Mientras que los maíces de período largo que pudieron sembrarse en fecha han salido o están saliendo de su período de floración y por lo tanto de su momento de mayor vulnerabilidad, la soja comienza a desandar un tiempo que puede definir su potencial productivo. La plaza se inquieta con el actual período seco, pero no está de más recordar que estamos transitando una época del año en que habitualmente se presentan condiciones difíciles y que no pocas veces se aprecian pulsos secos.
La transición interanual marcó un claro corrimiento de las precipitaciones hacia el noreste del país y dentro de este contexto el norte entrerriano y el este bonaerense permanecieron con una mejor provisión. Al presente gran parte del país se encuentra bajo condiciones de mucha estabilidad y por tanto las reservas acumuladas comienzan a jugar una situación determinante a la espera que la última década de enero recupere un paso pluvial más favorable.
Una fortalecida zona de alta presión está afectando gran parte del área continental de Argentina y promueve la continuidad de este patrón seco. Este comportamiento no es ajeno al mes de enero, donde la distribución temporal de las precipitaciones suele ser muy irregular. Exceptuando eventos en escala reducida, es muy probable que estemos transitando un período seco que se extienda hasta más allá del próximo jueves. Encaramos un período muy exigente y las precipitaciones que se concreten en la última década de enero serán decisivas para el definir el curso de la presente campaña.
Las reservas han retrocedido acompañando la oferta de agua. El patrón marca un mayor desecamiento sobre la zona núcleo. Las evaluaciones de reserva de agua que pueden calcularse son ajustadas sobre esta zona y si a esta condiciones iniciales le sumamos otra semana sin precipitaciones, los cultivares quedarán al borde del estrés hídrico. Claro está, no puede establecerse mediante el balance hídrico como ha sido el manejo de la humedad que pudo acopiarse hasta el 20 de diciembre, y esto puede estar dando mayor margen a las sementeras.
Observando el mapa puede interpretarse que la necesidad hídrica no es la misma en toda la región pampeana. Gran parte de la zona núcleo demanda precipitaciones del orden de los 80 milímetros antes del 23 de enero para mantener las reservas en un nivel satisfactorio. Si a esta estimación la cruzamos con el pronóstico de corto plazo, podremos concluir que estamos ante diez días que pueden considerarse cruciales para la campaña y que pondrán mucha presión sobre el comienzo de la última década de enero.
En gran parte de la zona núcleo las ajustadas condiciones de reserva aún quizá no se reflejen en la condición de los cultivos. No obstante es razonable esperar que en el transcurso de esta semana las sementeras evidencien las condiciones adversas que proponen los pronósticos: altas temperaturas y nulas precipitaciones. Pueden darse eventos ocasionales y dispersos, sin embargo esto no puede establecerse como patrón de escala. El pulso seco está afectando toda la región pampeana.
La pregunta de fondo es saber hasta cuando se extiende el pulso seco. No se avizoran señales claras del rompimiento de la zona de presión que afecta al continente al menos hasta el 20, por eso volvemos sobre lo mencionado anteriormente: este pulso seco es exigente pero el comportamiento de la última década de enero puede convertirse en bisagra para la evolución de la soja. No debería sorprender que los precios comiencen a copiar las inquietudes de la plaza.
- Por CCA - exclusivo Agrositio
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