Sostuvo que los salarios deben negociarse por productividad y que el Gobierno vigilará atentamente. Techint y otras compañías que pagan bien a sus ejecutivos tendrán que dar fuertes actualizaciones al resto de sus empleados. El gremio de Moyano debe esperar mucho menos. Los jubilados seguirán recibiendo las actualizaciones y no habrá default de la deuda. La conclusión es que, por ahora, no piensa devaluar el peso para solucionar problemas de competitividad. Hasta tuvo un reproche para el "club de los devaluadores", entre quienes identificó a los que se preocuparon cuando el real brasileño se depreciaba fuerte frente al dólar, lo cual en buena medida se revirtió posteriormente por las medidas aplicadas en el mayor socio del Mercosur.
La Presidenta tampoco mencionó en momento alguno la inflación, que relativiza el impacto de los índices favorables que anunció.
Otra conclusión obvia es la absoluta adopción de las ideas y medidas económicas de Guillermo Moreno, así como de sus métodos.
Una cosa grave es el controvertido secretario reprochándole por teléfono a un ejecutivo el salario supuestamente excesivo que cobra y otra mucho más grave todavía es que la Presidenta ventile datos parecidos en una cadena nacional. Su propio esposo, cuando era diputado nacional por la provincia de Buenos Aires, se negó en feroces y desafiantes términos a informar si estaba cobrando o no una jugosa jubilación de privilegio como ex presidente.
El mensaje es bastante claro. Techint y una alimentaria a la que no identificó deben pagar más a sus empleados. ¿Buscará hacerles un favor a los tradicionales sindicatos peronistas contra el avance de los de izquierda combativa? La Presidenta y Moreno hicieron recientemente fuertes críticas al grupo Ledesma y acusaron a sus directivos y propietarios de haberse beneficiado con la obtención de créditos del Bicentenario y, al mismo tiempo, haber comprado dólares. La crítica fue parcialmente reiterada ayer, con muchos menos detalles.
En el caso de los camioneros, la Presidenta ya dijo que no pueden esperar seguir liderando el ranking de incrementos.
Recordó que hay un "subsidio" y que, por ello, no se puede seguir contando con él para acrecentar ingresos de los trabajadores. Un beneficio extraño y muy discutible se otorgó a las empleadores que tuvieran camioneros en su nómina, reduciéndoles el pago de aportes patronales.
UN SUBSIDIO CONTROVERSIAL
De este modo, cuando Hugo Moyano capturaba empleados a otros sindicatos, argumentaba que pasarían a ganar más. Pero a los empleadores al menos parte del incremento del costo se les compensaba por el menor aporte. Era y es un subsidio muy discutible que alienta el traspaso de empleados al sindicato de Moyano. Fue sostenido con entusiasmo durante su mandato por Néstor Kirchner, pero los tiempos, evidentemente, han cambiado.
Cristina Kirchner también anunció un sistema de créditos a pequeñas y medianas empresas que permitirá que los gobernadores elijan empresas que tengan proyectos. El Banco Central actuará como evaluador. El grave peligro es que ante el impago, las entidades financieras puedan demandar al Central y cobrarse. Nada que no haya ocurrido en el pasado.
La Presidenta también se sintió gratificada por la gran cobertura del sistema previsional, que supera a la de Chile y Brasil. Pero también reconoció que más de cuatro de cada diez jubilados son personas que no habían hecho los aportes necesarios. Las comparaciones en términos de dólares de jubilaciones de hace más de diez años son discutibles. El poder adquisitivo de la moneda norteamericana era, entonces, muchísimo mayor que ahora.