Mientras parlanchina inauguraba por nonagésima vez la misma choza que supuestamente era una sala de primeros auxilios, sus aduladores iban llegando a otra reunión de urgencia en la choza imperial para tratar la candente situación económica y social de la isla.
Terminado el acto, y con la correspondiente presencia de La Compota que vitoreaba cada párrafo que decía parlanchina, ella ordenó en voz baja a sus colaboradores: cuando se vaya la gente, levanten la camilla y las pocas medicinas de la choza y la llevan a la choza del otro lado de la isla que mañana tengo que inaugurarla, también por nonagésima vez. Estos son tan tarados que no se dan cuenta que siempre inauguramos lo mismo, le dijo parlanchina a Ánimal, que durante el acto la aplaudió tanto que hasta llegó a aplaudirla cuando estornudó.
Llegada parlanchina a la choza imperial, ordenó que el domingo, en el partido de coco al pie para todos, se pasara de nuevo la propaganda de todas las maravillosas obras que estaba haciendo en la isla. Avalito, su incondicional coordinador de algo que no se sabe muy bien qué coordina, le dijo: ¿volvemos a anunciar en cocos al pie para todos que construimos 200 chozas en la parte este de la isla? Me parece que ya lo anunciamos, dijo parlanchina. Vea, le respondió Avalito, en realidad anunciamos que construimos chozas por una cantidad que triplica la cantidad de gente que habita esta isla, pero como nadie lleva la cuenta, podemos anunciarlo de nuevo. Me parece bien, dijo parlanchina, mientras tomaba su agua especial que le traían de una isla vecina.
Se sentó en la mesa y miró a los asistentes: Merche, José Bajaron La Palancha, Ánimal, el infaltable Wiily Dark, Avalito y el Amado.
Bueno, ¿cuál es el problema ahora? Preguntó parlanchina. Vea, dijo Avalito, la gente de la isla se queja de gusto porque es desagradecida, pero el blue se volvió a disparar, el consumo sigue cayendo, la recaudación no alcanza para financiar los gastos a pesar que matamos con impuestos a la gente y, con cierto miedo agregó, dicen que hay inflación. ¿Cómo que hay inflación? gritó parlanchina. Y si hay, nosotros decimos que no hay inflación y se terminó la discusión.
Es lo que yo siempre digo señora, comentó Willy Dark.
Que venga el náufrago ese que se las tira de saber economía a explicarnos porque la gente es tan desagradecida y está de malhumor. Yo estoy dejando mi vida, hago grandes esfuerzos por mantenerlos contentos y encima me vienen con planteos.
Llegó el náufrago, se sentó y le dijo a parlanchina. ¿Ud. quería hablar conmigo? Bueno, más que hablar con Ud. yo acostumbro a dar cátedras, respondió parlanchina, pero quiero preguntarle: ¿qué está pasando que hay malhumor en la isla?
Lo de siempre, le dijo el náufrago, desde que Uds. llegaron y tomaron el poder en la isla, vamos de mal en peor.
Llena de furia, parlanchina, que no podía aceptar que no la reconocieran como una administradora exitosa, le dijo: ¿pero Ud. no se da cuenta que aquí hay un ataque especulativo contra las hojas de palmeras que administra Mereche, que nos quieren invadir con productos importados y que hay una lucha por la distribución del ingreso?
Vea señora, dijo el náufrago, Ud. usa un leguaje de guerra. ¿Cómo? preguntó parlanchina. Claro, fíjese que habló de ataque especulativo, invasión de productos importados y de lucha por la distribución del ingreso. Ese es un lenguaje de guerra, no de economía.
¿Acaso en economía lo que gana uno no lo pierde otro? ¿O me va a negar eso también? Preguntó casi afirmando parlanchina. Lo que Ud. me dice es que la pobreza de unos es consecuencia de la riqueza de otros, con lo cual estoy de acuerdo… empezó a responder el náufrago.
Bueno al fin me reconoce algo, dijo parlanchina, interrumpiendo al náufrago.
Espere que no terminé, le dijo el náufrago. Estoy de acuerdo que en su política económica los pobres son pobres porque otros son ricos, porque Uds. aplican políticas que distribuyen a favor de unos pocos amigos suyos los ingresos de los que producen. Los que producen son pobres porque los que son amigos del poder son ricos a costa de los que trabajan.
