José Manuel De la Sota tiene un secreto: siente, en su fuero íntimo, que su momento es éste . En verdad eso sienten todos los candidatos, y por eso una elección se transforma en la paradoja de una pelea en la que todos sienten que fueron convocados por el Destino y que lo que pasa es lo que tiene que pasar.

Hay que estar un poco loco para querer ser presidente; es esa convicción íntima, ese secreto, el que los lleva al poder: el secreto que hace que Scioli soporte con la paciencia de Kung Fu cualquier embate, que Néstor esperara confiado aquel llamado de Duhalde ungiéndolo como candidato o que De la Sota piense, ahora, que su momento es éste. El Destino, finalmente caprichoso, hará lo que se le venga en gana, y elegirá a uno solo de los convencidos.

La enfermedad, o la muerte, se transforman en escollos que se interponen en ese camino . Obstáculos, pruebas. En el caso del “Gallego” De la Sota, se enteró de la muerte de su hija Agustina en el hotel Crillón, en una reunión partidaria después de haber perdido las elecciones del 87. Se lo dijo, por teléfono, otra de sus hijas, Natalia, que encontró ahogada a su hermana. El padre del candidato murió en un accidente en otra campaña electoral ; su primera nieta se murió a los cuarenta días, de hidrocefalia. Hace unos días, mientras sentía que el Destino había empezado a tomarle la mano, su nieta Magdalena, de cinco años, fue operada de un glaucoma que le descubrieron de casualidad: jugando, le pidió a su abuelo oculista que “le revisara los ojitos”. Magdalena reposa durante veinte días, y salió bien del trance.

Pero el mismo jueves el Destino le jugó otro truco: siete policías y 15 manifestantes heridos en su provincia cuando se enfrentaron empleados estatales y policías alrededor de los Tribunales de la capital cordobesa. A la mañana, De la Sota estaba convencido de que la marcha había sido armada desde Buenos Aires: “Es Zannini, que les está dando manija” , le dijo a unos amigos en privado. A la tarde el tema se convirtió en una obsesión y lo repitió como una letanía en la reunión con Macri. “Los cordobeses nos merecemos saber quiénes son los violentos.

Quiénes los mandan . Cómo llegaron al lugar de los hechos. Quiénes les proveyeron los morteros con bombas con clavos y quiénes eran los que dirigían los intercomunicadores y les daban órdenes de atacar con furia, queremos saber de dónde vinieron”, dijo una solicitada del gobierno de Córdoba en los diarios del viernes a la mañana. Al mediodía de ayer la Policía local seguía una pista sugestiva: tres taxis con gente de Buenos Aires que habían sido vistos en la autopista de entrada a la ciudad. ¿Serían los porteños algunos de los encapuchados que comenzaron los disturbios?

De la Sota sabe que lo que comenzó como una pelea administrativa puede tener consecuencias imprevisibles: gran parte de los jubilados cordobeses gana el 82% móvil real (en verdad, sin los descuentos de los activos perciben el 104% del salario de un trabajador, jubilaciones de más de diez mil pesos). Un convenio firmado por Diego Bossio de la ANSeS y el entonces gobernador Juan Schiaretti, el 28 de diciembre de 2009, establece el monto que la Nación se comprometía a enviar a la provincia para financiar el déficit del sistema previsional: 1.600 millones en 2010 y 2011. De ese monto, la Nación adeuda 1.040 millones que ahora se niega a pagar. Las palabras de Bossio llamando “jubilados de privilegio” a los cordobeses y el aviso del Gobierno usando Fútbol para Todos instalaron un cortocircuito en las propias filas K de la provincia. Y lo que comenzó como un reclamo puntual tiñó de otro color una seguidilla de reclamos provinciales : Córdoba se encolumnó detrás de Santa Fe, que en 2009 presentó un reclamo ante la Corte para que la Nación le pague 1.307 millones que le debe a la Caja de Jubilaciones provincial, y ahora el gobernador de Corrientes, Ricardo Colombi, también le exige pagos a la ANSeS y regalías atrasadas de las represas de Yacyretá y Salto Grande: 1.800 millones de pesos .

“Las únicas veces que conseguí hechos positivos del Gobierno nacional para Córdoba fue cuando me pele é, nunca por las buenas”, le dijo De la Sota a Perfil en una entrevista de 2007.

Ese había sido el tema de su última reunión con Cristina, en el verano de 2012. De la Sota salía de un acto en la Casa de Gobierno cuando se le acercó la edecán presidencial.

“La Presidenta quiere verlo”, le dijo.

“Yo me iba medio a las apuradas porque en la Rosada, cuando voy a los actos, no conozco a nadie.

Si casi no hay peronistas ... Me doy cuenta de quiénes son los de la Cámpora porque veo que me miran con asco ”, comentó en privado el gobernador recordando aquel día.

“Lo que quiero es que nos paguen lo que nos deben”, le dijo a Cristina. La Presidenta le prometió derivar el asunto a Abal Medina. No eran sólo los 1.000 millones de la ANSeS: Córdoba también reclamaba 600 millones de obra pública nacional “que De Vido nos dijo hagan, hagan ustedes que después le mandamos la plata” y que quedaron en la nada después del enfrentamiento entre Cristina y Schiaretti. Y el otro reclamo era pasar a la jurisdicción provincial una ruta nacional, la 36, que une Córdoba con Río Cuarto y, concesionada al Grupo América, ostenta el triste récord de ser la ruta con más accidentes del país .

“Lo único que nos dieron fue la ruta”, se queja ahora De la Sota.

La historia que comenzó con Scioli y los aguinaldos y siguió con Macri y los subtes se renueva con De la Sota: una encuesta realizada por Aresco, una consultora cercana al Gobierno, sobre 4.159 casos en julio en todo el país muestra al gobernador de Córdoba con una imagen positiva del 70% (Muy buena 30,9%, Buena 40,2%). Por eso la foto con Macri el jueves a la tarde era vista desde el Gobierno central con desagrado. Voceros de la ciudad y de Córdoba se encargaron de remarcar que el encuentro no tenía ningún sentido electoral. Pero aunque eso sea hoy impensable, la imagen –como la de Scioli y Moyano unidos por un partido que resultó letal después– hablaba por mil palabras . Hay quienes dicen que, por paradoja, es el estilo de monólogo autoritario K el que crea estos fenómenos: que hablar con alguien distinto constituya una noticia de primera plana.

“Cómo estará de loco el país –dice De la Sota–. Yo no soy enemigo de Macri, sólo pensamos distinto . Si a los 62 años no hago lo que siento, mejor me voy a jugar con mis nietos”.

Lo dice y siente, como también sienten los otros, que ésta es su hora .

INVESTIGACION: JL/ MARIA EUGENIA DUFFARD/AMELIA COLE