“ Sucede que cuando empiezan a caer las exportaciones, (en este caso porque la falta de lluvias amenaza la cosecha agropecuaria) el Gobierno enseguida trabaja sobre las importaciones para preservar la balanza comercial ”, explica Mauricio Claveri, analista de Comercio Exterior de la consultora Abeceb.
El primer paso, en ese sentido, lo dio el secretario de Comercio, Guillermo Moreno, el jueves pasado cuando citó a los representantes de los supermercados y a los mayoristas para bajarles directivas en cuanto a qué productos pueden importar y cuáles no . A los empresarios, les quedó claro, entonces, que “no se puede importar ningún producto que se produzca en el país”, según la advertencia oficial.
Otra modalidad que se baraja para frenar las importaciones es la de aumentar la cantidad de productos con licencias no automáticas para preservar la producción local. De hecho, los empresarios de la CGE mantuvieron reuniones con el ministerio de Industria para pedir que se ampliara el listado de estos productos. Pero, según Claveri, “es más improbable que el Gobierno avance con las licencias no automáticas porque tienen un costo político alto, ya que puede generar represalias desde otros mercados”, señaló, tras recordar el caso del aceite de soja nacional que dejó de comprar China en el 2010.
La expectativa es que el superávit de este año disminuya respecto del 2010 , cuando rondó los $12,5 mil millones, según el cálculo de la mayoría de los analistas.
“Pero el Gobierno apunta a que no caiga por debajo de los 10 mil millone s, por eso, busca comprometer a las empresas para que no importen más allá de lo previsto”, apuntó Claveri.
Desde la Cámara de Importadores (CIRA), Diego Pérez Santisteban comentó que el sector “está rezando para que la falta de lluvias no disminuya demasiado el volumen de la cosecha”.
“Si esto ocurre, vamos a tener problemas con las importaciones”, advirtió el titular de la entidad. El directivo insistió en que “las importaciones se han convertido en la variable de ajuste de las cuentas fiscales”. “Por eso, si no se llega a cumplir el objetivo de alcanzar un superávit comercial de 12.000 millones, seguramente se va a restringir el ingreso de productos desde el exterior”, vaticinó Santisteban.
La clave está en “La Niña”, el fenómeno climático que produjo la sequía y que podría deteriorar la cosecha de soja entre 15 y 20% , según algunas previsiones. Como también, la cosecha del maíz, que sería la más perjudicada con recortes diarios de 200 a 300 kilos de rinde potencial.
“Cada día que pasa sin lluvias, aumenta el riesgo de las perdidas” , dice Claveri. Y recuerda que sólo el complejo sojero pesa un 30% en el nivel de exportaciones. Y llega al 40% si se incluye el resto de los granos.