¿No estás diciendo que somos corruptos? Preguntó amenazante Wiily Dark. Sí, respondió el náufrago. Son corruptos e incapaces. ¿Cómo me dicen que somos incapaces? Dijo parlanchina.
Obvio, dijo el náufrago, no tienen capacidad para administrar esta isla. Mientras pudieron consumirse el stock de capital que habíamos acumulado antes que Uds. llegaran, hicieron populismo, pero ahora que no hay recursos son incapaces de poder seguir administrando porque destruyeron la economía de la isla.
Avalito, para quedar bien con parlanchina, dijo: Ud. debe ser uno de esos pocos idiotas que salió a protestar contra el gobierno el 8 de noviembre. Eso, dijo Ánimal, eran unos pocos idiotas que parecían que hacían terapia de grupo.
Vea, le dijo el náufrago, yo pensé que los que hacían terapia de grupo eran Uds. cuando, para quedar bien con la señora, la aplauden aunque diga que el planeta es cuadrado. Pero vayamos al punto del problema. En esta isla hay una lucha de todos contra todos porque Uds. no permiten que haya competencia. Es decir, que cada productor se gane el favor del consumidor, sino que el productor, para obtener ganancias, tiene que hacerse amigo de Uds. que graciosamente le otorgan privilegios dejando indefensos a los consumidores. Por eso lo tienen a Wiily Dark, porque cree que la economía es una guerra en vez de una cooperación pacífica y voluntaria en la cual la gente intercambia libremente su dinero por los bienes que considera de buena calidad y al precio que está dispuesta a pagar. Una cosa es ganar dinero obteniendo el favor del consumidor y otra es ganar dinero ganándose el favor de Uds. para que les quite a otro lo que les pertenece, y se los de a sus amigos.
Esas son pavadas neoliberales gritó Willy Dark. Deme un solo ejemplo de
alguna medida mía que haya fracasado. ¿Alguna medida? preguntó el náufrago. Le
respondo: fracasó en todas sus medidas.
Deme un ejemplo, volvió a gritar Willy mientras se ponía los guantes de box.
Ejemplo 1, un tiempo atrás salieron con el discurso populista de que los
productores ganaderos querían lucrar con el hambre del pueblo. Prohibieron las
exportaciones de carne. Por un tiempo la gente comió carne barata porque solo se
podía vender en el mercado interno. Pero como el ganadero no tenía incentivos
para producir, se consumió su stock de ganado y hoy comer carne es más caro que
cuando lanzaron la medida populista. Encima, los frigoríficos, que habían
invertido para exportar, cerraron todos. Resultado, hay desocupación y la carne
es cara.
Eso yo lo soluciono con la carne y con todos los productos, dijo Wiily Dark y agregó: señora, le propongo que lancemos la superlibreta de crédito que tendrán que emitir todos los almacenes de la isla. Así les bajamos la comisión que cobran las otras libretas de crédito, y los almacenes absorben los aumentos de precios de los productos que compran.
¡Qué buena idea! dijo parlanchina. Pepe Nacho Devaluación, un empresario acomodaticio que había colaborado en varios destrozos económicos y se las tiraba de saber economía dijo: permítame agregar una idea a su brillante imaginación Wiily. Para que la gente saque la superlibreta de crédito se pueden incluir puntos, como lo hacen las otras tarjetas. ¿Y qué le damos por los puntos acumulados? preguntó Willy. Pepe Nacho Devaluación pensaba la respuesta, pero enseguida saltó Avalito y dijo: ya sé. El que acumula mil puntos de compra con la superlibreta de crédito recibe la colección en DVD de todos los discursos de la señora. ¡Grande Avalito! dijo parlanchina. Es más, agregó Avalito, el que llega a los 2000 puntos puede tener todos los tweets de la señora, en un libro que podemos imprimir. Todos aplaudieron la idea de Avalito.
Embalado Avalito por el apoyo que recibía del resto de los asesores imperiales, fue por más y dijo: y el que llega a los 5000 puntos puede tener un fin de semana gratis en una de las cabañas 5 estrellas que la señora construyó en el lugar paquete de la isla.
