JUNÍN.- Ya no hay más asambleas, "ahora, a los hechos". Así fue el puntapié inicial que dio la Mesa de Enlace agropecuaria para poner en marcha un plan de lucha concreto exigido con vehemencia por los productores de todo el país, agobiados por un contexto en el que consideran que su competitividad se deteriora día a día. El próximo martes 28 los ruralistas harán visible a la ciudadanía su reclamo en la plaza del Congreso y otros puntos del interior.
Unos 2000 productores, según estimaron las entidades, presenciaron el cierre de una serie de nueve asambleas que tuvieron como objetivo escuchar los aireados reclamos del campo. Los problemas en la comercialización, la creciente presión impositiva, la amplia brecha entre lo que percibe el ruralista por su producción y lo que finalmente abona el consumidor en las góndolas y hasta "los ataques a la institucionalidad" que impulsa el Ejecutivo nacional fueron objetados de viva voz.
La asamblea se llevó a cabo en la sede de la Sociedad Rural de Junín y allí arribaron los titulares de las entidades que integran Mesa de Enlace: Eduardo Buzzi (Federación Agraria), Carlos Garetto (Coninagro), Rubén Ferrero (Confederaciones Rurales Argentinas) y Luis Miguel Etchevehere (Sociedad Rural Argentina).
Uno de los primeros oradores fue Ferrero, que acusó al Gobierno de "no reconocer lo que les pasa a los productores ni ninguno de los problemas de los argentinos". Posteriormente, Buzzi fue por más. "Esta es la peor política agropecuaria que hayamos tenido. Resolvieron gobernar para los grupos más concentrados mientras los que perdemos somos los pequeños y medianos productores", dijo el referente ante el numeroso grupo de asistentes.
Durante la asamblea no faltaron las críticas al Gobierno tras el impulso a la reforma judicial. Alentando a los productores presentes a defender las instituciones, los referentes agropecuarios reclamaron: "Queremos un país en el que se respete la Ley, la Constitución Argentina y la independencia de los poderes".
Mientras los ruralistas daban a conocer su punto de vista, la desconfianza ante la evolución de las elecciones de octubre también se hizo presente. Andrea, productora de Carlos Casares, pidió "ayuda para fiscalizar voto a voto" y, como pionera, alentó a otros colegas a reclamar en el mismo sentido "para evitar el fraude". Hubo productores que tildaron de "corrupto" al gobierno nacional. Aunque con menos protagonismo, el gobernador Daniel Scioli también fue apuntado.
La idea del plan de lucha anunciado es encarar un proceso gradual de protesta en vez de realizar de entrada una medida de fuerza nacional, como exigían muchos productores. "¡Cese de comercialización de soja!", arengaban algunos de los ruralistas que pretendían que sólo se aplicara a ese grano para afectar directamente los ingresos que recibe el Gobierno nacional por su exportación.
"Esa medida no generaría problemas a la población", aseguró Fernando, de Bragado.
Los más efusivos reclamaban volver a manifestarse en los centros urbanos de las ciudades, incluida la Capital Federal, y en las rutas, sobre todo para concientizar a la población. Al grito de "la gente tiene que conocer nuestra realidad", los presentes dejaban en claro la necesidad de retomar el protagonismo de su lucha, de manera contundente, tal como lo hicieran durante 2008.
Pero esa visibilidad no podía acotarse al mundo agropecuario. "¡Dejemos de hacer catarsis! ¡Todos conocemos los problemas que tenemos, ahora hay que salir a luchar, que la gente se entere!", fue la frase que varios de los productores repitieron.
Gerónimo Venegas, dirigente de la Uatre, se acercó unos minutos a la última asamblea y rodeado por las autoridades de la Mesa de Enlace dijo, indignado: "El campo no puede seguir pagando un dólar de 8 pesos para el pago de los insumos y cuando cobran lo hacen a 3 o 4 pesos".