La sociedad entre el INTA Pergamino y la Asociación de Ingenieros Agrónomos del Norte de Buenos Aires (AIANBA), dio el pasado martes 7 de mayo, un nuevo paso en su consolidación con la realización de la III Jornada de Actualización Técnica de Cultivos Invernales.
El salón de calle Alberti, en la ciudad de Pergamino se vio colmado por profesionales ávidos de conocer cada detalle de cultivos como cebada, colza y especialmente trigo, con miras a lo que será el inicio de una nueva campaña.
Cuestiones económicas y los resabios de la última campaña, complicada por las condiciones climáticas que tendrán un costo a la hora de la nueva siembra, ocuparon el centro de atención de conferencistas y asistentes.
En la apertura, la Ing. Agr. Lucrecia Couretot fue la encargada de dar la bienvenida, acompañada en la ocasión por la Directora Interina del INTA Pergamino, Dra. Nora Mancuso.
Fertilizando
El Ing. Agr. Gustavo Ferraris, abrió el juego planteando cómo la fertilización y el manejo en trigo y cebada pueden colaborar en la obtención de calidad, entendiendo ese concepto como lo óptimo según la necesidad.
El especialista explicó que el parámetro que más afecta a la comercialización de trigo es el porcentaje de proteína en el grano, una variable que está íntimamente ligada al porcentaje de gluten y depende del porcentaje de nitrógeno en el grano; además Ferraris comentó que el peso hectolítrico de los granos es otro parámetro muy valorado.
“Todas estas variables tienen un componente genético, pero fundamentalmente tienen un componente ambiental. Dependen fuertemente de la relación del cultivo entre el nitrógeno (el del suelo y el del fertilizante), con el rendimiento del cultivo. Para una misma fertilización, años de mayor rendimiento tienden a diluir la proteína en el grano y se obtienen cultivos de menor calidad”, dijo Ferraris.
Consultado sobre las formas por medio de las cuales se puede manejar el tema, el profesional remarcó la importancia de monitorear a lo largo del ciclo del cultivo el potencial de rendimiento y tener la herramienta de un posible ajuste de la fertilización “si se ve que se darán condiciones para dilución de nitrógeno. Cuando los rendimientos bajaron por condiciones ambientales menos favorables causó que se ajustara la proteína con lo cual va a estar dependiendo de esa relación y no sólo de un componente genético como muchas veces se cree”.
Fertilización cebada
Una cebada destinada a forrajera, sólo requiere como calidad un peso hectolítrico y para años normales su obtención no representa ninguna complicación. El panorama cambia cuando el requerimiento de calidad está centrado en maltería: “Ahí los requerimientos son mayores, tamaño de grano grande (calibre), pero también proteínas en un rango óptimo que va del 10 al 12%”
-¿Cuáles son las variables de manejo para poder ajustar ello?
Ambientes de buen potencial de rendimiento con buena recarga de perfil, fechas de siembra temprana de hasta el 15 de noviembre; y en cuanto al porcentaje de proteína existe relación entre rendimiento y el nitrógeno que ofrezcamos como en el caso del trigo. La dificultad de la cebada, es que a la hora de la comercialización una proteína excesivamente alta es perjudicial para la cebada. Tiene que estar en un rango óptimo, aquí no es aconsejable una fertilización uniforme e inicial del cultivo, sino que una aplicación dividida acompaña la sincronía de demanda y balancea rendimiento con calidad.
Preocupados por las semillas
La continuidad de exposiciones en la jornada estuvo dada con la presencia de la Ing. Agr. Lucrecia Couretot quien presentó un panorama general sobre la sanidad de trigo y cebada.
Entre los conceptos más trascendentes de su presentación, Couretot explicó claramente que lo importante es entender qué pasó en la campaña pasada y cómo esto puede repercutir en la próxima siembra. “Tuvimos una gran presión de manchas foliares en trigo y cebada; y fusarium en trigo. Esto, debido a las condiciones ambientales registradas en septiembre, octubre y noviembre de 2012, una alta presión de enfermedades”.
La especialista aclaró además que algunas manchas foliares (patógenos necrotróficos), quedaron en el rastrojo y se trasladaron también a las semillas, “lo que vemos es que hay una alta carga fúngica, y en definitiva tenemos poca semilla y con baja calidad”.
-¿Qué se recomienda desde INTA ante esta situación?
-Planteamos el uso de cura semillas, no los tradicionales, sino los de última generación para no introducir en nuevos lotes nuevas enfermedades, y también para proteger a la planta de infecciones que puedan pasar de semilla a plántula y además para lo que es el caso de podredumbre de raíces en trigo y cebada.
