Ings. Agrs. Gustavo N. Ferraris(1), Lucrecia A. Couretot(1), Fabio Prats(2) y Héctor Targhetta (3)

  • Desarrollo Rural INTA EEA Pergamino
  • Pasa Fertilizantes -Petrobras
  • Barenbrug Palaversich
  • En la Región Pampeana Argentina, los sistemas ganaderos compiten fuertemente con la producción de granos, y por este motivo, ocupan una superficie restringida y, en general, ambientes de baja a media potencialidad de producción. Para generar sistemas ganaderos altamente competitivos, es necesario incrementar su productividad, lo cual depende en gran medida del incremento y la estabilización de la oferta forrajera a lo largo del año (Rearte, 2003).

    Un factor que habitualmente restringe el crecimiento de las especies forrajeras es el abastecimiento de nutrientes minerales, dentro de los cueles, por la magnitud de su demanda y su variabilidad espacial y temporal se destacan, en ese orden, el nitrógeno (N), el fósforo (P) y el azufre (S).
    Las gramíneas forrajeras como raigrás, cebadilla, festuca, pasto ovillo y otras, responden incrementando su producción de materia seca (MSeca) en forma lineal en un amplio rango de dosis, de hasta 150 kgN ha-1 (Marino y Agnusdei, 2005). Carta et al., (2004) en el área de 9 de Julio (Bs As), lograron duplicar la producción de raigrás anual como promedio de tres años de ensayos, agregando dosis de hasta 200 kgN ha-1. La pendiente de esta relación indica una eficiencia de uso de N (EUN) media para los tres años de 34 kg MSeca:kg N aplicado.

    En otra experiencia realizada en Bolívar, Ojuez et al, (2006) determinaron incrementos de un 50 % en la producción de Mseca al incrementar la dosis de N de 32 a 64 kgN ha-1 cuando la pastura mantuvo una buena condición hídrica producto de un barbecho previo a la siembra, y ausencia de respuesta cuando la implantación se realizó sin este barbecho.

    La EUN para la dosis de 64 kg con barbecho previo fue de 26 kg MSeca:kg N aplicado En todos los casos, las respuestas observadas permitieron incrementar la oferta forrajera, anticipar el crecimiento y con ello la utilización de la pastura, estabilizar la oferta a lo largo del ciclo y, en definitiva, aumentar la productividad animal.

    Por otra parte, cuando se analiza la respuesta a otros nutrientes como S, micronutrientes o aún N en aplicaciones tardías sobre pasturas, existe poca información como para realizar recomendaciones definitivas. Esto mismo sucede cuando se analiza la respuesta en rendimiento de grano con destino a la producción de semillas forrajeras, lo cual ha sido poco estudiado hasta el momento. En vistas a responder a estos interrogantes, se realizó un ensayo cuyo objetivo fue evaluar la respuesta en producción de MSeca, rendimiento y otros parámetros morfológicos del raigrás anual (Lolium multiflorum Lam.) al agregado de N, S, Nfoliar y Boro (B) foliar.

    Resultados y discusión:

    A) Características climáticas de la campaña
    En los dos años de ensayo el patrón de lluvias fue similar. Las precipitaciones fueron muy escasas durante todo el invierno (Figura 1), y en la primavera retornaron las lluvias lo que sumado a temperaturas más benignas posibilitó que el crecimiento el cultivo se incrementara notablemente.

    Figura 1: Precipitaciones decádicas acumuladas para la localidad de Pergamino, durante los años 2006 y 2007.

    B) Efecto de la fertilización sobre la acumulación de MSeca, el rendimiento y otros parámetros de crecimiento.
    B1) Año 2006
    Los valores de las variables evaluadas se presentan en la Tabla 4.

    Tabla 4: Materia seca acumulada en dos cortes, rendimiento y otras variables de cultivo. Fertilización en raigrás, Pergamino, año 2006.

    Se determinaron diferencias estadísticamente significativas para MSeca 1er corte, Mseca 2do corte, MSeca total y Rendimiento grano para semilla (kg ha-1). Los tratamientos con agregado de N superaron al testigo en producción de Mseca en todos los cortes (Figura 2). La aplicación de N foliar produjo una tendencia no significativa aunque destacable en producción de Mseca en ambos cortes. Como ha sido mencionado en reiteradas ocasiones, las gramíneas incrementan la producción de tejidos verdes hasta dosis muy elevadas de N, hasta un punto tal que es difícil alcanzar los techos de producción con las dosis que habitualmente se emplean a nivel de campo.

