El actual repunte que se observa en los precios del maíz, el trigo y la soja abre nuevas oportunidades para los países exportadores de estos commodities, al tiempo que aumentan los riesgos de inseguridad alimentaria en poblaciones pobres de los países importadores netos de cereales, especialmente aquellos cuyas importaciones provienen mayoritariamente de EE.UU., informó el comunicado de presa de la Oficina Regional para América Latina y el Caribe de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO)
La sequía en Estados Unidos afectó al 75 % de la superficie cultivada de maíz y soja, lo que generó presiones al alza y volatilidad en los precios de estos alimentos, provocando incertidumbre sobre el comportamiento de los mercados internacionales de granos en el mediano plazo, señaló la Oficina Regional de la FAO.
Según el Boletín Trimestral de Seguridad Alimentaria y Nutricional, los precios internacionales del maíz, el trigo y la soja, se elevaron más de 30 % desde el inicio de junio y el 20 de julio de 2012.
“Los países exportadores netos de estos granos y de soja, como Argentina, Brasil y Paraguay podrán aumentar sus exportaciones en el corto plazo. Además, podrán aumentar los ingresos que destinan a la inversión en la agricultura y a la expansión de sus sistemas de protección social, los que amortiguan los efectos del alza de los precios en el consumo alimentario de los hogares de menores recursos”, explicó Raúl Benítez, Representante Regional de la FAO.
Sin embargo, Benítez señaló que este nuevo nivel de precios representa -en el corto plazo- un desafío adicional para aquellos países importadores netos de estos granos y de soja, en especial aquellos cuyas importaciones dependen de los EE.UU., como México, los países centroamericanos y caribeños.
“Estos países deberán reforzar sus políticas para ampliar la producción interna de alimentos básicos, diversificar sus fuentes de importaciones y reforzar sus sistemas de protección social”, enfatizó Benítez.
El mismo Boletín trimestral de la FAO señala que la producción agrícola de América Latina y el Caribe se recuperó tras la caída de 2011/12, y pronostica un alza de 4 % en la producción de cereales en 2012/2013, en especial del maíz.
Altos niveles de producción de maíz
El aumento de la producción regional responde, en gran parte, a los buenos resultados en la cosecha de granos secundarios (maíz, cebada, avena, sorgo y otros) en América del Sur. Se prevé que dicha producción alcance 122 millones de toneladas, un 8 % por sobre la temporada pasada.
Lo anterior se explica principalmente por la buena cosecha de maíz, donde se pronostica un total de 68,5 millones de toneladas, 22 % más que en 2011. Por el contrario, como consecuencia de la falta de precipitaciones, en Argentina se pronostica una reducción de 12 % en su producción de maíz, la que alcanzará 20,1 millones de toneladas, pese al incremento de 10 % en el área sembrada.
En Bolivia, en tanto, la producción de maíz se pronostica en un millón de toneladas, un 4 % por sobre los buenos niveles de 2011, debido a favorables condiciones climáticas y a un aumento del área plantada.
En Chile y en Colombia los pronósticos también son favorables; en ambos casos la producción ha aumentado un 8 % por sobre los niveles de 2011. En México se espera una producción de maíz de 21,8 millones de toneladas, 14 % más que los bajos niveles del año previo.
FAO llama a mantener el dinamismo del comercio de cereales para enfrentar el alza de precios
Las exportaciones agroalimentarias de América Latina crecieron 8 % en el primer trimestre del 2012, en comparación con el mismo trimestre del año anterior. Según el Boletín Trimestral, alcanzaron US $ 47 mil millones de dólares.
Por su parte, las importaciones agroalimentarias realizadas por América Latina crecieron 18 %, alcanzando US $ 19 mil millones de dólares durante el trimestre observado. En consecuencia, la región continua con un saldo comercial positivo en los productos agroalimentarios, el que supera los US $ 27 mil millones de dólares durante el primer trimestre, levemente superior al mismo periodo del 2011.
“Mantener el dinámico ritmo del comercio de cereales en la región, buscando la complementariedad entre países exportadores e importadores netos, ciertamente contribuirá a reducir los impactos del alza de los precios en estos últimos”, señaló Benítez.