¡Pará Avalito, estás loco! dijo parlanchina. Una cosa es que hagamos demagogia con la guita de la gente, pero con mis negocios no te metas. El que quiere ir a mis chozas 5 estrellas que pague y en pepitas de oro, nada de las hojas de palmera que administra Merche.
Claro señora, se disculpó Avalito, Ud. se está sacrificando tanto por los
isleños que tiene derecho a acumular un pequeño capital de varios millones en
oro para cuando se retire.
El náufrago le pregunto a Willy Dark: ¿y cómo financia el crédito de la
superlibreta el dueño del almacén? Que le estire el pago a los proveedores, dijo
Willy. Pero entonces van a perder porque cuando cobren, la inflación les habrá
comido el capital, dijo el náufrago. Mire, respondió Willy, primero que no hay
inflación, pero le doy una respuesta. El dueño del almacén se ahorra 2 puntos de
las libretas tradicionales y los proveedores le aumentan 2 puntos mensuales las
mercaderías. Así que sale hecho. En cuanto a cómo financian las ventas los
almacenes, bueno…ya sé, dijo Willy, obligamos a las compañías de seguro a
comprarles los créditos de la superlibreta a una tasa de interés de no más del
21% anual. ¿No le parece una tasa muy alta para una inflación del 10% anual que
Uds. dicen que hay en la isla?, preguntó el náufrago. No me venga con
tecnicismos estadísticos, replicó Willy.
La realidad, dijo el náufrago, es que la inflación va a tener un piso del 30%, por lo tanto las compañías de seguro van a perder en términos reales con la tasa del 21%. Se descapitalizarán. ¿Y cuál es el problema?, preguntó Willy. Que el día que un asegurado tenga un siniestro la compañía de seguro no va a poder pagarle. ¿A quién le va a reclamar?, inquirió el náufrago. Bueno, eh, creo… pensaba Willy una respuesta, hasta que lanzó: cuando llegue el momento se verá. En todo caso que le vayan a reclamar a los dueños de los almacenes para que les paguen el siniestro.
Ah, dijo náufrago, Ud. quiere que los almacenes sean almacenes, manejen el negocio de las libretas de crédito y también se transformen en compañías aseguradoras.
No se haga el gracioso, dijo Willy. Ya le dije que cuando llegue el momento veremos qué hacemos. Ahora lo primordial es quitarles a unos para darles a otros. Esa es la distribución con justicia social e inclusión que defendemos en esta isla.
Ve que nosotros somos solidarios, dijo parlanchina. ¿Qué hubiese hecho Ud. con el precio de la carne cuando prohibimos la exportación? ¿Dejar que los ganaderos ganaran fortunas con el hambre del pueblo?, le preguntó parlanchina al náufrago.
Sencillo, si los productores ganaban más que el promedio de los otros sectores de la economía, la gente iba a invertir en el negocio ganadero. Aumentaban los rodeos, se generaban más puestos de trabajo, subía la producción de carne y exportábamos y consumíamos carne en la isla. Al subir la oferta bajaba el precio y se podía consumir carne en la isla y exportar. Eso es cooperación pacífica, lo de Uds. es destrucción de la economía que va justo con su discurso de guerra, como ataques, lucha, invasión. Uds. proponen un guerra económica, y como en toda guerra se destruye riqueza y hay pobreza. Yo propongo cooperación pacífica y voluntaria para generar riqueza y mejor nivel de vida de los isleños, en el cual hay paz y cooperación.
Lo suyo son teorías neoliberales que nada tienen que ver con la realidad, dijo el Amado. Además dio un ejemplo del ganado que es un caso aislado. Ud. no tiene más argumentos que ese forzado del ganado.
