A pocas semanas de iniciar el período de siembra 2012/13, la interacción de diversos factores genera una gran incertidumbre acerca del área que podría cubrir el cultivo grueso. A pesar de que al principio era poca la intención de siembra, actualmente dicha merma podría verse atenuada por un mejor precio de mercado, mejores perspectivas climáticas y una situación de mercado más fluida dado el cupo de exportación anunciado.
No obstante, la reducida capacidad de inversión de varios productores, el incremento de ciertos costos y una condición hídrica deficitaria en gran parte del área agrícola, son variables que contrarrestan los incentivos antes mencionados a pocos días de comenzar el nuevo ciclo, según informó la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.
En cuanto al contexto económico, hay varios factores económicos que tienden a deprimir la intención de siembra en muchas de las regiones bajo estudio. Teniendo en cuenta el alza registrada durante los últimos años sobre los costos de producción y transporte, la incorporación de maíz dentro de las rotaciones de un establecimiento agropecuario demanda en consecuencia una gran inversión inicial en relación a otros cultivos. Esto último se encuentra relacionado al gran consumo de insumos que son necesarios para que, bajo condiciones climáticas favorables, el cultivo pueda maximizar su potencial de rinde a cosecha.
No obstante, los débiles resultados obtenidos en la campaña previa limitan la actual capacidad de inversión de muchos productores y debido a ello la financiación de insumos podría transformarse en un punto crítico a fin de definir el área que finalmente podría ocupar este cultivo durante la próxima campaña 2012/13.
Simultáneamente, el incremento de precios internacionales registrados durante las últimas semanas volvió a captar la atención de muchos productores, que comienzan a responder reflejando un mayor interés por la incorporación de hectáreas durante la próxima siembra.
Finalmente, por el lado de la comercialización hay signos positivos que permitirían anticipar una fluida venta de la producción y ello también podría impactar de forma positiva sobre la actual intención de siembra de este cereal.
La fecha de siembra tardía en maíz permite incrementar la probabilidad de acumular humedad en los perfiles, como así también ubicar el período crítico del cultivo (+/- 10 días a floración) fuera del período de mayor demanda atmosférica y por lo general menor oferta hídrica (Enero). Está práctica brinda al productor una mayor seguridad a cosecha y en general presenta una mayor estabilidad interanual.
No obstante, bajo condiciones climáticas no restrictivas, la siembra tardía presenta un menor rinde potencial a cosecha en comparación a cuadros sembrados en fechas de tempranas.
Por otra parte, la perspectiva climática para la próxima campaña aún no se encuentra bien definida. Inicialmente son elevadas las probabilidades de registrar un año climático del tipo “El Niño”, un factor alentador dado que podría beneficiar con mayores volúmenes de lluvias a las producciones agrícolas extensivas, como es el caso del cultivo de maíz. Pese a ello, los pronósticos actuales indican que este fenómeno podría llegar de forma tardía y con moderada a baja intensidad, manteniendo una serie de riesgos como consecuencia de la acción residual provocada por el doble episodio de “La Niña”, que afectó negativamente las dos campañas agrícolas precedentes.
A la fecha, nos encontramos próximos a transitar la ventana óptima de siembras para fechas tempranas, registrando una irregular oferta hídrica en el suelo. Únicamente la región bonaerense, el sector sur de Entre Ríos y sectores del Núcleo Norte presentan condiciones hídricas favorables para la siembra del maíz. Contrariamente, las regiones primicia ubicadas sobre el Centro Norte de Santa Fe y Córdoba y Norte de Entre Ríos, no presentan condiciones hídricas adecuadas y deberán reponer humedad en el corto plazo a fin de garantizar la incorporación de cuadros en fechas tempranas.
Por último, es importante destacar que la mayor parte del área maicera nacional se siembra en fechas tempranas y de no registrarse condiciones hídricas adecuadas durante el inicio de primavera, sólo una parte de dicha superficie podría ser incorporada en fechas tardías.
En resumen, el significativo incremento del precio registrado durante las últimas semanas, junto a la probabilidad de acceder a una fluida comercialización durante el próximo ciclo, alienta a los productores y frena parcialmente la pérdida estimada sobre la intención de siembra.
A la fecha, y teniendo en cuenta el contexto tanto económico como climático anteriormente descripto, la superficie tentativa de siembra con destino a grano comercial del nuevo ciclo se estima en 3.100.000 hectáreas, reflejando una caída de 20% en relación a la superficie implantada durante el ciclo previo (3,87 MHas, 2011/12) y un recorte de 5% en comparación al promedio de siembra de las últimas cinco campañas (3,26 MHas, promedio 07/08 al 11/12).