    Estos resultados permitieron plantear la hipótesis de que era posible obtener respuesta en producción de Mseca hasta dosis mayores de N, la cual fue evaluada al año siguiente aplicando 100 kg N ha-1.

    Los tratamientos difirieron estadísticamente en la producción de granos para semilla. Se registró una tendencia incremental por el agregado de N, y un efecto significativo de S sobre los rendimientos (Figura 3). El N foliar y el B no mejoraron la producción de grano.

    Figura 2: Materia seca acumulada en 1er corte (24-octubre), 2do corte (28-noviembre) y acumulado en ambos cortes,  por la aplicación de diferentes tratamientos de fertilización con nitrógeno, azufre y boro en raigrás. Ensayo año 2006. Letras distintas representan diferencias estadísticamente significativas entre tratamientos, para una misma fecha de corte. Las barras de error indican la desviación Standard de la media.

    Figura 3: Rendimiento de grano destinado a la producción de semilla, como resultado de la aplicación de diferentes tratamientos de fertilización con nitrógeno, azufre y boro en raigrás. Ensayo año 2006. Letras distintas representan diferencias estadísticamente significativas entre tratamientos. Las barras de error indican la desviación Standard de la media.

      La EUN es una medida de la cantidad de crecimiento y rendimiento acumulado por unidad de N agregado. La misma fue alta y muy similar para el N chorreado y foliar, respectivamente, alcanzando un rango de 28 a 32 kg Mseca total : kg N (Figura 4). Esta eficiencia estuvo en el orden de las observadas por Carta et al., (2004) y por Ojuez et al., (2006) en el centro de la provincia de Buenos Aires. En el caso de la producción de grano, sólo el agregado de N como UAN o TSA chorreado al suelo incrementó el rendimiento. La EUN alcanzó a 5,5 para N solo, y aumentó hasta 13,5 cuando se agregó en forma conjunta S (Figura 5), representando así un caso de sinergismo entre nutrientes.

    Figura 4: Eficiencia de uso de N para producción de materia seca total (kg Mseca: kg N). El N fue aplicado chorreado al suelo y por vía foliar. Ensayo año 2006.


    Figura 5: Eficiencia de uso de N para producción de grano (kg grano: kg N). El N fue aplicado chorreado al suelo y por vía foliar. Ensayo año 2006.

    B2) Año 2007
    La cuantificación de las variables evaluadas y su análisis estadístico se presentan en la Tabla 5.

    Tabla 5: Materia seca acumulada en dos cortes, rendimiento y otras variables de cultivo. Fertilización en raigrás, Pergamino, año 2007.

    Se determinaron diferencias significativas en producción en el 1er, 2do y 3er corte de MSeca así como en el total acumulado. En el resto de las variables no se observaron diferencias entre tratamientos. Sin embargo, para rendimiento y sus componentes se observó una tendencia favorable en los tratamientos fertilizados. El testigo alcanzó una producción de Materia seca de 0,45, 0,51, 0,52 y 0,52 con relación al tratamiento de mejor perfomance, para el 1ero, 2do, 3er corte y el total acumulado, respectivamente. Los incrementos de mayor importancia se obtuvieron por efecto del N y hasta la dosis máxima de 100 kg Nha-1, aun cuando el uso adicional de 15 kg S ha-1 permitió alcanzar el techo productivo en el 1er y 2do corte (Tabla 5 y Figura 6). El P incrementó ligeramente la producción de Mseca en todos los cortes, aunque las diferencias no fueron significativas. La producción total de Mseca fue considerablemente superior a la del primer año, lo cual puede atribuirse a un efecto de año, cultivar, fecha de siembra y a la utilización de una dosis máxima de N superior en este año, respecto de aquel.

