mediciones para estimar este indicador: uno es el que publica anualmente el Fraser Institute de Canadá, y el otro, pertenece a la Heritage Fundation y el Wall Street Journal. En el primero, el país obtuvo un puntaje de 0,13 y en el otro 0,1.
Esto quiere decir que sólo el 10% de los países medidos tienen menor libertad económica que la Argentina. “En la región, el promedio es de 0,48. Sólo Venezuela y Cuba presentan menor Libertad Económica que este país”, destacó Krause.
Los otros dos indicadores utilizados para estimar el cumplimiento de las
reglas de juego de la economía son el de “Competitividad Global”, elaborado por
el Foro Económico de Davos, y “Haciendo negocios”, del Banco Mundial, que mide
el grado de dificultad que hay en un país para abrir una empresa, a través de
las trabas impositivas, trámites y todo tipo de exigencias administrativas que
puedan demorar el objetivo.
Bajo respeto por la ley
En materia política, es preocupante la calificación que obtiene la Argentina en el indicador “Vigencia del Derecho”, que mide el respeto por la ley en cada país. El puntaje de la Argentina en este caso es de 0,34 sobre 1.
En percepción de la corrupción (el indicador de Transparencia Internacional) y Libertad de Prensa (Freedom House) la Argentina obtuvo 0,42 y 0,47, respectivamente. Mientras que el indicador que le da mejor es el de “Voz y Rendición de Cuentas”, a través del cual, el Banco Mundial mide el funcionamiento de la vida democrática y el impacto de la opinión pública sobre los políticos. En este caso la Argentina recibió 0,57 puntos.
Fuente: Libertad y Progreso