Mirar hacia Latinoamérica está pasando a ser cosa del pasado. Ya se sabe más o menos cómo será la producción en Brasil, Argentina, Paraguay, Bolivia y Uruguay. Por ello, los precios no llevan incorporados una expectativa especial en relación con la oferta de la región. Porque, aún con la reducción de la Argentina, ella será buena. Lo sabemos.
La mirada se dirige ahora al norte. ¿Cómo evolucionará la campaña gruesa en EE.UU.?
La siembra de maíz en los Estados más cálidos, es decir los del sur ya están en acción. Y por lo que se ve, la intención de siembra viene bien.
De cumplirse los pronósticos, el nivel de stocks pasaría de ajustado a uno promedio, en la campaña 2013/14. Y quizás sea mayor. Claro que para que suceda ello, deberá llover adecuadamente. Algo que no es fácil, por lejos, de asegurar.
El inicio de la campaña todavía arrastra las consecuencias de la sequía manifiesta por la escasez de humedad en el perfil de los suelos. Existe un acentuado problema de humedad en el oeste del área de producción. Sin embargo las perspectivas son alentadoras en términos de precipitaciones en aumento.
Una vez realizada las siembras de maíz y de soja, el momento crítico se expresa en la floración y el llenado de los granos, muy particularmente en la floración del maíz.
De acuerdo a los pronósticos, para ese período tiempo es probable que las lluvias sean abundantes. Quiere decir que, hoy por hoy, las noticias de EE.UU. operan en contra de los valores pues se basan en expectativas favorables a la producción. Pero recordemos que los pronósticos fallan. Y mucho más en los últimos años, donde la variabilidad ha sido la constante.
Para colmo, los recientes reportes del USDA, ligados a stocks e intención de siembra, trajeron una presión adicional a la baja de precios. ¿Por qué?
Vamos a ver. Si bien los stocks de maíz continúan siendo bajos, el cálculo del USDA creció 10 millones de toneladas, arriba del número aguardado. Se esperaba 127,30 millones de toneladas, y el número del USDA fue de 137,10 millones.
Y las estimaciones de este organismo para la soja, tampoco, se quedaron atrás. Los stocks fueron más altos. En tanto que el mercado esperaba un ajuste cercano a 25,4 millones de toneladas, el resultado fue de 27,2 millones, en el nivel de stocks.
Respecto a la intención de siembra, el reporte no mostró mayor variación, tanto en maíz como en soja.
Sin embargo, debemos tomar en cuenta que la tendencia a la baja puede interrumpirse en caso de que la evolución de la campaña norteamericana no cumpla con la excesivamente optimista previsión.
Porque el clima tiene la última palabra. Y ya hemos visto en anteriores años que suele desviarse de los pronósticos.
El caso de la soja es muy gráfico. Se prevé un rinde de 29,93 quintales por hectárea cuando el promedio de los últimos años fue inferior. Algo similar sucede con el volumen de producción. Por ello, la predicción de un nivel de stock/consumo del orden del 7% parece ser demasiado elevada.
El gráfico, realizado en base a los datos de USDA, es claro:
Así las cosas, hasta junio la tendencia se revela negativa. Pero las cosas pueden cambiar según se presente el clima en EE.UU. Sobre todo luego de la “avalancha” sudamericana.
Es posible, entonces, que una vez superada la presión de la oferta del sur, los valores retomen una senda alcista, siempre y cuando la cosecha del norte no logre presentar perspectivas tan favorables como las que hoy muestran los informes, sobre todo los del USDA.