    Figura 6: Materia seca en 1er corte (14-agosto), 2do corte (28-setiembre), 3er corte (5-noviembre) y acumulado en los tres cortes, por la aplicación de diferentes dosis y fuentes  de nitrógeno y azufre en raigrás. Ensayo año 2007. Para la producción de Mseca total, letras distintas representan diferencias estadísticamente significativas entre tratamientos. Las barras de error indican la desviación Standard de la media.

    Los tratamientos no difirieron estadísticamente en la producción de granos destinados a semilla (Figura 7), aun cuando los rendimientos del testigo alcanzaron un valor relativo de 0,79 respecto de los de mayor productividad. Las tendencias observadas indican que, cuando se utilizó una dosis de 50 kg Nha-1, el agregado de S mejoró los rendimientos, tendencia que fue anulada a la dosis máxima de N, de 100 kg ha-1.

    Del mismo modo, el uso de P aumentó los rendimientos en un 6%. Para ambos años de ensayo, no se observó una relación clara entre rendimiento y MSeca total acumulada (Figura 8), lo que podría estar indicando cierta variabilidad en los valores de rendimiento, cuya tendencia es menos clara que en producción de Mseca.

    La pendiente de la relación es mayor para el primer año, lo cual estaría reflejando que el efecto de tratamiento sobre la producción de Mseca se habría trasladado a la producción de grano para semilla en mayor medida que en el ensayo del segundo año.

    Figura 7: Rendimiento de grano destinado a la producción de semilla, como resultado de la aplicación de diferentes dosis y fuentes  de nitrógeno y azufre en raigrás. Ensayo año 2007. Las barras de error indican la desviación Standard de la media.

    Figura 8: Relación entre rendimiento de grano destinado a la producción de semilla y MSeca total acumulada como resultado de la aplicación de diferentes tratamientos de fertilización en raigrás. Ensayos años 2006 y 2007.

    Figura 9: Eficiencia de uso de P, N o S  para producción de materia seca total (kg Mseca: kg nutriente aplicado). El P fue aplicado al voleo a la siembra. El N fue aplicado chorreado al suelo y por vía foliar. El S chorreado al suelo. Ensayo año 2007.

    Figura 10: Eficiencia de uso de P, N o S  para producción de grano destinado a semilla (kg grano: kg nutriente aplicado). El P fue aplicado al voleo a la siembra. El N fue aplicado chorreado al suelo y por vía foliar. El S chorreado al suelo. Ensayo año 2007.

    Para producción de Mseca, la EUN aplicado en forma chorreada fue muy alta, y se redujo poco al incrementar la dosis de 50 a 100 kg ha-1. En cambio la EUN foliar fue baja. Asimismo, la EUS fue destacada a la dosis de 50 kg Nha-1 (Figura 9). La EUP igualmente alcanzó un valor adecuado, aún cuando fuera agregado en forma superficial. Para rendimiento, los valores más altos de eficiencia se alcanzaron mediante la combinación de 20 kgP, 50 kgN y 15 kg Sha-1. Es evidente que el óptimo para rendimiento se alcanzó con una combinación de nutrientes y dosis diferente que en el caso de MSeca.

    Conclusiones:
    En el ensayo del año 2006, se determinó un efecto positivo del N chorreado sobre la producción de Mverde, MSeca y los rendimientos de raigrás. El N foliar incrementó la producción de Mseca, y el S produjo el mismo efecto sobre la producción de grano. De acuerdo con los resultados observados en este ensayo, micronutrientes como B no parecerían ser aún limitantes en la productividad de esta especie.

    En 2007, se observó una respuesta lineal al N chorreado al suelo en producción de materia seca, en todo el rango de dosis aplicado. Igualmente, se visualizó una tendencia no significativa, en el caso de la dosis menor de este nutriente. El S mejoró la producción de MSeca y rendimiento a la dosis de N50, y el P incrementó estas dos variables en un 7,5 y 6 %, respectivamente, aunque para ambos nutrientes estas diferencias no fueron significativas. De este modo, la combinación óptima para producción de MSeca habría sido de P20 N100 y para rendimiento de P20 N50 S15.

    Como sucediera con otras gramíneas, el raigrás demostró una elevada capacidad de respuesta a una mejora en la fertilidad nitrogenada y nitrógeno-azufrada, tanto en producción de Mseca como de grano destinado a la producción de semilla.