Le puedo contar el caso de la energía, respondió el náufrago. Quisieron mantener artificialmente bajo el precio de la energía. Como el precio era artificialmente bajo no había inversiones y además, como no podía ser de otra forma, aumentó la demanda. Al destruir la oferta del sector e incentivar el mayor consumo por precios artificialmente bajos, la energía comenzó a escasear. Para eso tuvieron que importar combustibles y emitir más hojas de palmera para financiar el gasto público, porque al tener tarifas bajas subsidiaron a las generadoras con emisión monetaria. La emisión deterioró el tipo de cambio real y tuvieron una corrida cambiaria que los obligó a poner un cepo a la compra de oro, al tiempo que gastaban más oro para importar combustible. Como el balance comercial se les achicaba prohibieron las importaciones, al haber menos importaciones, paralizaron la producción por falta de insumos y, además, hay menos oferta de bienes en el mercado y más hojas de palmera en circulación, con lo cual la inflación se acelera. Como la inflación se acelera ahora Willy Dark quiere imponer la superlibreta de crédito para congelar los precios de los almacenes. Al congelar los precios de los almacenes y proponer esta superlibreta de crédito le tienen que transferir el costo financiero a alguien, y acabo de escuchar que pretenden que las compañías de seguro tienen que hacerse cargo, con lo cual, el que contrata un seguro va a tener problemas de cobrar sus siniestros.
Podría seguir, pero como pueden ver, Uds. van poniendo un parche atrás de otro, parches que no solucionan los problemas sino que los agravan, y los agravan porque ven la economía como una guerra por la distribución del ingreso, cuando deberían verla como una cooperación pacífica. En vez de quitarles a unos para darle a otros, deberían permitir que se produzca más riqueza e inversiones y, de esa forma, crear más trabajo y mejores remuneraciones.
En síntesis, dijo el náufrago, Uds. usaron el stock de capital para financiar consumo. Como se acabaron los recursos, ya no pueden financiar el populismo. Justamente, cuando la gente empieza a caer en la realidad que en esta isla impusieron una fiesta de consumo artificial, es que aparece el malhumor social porque descubren, que de golpe, son pobres y Uds. no pueden satisfacer a todos los habitantes de la isla.
Su argumento parece sólido a simple vista, dijo Willy Dark, pero las compañías de seguro ganaron mucha plata en todos estos años, así que ahora inviertan y ganen menos o pierdan un poquito.
Willy, esa frase es mía, dijo parlanchina.
El náufrago se dirigió a Willy Dark y le dijo: vea, nadie invierte por lo que ganó en el pasado. Invierte por lo que espera ganar en el futuro.
Váyase neoliberal vende isla, le dijo parlanchina al náufrago. Nosotros vamos a resolver el problema, porque su teoría del derrame es una fantasía.
Una vez que el náufrago se había ido, parlanchina le preguntó a patilludo. ¿En qué situación estamos? De acuerdo a los datos del IME (Instituto de Mentiras Estadísticas) estamos fenómenos. Pero esos datos son para la gilada para que Ud. invente números de prosperidad en sus discursos. Los datos que tenemos bajo siete llaves es que los almacenes venden menos, los centros de chozas comerciales venden menos, la construcción de chozas se paralizó, no hay operaciones de venta de chozas y las exportaciones a otras islas siguen cayendo.
¿Y eso cómo nos afecta? preguntó parlanchina. Bueno, dijo patilludo, parece que, por alguna conspiración del archipiélago, nadie quiere invertir en la isla. Además tenemos problemas de exportaciones y de caída del consumo. Eso quiere decir que vamos a recaudar menos impuestos y va a haber menos trabajo. El malhumor en la isla puede crecer y falta poco para que elijan a los que van a ocupar lugares en el congreso de la isla. Si la economía se deteriora más, perdemos las elecciones.
Si perdemos las elecciones y perdemos el poder, vamos todos presos porque nos van a destapar la olla de los casos de corrupción. Tenemos que aumentar el consumo como sea para que la gente esté feliz, dijo parlanchina.
Bueno, entonces apliquemos mi idea de la superlibreta de crédito, dijo Willy. Se la damos a todo el mundo, hasta a los insolventes. Los almacenes le pasan los créditos a los bancos y a las compañías de seguro y que ellos se arreglen con la incobrabilidad y la mora.
Tenés razón Wiily, dijo parlanchina. Avanzá con la idea, porque finalmente, aunque destruyamos la economía de la isla, lo importante es que conservemos el poder.
¿Y si aun así no podemos retener el poder? Preguntó Avalito a parlanchina. Fácil, respondió la señora, que me tengan preparada la balsa 01 para salir rajando y vayan viendo en qué isla vecina no hay extradición que nos mande de nuevo para acá.
Señores, pueden irse, por hoy es two match.
Fuente: Economía para Todos