En la misma línea, el Ing. Agr. Ignacio Terrile expresó que las características de la campaña anterior “repercuten en forma negativa porque mucha de la semilla cosechada en diciembre del año pasado será usada como simiente para la nueva siembra. Esto nos alerta en tener la necesidad de prever y conocer qué tipo de semillas vamos a sembrar.
Recomendamos desde INTA sembrar semillas de origen conocido, que correspondan a la variedad que deseamos sembrar y tomarnos el recaudo de hacer un análisis de laboratorio. Poder germinativo, energía germinativa, la viabilidad de esa semilla y agregar a eso un análisis sobre si tienen alguna patología o fitopatógeno asociado que pueda llegar a influenciar la emergencia y el establecimiento de ese nuevo cultivo”.
Aprender y seguir
Luego de unos minutos de descanso para expositores y conferencistas, el Ing. Agr. Daniel Miralles volvió a la acción reflexionando sobre aprender de la campaña pasada para enfrentar la próxima desde el funcionamiento del cultivo.
El profesional también se refirió al período extenso de lluvias del año pasado, y también a la proliferación de enfermedades que estuvieron desde el inicio hasta floración, acompañada de condiciones de definición de rendimiento que fueron en definitiva muy malas.
“Fue una campaña parecida a la de 2001. Uno puede entender cómo fue, ver cuáles son las debilidades de algunos de los cultivares, muy susceptibles a fusarium y algunos materiales a enfermedades de hoja. Esto causó quebrado, vuelco en algunos casos, malos rendimientos en general”, detalló Miralles.
-¿Las condiciones climáticas para este año se prevé que sean mucho mejores?
-Para este año estimamos que estas condiciones no se van a repetir porque estas condiciones tienen una frecuencia de 1 año cada 10 aproximadamente. La campaña debería ser mejor en términos climáticos y puede ser un aporte más al entusiasmo para que los productores siembren trigo, eso es lo que esperamos.
Lo que dicen los números
Como es habitual, el cierre de la jornada llegó de la mano del Ing. Agr. Reinaldo Muñóz y las perspectivas económicas, de la cosecha fina 2013/2014.
“Las perspectivas son una tanto inciertas, el trigo es el cultivo que más ha sufrido las intervenciones, esto es el control que nace en las expectativas de crear una reserva alimenticia de este grano tan importante para la población argentina y un saldo exportable. Esto ha generado a lo largo de los años un desestimulo a la siembra de trigo porque el productor se encuentra con el cereal y en determinado momento clave del año y no lo puede negociar” sentenció Muñóz.
El profesional del INTA Pergamino indicó que la campaña pasada fue la peor desde 1911 en cuanto a hectáreas sembradas, “éste es un dato elocuente, por suerte ayudaron un poco los rindes y tuvimos una zafra de alrededor de 9 a 10 millones de toneladas”.
-Ante ese panorama, ¿cómo se llega y qué puede acontecer con miras a la próxima siembra?
-Se ha anunciado un plan de reactivación, que consistiría en un fideicomiso donde por primera vez en la historia de los granos se devolvería el importe de las retenciones, esta es una medida importante que pasa por la reglamentación, esto para el sector genera cierta desconfianza por sucesos del pasado, las perspectivas de siembra que se manejan hoy apuntan a una recuperación del 10% en relación a la siembra pasada, cerca de 4 millones de hectáreas. Por otro lado los climáticos dicen que las condiciones son óptimas para la pradera pampeana. Y en cuanto a precios, entre 195, 200 dólares son los valores que se están manejando. Con estos valores los márgenes de rentabilidad son interesantes, y en el tándem trigo-soja aparecen como la mejor alternativa.
-¿Qué incidencia tiene, en ese marco, la cebada?
-De la misma forma que se anunciaron premios al trigo, se anuncian ciertos “castigos” para la forrajera porque es un grano que ha tenido una salida forrajera importante en un contexto internacional que requiere de ella. Esto causa que le quite espacio al trigo y éste cultivo es vital para la recomposición de la producción argentina, atender al consumo interno y generar exportaciones.
-¿Y la colza?
-Es un cultivo creciente, todavía es poco significativo en términos de volumen de producción argentina, es un grano especial que debe molerse y comercializarse como aceites, allí las perspectivas son normales. Con rendimientos de 2000 kilos por hectáreas y un precio de 400 a 440 dólares la tonelada se posiciona en niveles de rentabilidad casi similares a los de la soja, lo cual es muy bueno.