Buenos Aires - ( Especial para NA ) - En esa ocasión, todos los protagonista van a poner al día la situación de la cadena triguera y cuál debería ser la política para cambiar la performance como país productor de trigo.
Repitiendo las mismas políticas los resultados serán similares a la campaña 2012-2013: La cosecha anterior fue una de las perores de la historia argentina.
Con el agravante que nos hizo perder a Brasil que es el mayor comprador de trigo del mundo que está dentro del Mercosur con arancel preferenciales de un 15 por ciento.
Por la política de sustitución de importaciones y la falacia de la defensa de las mesas de los argentinos, pagamos igual el pan al valor que determina la inflación de un 30 por ciento.
Tenemos que restringir las exportaciones de harina de 1.100.000 millones de toneladas a 300.000 para el 2013 y es la exportación de trigo más baja de los últimos 35 años con 3.3 millones de toneladas, como consecuencia de que el país no alcanzó a producir 10 millones de toneladas.
Pero lo más grave de todas estas intervenciones arbitrarias, es que han hecho desaparecer el funcionamiento normal de los mercado de futuro que no nos permiten tomar los altos precios con anticipación suficiente en los mercados internacionales, obligando a los operadores a fijar prima riesgo mayor por la imprevisibilidad de nuestro país.
Hoy el rinde de indiferencia en campo propio es de 3.400 kilos por hectárea siendo que el rinde promedio del país es de 2.800 kilos: los resultados son negativos.
En campo arrendado –que cubre el 60 por ciento del área sembrada- los números son realmente preocupantes y de no cambiar las variables muchos productores no van a poder sembrar si no se cambia la ecuación económica.
¿Sabe la señora Presidente ue en el ciclo 1902-1903 se sembraron en el país 3,69 millones de hectáreas casi la misma superficie que el año 2012?
En el ciclo 1928-1929 el país pudo sembrar 9,2 millones de hectáreas con otras herramientas y otras tecnologías.
Asumamos que si hubiera política de estado previsible, están dadas las condiciones para poder sembrar por lo menos 7 millones de hectáreas y con las nuevas tecnologías producir 3.200 kg por hectáreas promedio que nos permitiría cosechar un total 22.400 millones de toneladas de trigo.
Estos datos demuestran que en una política triguera el objetivo no puede ser abastecer solamente el mercado interno con seis millones de toneladas y el sobrante de dichos saldos exportarlos a precio de remate .
Detallo los puntos más importantes de mi propuesta para el próximo ciclo 2013-2014, que con seguridad serán algunos de los temas a tratar en el congreso TODO TRIGO en Mar del Plata.
a) El mercado de trigo debe funcionar libremente y sin impuestos distorsivos para que el productor reciba el valor integro internacional como nuestros competidores.
b) Debe abrirse el registro exportación de trigo en el plazo original histórico para anotar las operaciones futuras.
c) Deben eliminarse todas las intervenciones en el funcionamiento interno del mercado de trigo.
d) Debe incentivarse la segregación por calidad de los trigos para atender mejor la demanda interna y externa.
e) La industria Molinera tiene que competir en igualdad de condiciones que la exportación en los mercados.
f) Debe promoverse la transparencia en toda la cadena de trigo, harina y pan, como la única manera de generar igualdad de condiciones en la competencia;
g) Que el Estado, con los mayores recursos del aumento de la producción y exportación, atienda con subsidios directos los problemas de los más necesitados.
Los tiempos electorales no siempre coinciden con los ciclos biológicos.
No es sensato y de buena gestión limitar el crecimiento de toda la cadena, por 6 millones de toneladas para el consumo interno, de las cuales solamente 2 millones son para elaborar el pan común para los 40 millones de ciudadanos.
La mesa de los argentinos va a estar mejor cubierta cuando mayor sea la producción de trigo.
(*) Por Arturo Navarro - Consultor. Ex presidente de CRA y CARBAP.