Como un boxeador exhausto después de varios rounds muy duros, los cultivos, en especial el maíz que se encuentra definiendo su rinde en la zona agrícola núcleo, estuvieron contra las cuerdas, casi al borde del knock out , hasta el lunes pasado. Las lluvias que cayeron entre el martes y el miércoles último no fueron homogéneas para toda la pampa húmeda. Fueron, en todo caso, como una toalla tirada al centro del ring para que el boxeador recomponga reservas. Descargaron un mayor caudal sobre el este de La Pampa y el oeste y sudoeste bonaerense, pero en la región núcleo la tormenta pasó con milimetrajes en pocos casos con más de 20 mm. La Bolsa de Cereales de Buenos Aires estimó, anteayer, en 20,35 millones de toneladas la cosecha de maíz, por debajo de 22,5 millones del año pasado y lejos de los 25 a 26 millones de toneladas que fuentes privadas y el Gobierno estimaban al inicio de la siembra. Informalmente se estima incluso que el maíz podría estar en 18 millones de toneladas. En soja, Agritrend recortó a 47,5 millones de toneladas la cosecha, versus 55 millones de la campaña pasada.
Donde llovió poco, como el norte bonaerense, la luz de alerta sigue encendida. Encima, se vienen tres semanas con lluvias erráticas, según alertó Eduardo Sierra, experto en agroclimatología.
Para Julio Lieutier, en el norte bonaerense y el sur de Santa Fe se perfila una merma en el rinde del 20 al 25% respecto de los promedios históricos de 90 quintales. "Hoy se podría hablar de 70 a 75 quintales, pero con variabilidad", indicó.
En Arrecifes, una de las localidades más afectadas del norte bonaerense, según el asesor Fernando Brouver la disminución del rinde en maíz sería del 20al 40/50%. El año pasado allí el promedio fue 80 quintales.
Para el maíz en el este de La Pampa y el oeste bonaerense, Gustavo Duarte ya calcula un importante recorte, que rondará del 30 al 60 por ciento. Para la soja de primera, según el consultor, el rinde estaría afectado sólo en un 10 por ciento. En cambio, para la soja de segunda que se sembró con atraso el impacto rondaría el 30 por ciento.
Leonardo Zino, de Red Surcos, estimó una baja del 50% en los rindes en maíces de Trenque Lauquen, América y alrededores. "Las decisiones de los productores pasan por picarlo ahora o dejar que llene un poco y después ver si lo pican o dejan para cosecha", indicó.
Según Daniel Coria, en Junín las lluvias que pudieran llegar para maíz "sólo mejorarían el peso de los granos, pero no podrán compensar la falta de granos por espiga".
Para Santa Fe, en la zona de Hughes, Alberto Marchionni cree que el maíz tiene una reducción del 15 al 20% y que la pérdida en soja en general va del 10 al 15 por ciento.
Según Eugenio de Bary (h.), para el oeste y sur de Venado Tuerto la situación es la siguiente. "Del 100% del maíz, el 60% está bueno con pérdidas del 10%. El restante 40% es el que tiene la mayor variación de pérdida, que va desde el 20% al 60%", dijo. En opinión de David Erbojo, de Agros Soluciones, en cercanías de Rosario el rinde rondaría 80 quintales, pero hacia el norte caería a 50 quintales.
Para el asesor Mario Fernández Osuna, para la zona centro de Santa Fe, de la de ruta 19 al Sur y de la ruta 34 al Oeste, allí la merma en maíz irá del 30 al 50%. En el centro oeste de Santa Fe podría haber, según Marcelo Peano, disminuciones en el rinde del 50 hasta el 80%. La mayor baja estaría sobre la zona de San Justo, según explicó.
En Entre Ríos, según el asesor Mauro Cragnolino, en el departamento Paraná los rindes van a estar entre 10/15 y 50/60 quintales. "Algunos lotes se tuvieron que picar", añadió. Para Córdoba, Ezequiel Acuña, de Red Surcos, indicó que en el norte provincial habría una merma del 10 al 20%. En soja la caída será más por la demora en la siembra y rondaría de 10 a 20 por ciento.
A la defensiva
Pero más allá de estimar los rindes, ¿pueden los productores evitar más
pérdidas? Según los especialistas deberían aferrarse a los siguientes consejos:
Mantener los lotes limpios de malezas. "Estamos priorizando que el agua
disponible en el suelo sea consumida por las plantas de soja y maíz y no por
malezas, por lo que estamos manteniendo el lote totalmente limpio de malezas.
Estamos adelantando fumigadas que proyectamos hacerlas en una semana", expresó
De Bary (h). Pensando en la soja, Duarte aconsejó usar aceites y humectantes
para mejorar la calidad de las aplicaciones, "siendo fundamental no hacerlas en
horas pico, donde la humedad relativa es muy baja y la temperatura, elevada".
Plagas. "Es preciso extremar los cuidados del cultivo durante todo su
período, especialmente contra plagas que incrementan su daño en años secos, como
los trips y arañuela [en soja]", dijo Juan Pablo Ioele, asesor del CREA Posta
Espinillos, en el sudeste cordobés.
Enfermedades. "Hay que hacer todos los tratamientos de fungicida necesarios
para mantener los cultivos en condiciones óptimas", opinó Marchionni. "En maíz
debemos realizar una o dos aplicaciones para el control de roya, según los
hibridos", agregó. Para soja, De Bary (h.) dijo: "Vamos a concentrar el esfuerzo
para enfermedades de fin de ciclo y un posible ataque tardío de mancha ojo de
rana. Una vez que llegue a R 3 y los milímetros acumulados superen los 50 mm
aplicaremos fungicidas que nos protejan unos 20/25 días más."
Siembras demoradas. Según Duarte, respecto de las siembras de maíz que se programaron para diciembre pasado, aún hasta el 10 del actual se pueden hacer, pero priorizando densidades bajas y con ciclos más cortos. Si a un maíz de primera se lo maneja con 80.000 plantas, para esta situación habría que apuntar a 50.000.
En cuanto a la soja aún no implantada, Duarte aconsejó incrementar la densidad para mejorar la situación ante fallas en la implantación, ajustar la variedad y el ciclo para no afrontar el riesgo de que las temperaturas otoñales afecten el llenado final y usar semillas de calidad y tratadas con fungicidas.
Para los especialistas en una campaña como la actual se va a notar la diferencia entre los lotes en siembra directa que continúan bien rotados y manejados versus aquellos que tuvieron barbechos tardíos o sucios o con un mal control de malezas.
UN DURO GOLPE PARA LA PRODUCCIÓN
1. Las zonas más afectadas. Entre las regiones más castigadas se encuentra el norte bonaerense. Hay localidades que, pese a las lluvias de la última semana, siguen necesitando 80 mm para recuperarse.
2. El cultivo con mayor estrés. El maíz es quien más sufrió el impacto de la sequía. En no pocas regiones hay recortes del 20 al 30% en el rinde, que suben inclusive a más del 50% en el centro oeste santafecino.
3. La soja, con chances. En la zona núcleo, la oleaginosa tendrá su período crítico hacia fines de este mes y tiene posibilidades de frenar las pérdidas, pero ya sintió el golpe.
4. El manejo. Según el cultivo, productores y técnicos recomiendan mantener los lotes limpios para que las malezas no consuman la poca humedad disponible y realizar controles de plagas y enfermedades.
Fernando Bertello
LA NACION