La progresiva intensidad de las lluvias caídas este mes, que llegó a ser extraordinaria en algunas localidades, comenzó a inquietar a los productores agropecuarios porque se encharcaron lotes y dificultaron las tareas de siembra de granos gruesos y el avance de la campaña fina, ya en desarrollo.

La Guía Estratégica para el Agro (GEA) de la Bolsa de Comercio de Rosario, cuya área de influencia es el sur de Santa Fe, de Entre Ríos y de Córdoba y norte bonaerense, informó por ejemplo que se vieron montos superiores a los 300 milímeros en algunas localidades, cuando sus promedios son de 80, 90 o 100 milímetros, como se informa por separado.

A todo esto, los pronósticos siguen anunciando lluvias. Stella Carballo, del Instituto de Clima y Agua del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), dijo a La Nacion que si bien se espera que las ventanas entre lluvia y lluvia, en noviembre y diciembre, sean más amplias que las vistas en octubre -que no dan tiempo al drenaje- en enero habría lluvias superiores a las normales. Luego, en febrero el clima será inestable y el otoño será llovedor, sobre todo en abril y mayo ( justamente en la época de cosecha de soja).

Por el momento los analistas no tienen definidas las potenciales pérdidas productivas. Gustavo López, director de la consultora Agritrend, mantiene su estimación de 11 millones de toneladas para trigo, 16 millones para maíz y casi 56 millones de soja, que sumados al resto de cereales y oleaginosos sostiene la hipótesis de producción en algo más de 112.488.000 de toneladas de granos.

"Todavía resulta difícil saber si no se va a cubrir el área total por exceso de precipitaciones. A lo sumo hoy se espera que se retrasen las siembras pero se mantienen las hipótesis de superficie y producción", sostuvo López.

Según el analista, obviamente las condiciones con buena humedad permite inferir muy buenas cosechas. Veremos cómo evolucionan las próximas semanas. De todas formas los retrasos llevaran a que la salida de la cosecha gruesa pueda presentar problemas logísticos. Pensar en al menos 90/95 millones de toneladas sólo de cosecha gruesa que se van a concentrar entre abril y junio implicará un cuello de botella en materia de movilización".

Para Esteban Barelli, de la Asociación Argentina de Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (Aacrea), "el inicio de la campaña de granos gruesos encuentra al productor reprogramando las labores y reasignando recursos y stocks. La condición ambiental imperante no permite el normal desenvolvimiento de la siembra y la implantación de los cultivos".

Agregó Barelli que "la falta de piso en el lote y la imposibilidad de tránsito por los caminos vecinales son una constante en la provincia de Entre Ríos, centro-norte bonaerense, sur de Santa Fe y centro-sur de Córdoba, retrasando las fechas de siembra y ocasionando pérdida en los sembradíos recién implantados, principalmente en los cultivos de maíz de fechas tradicionales, obligando a una resiembra con el consecuente incremento de costo y retraso en el ciclo de desarrollo".

Por su parte, Tomás Parenti, del GEA, dijo que el maíz tiene problemas de encharcamientos que empiezan a generar muertes de plantas. "Empieza a haber nacimientos irregulares en los lotes que quedaron bajo el agua. Esto directamente le va a pegar al potencial de rinde del cultivo. Y también preocupa la superficie remanente que se tenga que sembrar porque se empieza a pasar la fecha", señaló.

También intranquiliza que siga lloviendo, "porque lo suelos ya no tienen capacidad de absorción de agua, los perfiles están cargados y todo lo que caiga extra provoca anegamientos".

En el caso de la soja, explicó que no se pueden hacer las labores en tiempo y forma, y se va a tener que ir dilatándo la fecha de siembra. "No hay problemas por el momento porque todavía estamos en octubre. Pero la duda es si continúa lloviendo, en qué momento se podrá salir a sembrar. Si son pocos los días de atraso quizá no sea necesario cambiar los ciclos del cultivo".

Pero Parenti advirtió que "un problema de exceso de agua en la cosecha parece mucho más preocupante".

Por último, en la región del GEA el trigo, que ya está en etapa de floración, estas lluvias empiezan a complicar por encharcamientos. "Ya hay superficie perdida, muerte de plantas y mucho riesgo de enfermedades por exceso de humedad como fusarium. El problema es que por el exceso de barro no se pudo entrar para hacer las aplicaciones preventivas".

En tanto,según la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, las intensas lluvias frenaron las siembras de maíz. Hasta el jueves último se llevaban implantadas el 36,8 % de las 3,4 millones de hectáreas proyectadas.

En soja, la siembra comenzó con contínuas interrupciones. Se lleva cubierta sólo el 2 % de las 17,9 millones de hectáreas previstas.

En tanto, el trigo ya se levantó el 4 % de la superficie sembrada, estimada en 3,6 millones de hectáreas. Las lluvias acumuladas durante el fin de semana pasado provocaron desbordes de ríos, arroyos y canales y en consecuencia, pérdidas de lotes por inundaciones, incluso también por granizo como en la localidad bonaerense de San Pedro.

Debido a las lluvias se agravaron las inundaciones en el oeste, centro y este bonaerense y nordeste de La Pampa. En cambio, los núcleos trigueros del sudeste y sudoeste de Buenos Aires mantienen buen estado".