"Llamemos a las cosas por su nombre : esto es un acuerdo. El gobierno nacional va a controlar que los acuerdos se cumplan, nada más." Ésas fueron las palabras con las que la subsecretaria de Defensa del Consumidor, María Lucila Colombo, quiso negar la información según la cual los supermercados y las cadenas de electrodomésticos recibieron presiones para aceptar el congelamiento de los precios de todos sus productos hasta el 1° de abril.

Las versiones que LA NACION recabó en las empresas afectadas, sin embargo, fueron muy distintas. Empleados y ejecutivos de algunas de las principales cadenas de retails , en estricto off the record , detallaron las presiones recibidas por parte del secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, para cumplir con todos los puntos del "acuerdo" de congelamiento de precios, que incluye también la prohibición -siempre de manera verbal- de publicitar sus ofertas en los diarios y en la televisión.

Las amenazas relatadas por las fuentes llevan el sello de Guillermo Moreno. En una de las principales cadenas de supermercados, el funcionario no se anduvo con rodeos: si la empresa no cumplía con todos los puntos del "acuerdo", él no les permitiría importar ningún producto. En otra empresa la amenaza habría sido aún más grave: si se descubría alguna modificación en los precios, no se descartaba una expropiación.

Como una reacción en cadena, las amenazas que llegaron desde el Gobierno a las cabezas de los supermercados y cadenas de electrodomésticos bajaron luego a los empleados. Una de las personas que accedieron a hablar con este diario dijo que dentro de la empresa se había intimado a los empleados a no hablar con los periodistas sobre los detalles del "acuerdo" con el Gobierno. Una suerte de "cláusula de confidencialidad".

Según Colombo, no obstante, el recelo de los empresarios a hablar no son más que exageraciones de los diarios: "¿Pánico de hablar? Me da risa", dijo en una entrevista con Radio Mitre. Y agregó: "Acá, en la Argentina, hay libertad para que todo el mundo hable, diga con tanta ligereza tantas cosas, verdaderas o falsas".

OFERTAS SÓLO EN LOS LOCALES

Uno de los puntos en los que los funcionarios habrían puesto más énfasis es en la prohibición de contratar publicidad en los medios, medida que representa un duro golpe para las finanzas de los diarios, ya que los anuncios de los supermercados y las cadenas de electrodomésticos, principalmente los fines de semana, constituyen una de sus principales fuentes de ingresos.

Al respecto, un ejecutivo de una cadena dijo que el departamento de marketing se estaba reuniendo para evaluar las "dinámicas comerciales planificadas" y definir qué publicidades se daban de baja.

Las cadenas, sin embargo, tendrían autorización para promocionar sus ofertas -las pocas que piensan mantener (ver aparte)- a través de carteles, afiches y cenefas, pero siempre dentro de los locales comerciales.

La supuesta falta de ofertas durante el período de vigencia del congelamiento fue, justamente, el argumento que utilizó Colombo para justificar que las empresas afectadas dejen de contratar publicidad en los medios: "¿Para qué van a publicitar el mismo precio, que debe mantenerse por 60 días, todos los fines de semana? Va a ser más aburrido que chupar un clavo", había dicho el jueves a radio El Mundo.

Si, como anticiparon en las empresas, aún van a existir ofertas, pero éstas sólo se podrán promocionar en los locales, se confirmaría la intencionalidad de afectar los ingresos de los medios no oficialistas mediante la prohibición de contratar publicidad. Al respecto, la Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (ADEPA) advirtió el jueves que las "presiones sobre los anunciantes privados" pueden generar un "ahogo económico de los medios privados". En similar sentido se pronunciaron algunos voceros de la oposición.