El pasado jueves 13 de septiembre hubo una masiva movilización y protesta en varios puntos del país contra las medidas económicas y políticas del Gobierno de Cristina Fernández.

La organización de las marchas circuló por internet y los medios, y la movilización nacional se hizo bajo el lema "Hagamos ruido. Digamos basta". El propósito no fue el "que se vayan todos”, sino que la mandataria y su equipo de gobierno pudiera escuchar los reclamos que la ciudadanía quería hacerle.

Las protestas se dieron en Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba, Mendoza, San Luis, Chaco, Tucumán, Salta, Río Negro y Neuquén, y hasta San Juan tuvo su foco, que fue la provincia en la cual estuvo Cristina tras la inauguración de una fábrica de Lacoste, mientras todo esto sucedía. Cientos de sanjuaninos "cacerolearon" en la Plaza 25 de Mayo para sumarse a la protesta contra el Gobierno.

Los manifestantes cubrieron más de 4 cuadras y llevaron carteles con consignas "contra la corrupción" y también para repudiar la gestión del gobernador local, José Luis Gioja.

Pero el epicentro se dio sin dudas en la provincia de Buenos Aires. La concentración comenzó en distintas esquinas porteñas como Acoyte y Rivadavia; y Santa Fe y Callao, desde donde comenzaron a marchar primero hacia el Obelisco y luego ingresaron por la Diagonal Norte hasta el Cabildo y se distribuyeron por la Plaza.

Y una variedad de reclamos, entre los que predominaron el rechazo a la re-reelección a tavés de una reforma constitucional que impulsa el kirchnerismo, el pedido de mayor seguridad, el rumbo de la economía, el cepo al dólar y junto con este elemento, las restricciones cambiarias que se endurecieron en los últimos meses, la defensa de las instituciones, entre otros reclamos.

La respuesta de Cristina no se hizo esperar. Aprovechó el acto en San Juan para decir: "Yo nerviosa no me voy a poner ni me van a poner. Que se queden tranquilos".
El senador kirchnerista, Aníbal Fernández,  admitió en cambio que fue "importante" la movilización de ayer, pero dijo no saber "cuáles son los planteos que están haciendo" los manifestantes. Y señaló que "el Gobierno toma nota de cada una de las manifestaciones, sean un montón o 25 personas”.

El jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri, expresó que esperaba que la Presidenta tomara el mensaje que quiso dar gran parte de la ciudadanía en el día de ayer.

Las redes sociales fueron las grandes protagonistas de esta masiva movilización por la repercusión que generaron tanto Twitter como Facebook, que fueron los canales elegidos por la gente para seguir y comentar minuto a minuto lo que iba ocurriendo en los distintos puntos del país.

En Twitter por ejemplo, hubo un debate acalorado entre los que estuvieron a favor y en contra de la protesta.

El campo, a través de dirigentes, productores y legisladores ruralistas manifestaron su apoyo a las movilizaciones en distintos puntos del país. El reclamo general de este sector se expresó en el pedido de un cambio en la política agropecuaria.

Carlos Baravalle, director de la Federación Agraria Argentina (FAA) y productor de Carrilobo, señaló que se “reclama por la política agropecuaria llevada a cabo por el Gobierno Nacional, ya que fomenta lo que es la concentración de la tierra y eso es un proceso de un goteo silencioso en el cual va desapareciendo el pequeño productor”.

Ricardo Buryaile, diputado formoseño de la UCR, ironizó a través de su cuenta en Twitter: “¿Clarín movilizó a toda la “poca” gente que hoy protestó?

El ex jefe de Gabinete, Alberto Fernández, analizó la multitudinaria movilización y destacó la importancia de que haya sido convocada por la propia gente, además de la diversidad de reclamos con la que contó. "Es un llamado de atención muy serio. La presidenta debe reflexionar", expresó.

Asimismo, comparó la reciente protesta con la última movilización del campo, en 2008, y dijo que "la actual fue mucho más fuerte".

El referente de Carta Abierta, el grupo de intelectuales kirchnerista y Director de la Biblioteca Nacional, Horacio González, se expresó sobre la marcha y reflexionó: "Hay que tomar nota de esta movilización". Y agregó que "el Gobierno no debe descuidar esta marcha porque es necesario tomar nota de esta importante movilización”, aunque aclaró que no estaba de acuerdo con los fundamentos de la misma.

En ese marco, González indicó que sería mejor que "esto se haga por medio de fuerzas políticas organizadas, con un programa político y sin odios", según consignó la agencia DyN.

En resumen, fue una protesta masiva que se hizo sentir en casi todo el país, que estuvo encabezada fundamentalmente por la clase media, y que no fue un llamado de atención sólo para el Gobierno de Cristina Fernández, sino que también es un semáforo amarillo para la oposición, ante la necesidad de algunas fracciones ciudadanas que pidieron que emerja una fuerza política alternativa que todavía no es clara. Asimismo, no se trató de una protesta destituyente, sino que estuvo impregnada por reclamos ante medidas políticas y económicas del Gobierno actual que requieren un giro o cambio. Recae en el gabinete de Cristina la responsabilidad de reflexionar y actuar en consecuencia, o hacer caso omiso y continuar con el modelo de gobierno Nacional y Popular que defiende.