Kloster y Vitali, de Coronel Suárez, provincia de Buenos Aires, cuentan su
experiencia. Algunos nubarrones surcan el horizonte de los negocios de los
contratistas, un sector que desde hace unos años viene peleándola duro. Así
opina Carlos Kloster, socio de Luis Alberto Vitali en la firma Kloster y Vitali
SH, una empresa de Coronel Suárez que brinda servicios de cosecha desde hace 17
años, y que elige la tecnología de CLAAS para afrontar los crecientes desafíos.
Los problemas climáticos de las últimas campañas se suman a los que produce
la inflación, y a los vaivenes propios de un mercado en el que la competencia es
cada vez más ardua. “Hay mucha diversificación, y si bien el negocio desde hace
tres o cuatro años no ha dejado de ser rentable, lo es menos que hace un tiempo”,
señala Kloster a www.smartfarming.com.ar “Además, la inflación nos está llevando
a que no podamos cobrar lo que deberíamos, porque los precios actuales nos dejan
un margen de ganancia pequeño”, agrega.
En lo que hace al clima, Kloster relata que “la zona de Coronel Suárez, que
venía sufriendo mucho la falta de agua, fue afectada después por las intensas
lluvias, y los cultivos padecieron enfermedades y otros problemas”, y añade: “En
cuanto a la zona de 30 de Agosto –donde también presta servicios la empresa–
hubo campos muy inundados y las napas se fueron muy para arriba, por lo que el
2012 fue muy complicado”.
Hoy, para todos los cultivos se necesitan urgentemente las lluvias. “Yo
calculo que de persistir estas condiciones por 15 días más, se va a sentir mucho
en los rindes”, sentencia el contratista.
La fórmula utilizada por la firma para sortear año a año las dificultades
tiene varias aristas. Por un lado, contar siempre con una pequeña clientela fija
y fiel, que respete la cantidad de hectáreas a trabajar. En segundo lugar,
extender el servicio hacia diferentes zonas, buscando más hectáreas de trabajo,
tal como lo hace en 30 de Agosto, Salliqueló y Tres Lomas. Pero además, la firma
complementa los servicios de cosecha con producción propia. “Hace unos años
empezamos a hacer siembra y algo de ganadería. Producimos cebada, trigo, girasol
y soja, y algo de pastoreo para los animales en 480 hectáreas que arrendamos”,
revela el contratista.
Aumentar la eficiencia
Otro factor importante para competir en el difícil mercado de los
contratistas es contar con maquinaria que esté a la altura de las circunstancias.
Según Kloster, en la zona de Coronel Suárez hay abundancia de equipos en época
de cosecha: “En la fina, bajan muchas máquinas del Norte, porque mientras aquí
el área sembrada es muy importante, en Santa Fe y Córdoba es poco lo que se
siembra de fina. Esta gran oferta hace que muchas veces se torne complicado
trabajar las hectáreas que uno tenía previstas, porque los clientes no esperan
mucho”, explica.
Hacia 2011, la firma contaba con otras máquinas de trabajo, y ante este
panorama de creciente competencia, ambos decidieron en 2011 cambiar una de ellas
por una Tucano 470, en busca de una mayor eficiencia en el trabajo. “Siempre
tuvimos la intención de adquirir una CLAAS, ya que oíamos comentarios sobre la
buena calidad de la máquina, y veíamos también la potencialidad de la marca”,
explica Kloster. “La relación con CLAAS ha sido siempre muy buena, porque nos
dieron la mejor atención desde el mismo momento en que empezamos a trabajar,
tanto en los servicios como en los repuestos”, señala.
El contratista revela que la cosechadora de CLAAS les permitió el año pasado
cumplir con los objetivos, incluso en un año en el que la fina tuvo graves
problemas. “Nosotros veníamos haciendo entre 2800 y 3500 hectáreas por máquina
en promedio, entre fina y gruesa. El año pasado hicimos 3400 hectáreas de trigo,
cebada, girasol y soja con la Tucano 470, a pesar de todas las hectáreas de la
fina que se perdieron por las lluvias”, detalla.
Kloster destaca, además, que tanto en girasol como en soja, la Tucano 470 les
permitió cosechar hasta 90 hectáreas por día. “La capacidad de la máquina es
extraordinaria, porque con las otras nosotros hacíamos hasta 60 o 70 hectáreas
por día. Nos dio la sensación hacia el final de la campaña de que uno nunca
termina de conocer el límite de esta cosechadora”, resalta.
Más allá de la coyuntura, la firma no subestima la importancia de tener puestos los faros largos: Kloster afirma que en el mediano plazo tienen “la intención de ir hacia una cosechadora CLAAS de mayor capacidad que la Tucano 470, para poder competir mejor en un mercado que, hoy por hoy, está apuntando a máquinas de 40 pies”.