La inseguridad alimentaria en el país alcanza el 21,1% y en niños llega al 24,5%, relacionada a la nutrición, pocos alimentos y baratos, y raciones pequeñas, indicó Alfredo Kasdorf en el marco del 1° Foro para el Futuro de la Agricultura (FFA) bajo el lema “Sustentabilidad y Seguridad Alimentaria”.

En Argentina, el riesgo alimentario en los hogares es de 15,9%, lo que implica que al menos un miembro de la familia experimentó hambre.
 
Los países que integran el Consejo Agropecuario del Sur (CAS) son los responsables de producir los alimentos que se consumirán en todo el mundo: “La región conformada por los países del CAS produce alimentos que contribuyen a sostener la oferta mundial. Sus aportes permiten reducir considerablemente el desbalance producido entre producción y consumo acumulado de los principales granos”, manifestó Alejandra Sarquis, representante en Chile del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) y Secretaria Ejecutiva del Consejo Agropecuario del Sur (CAS).

“En este marco adquiere relevancia la identificación y puesta en práctica de políticas que permitan reducir la vulnerabilidad al cambio climático y la variabilidad, y que se integren a las políticas públicas de desarrollo rural”, puntualizó.

La apertura del Foro estuvo a cargo de Antonio Carlos Guimaraes, Director de la División Protección de Cultivos de Syngenta para América Latina, quien manifestó que "en el 2050 habrá 9.000 millones de personas en el mundo, por lo que existirá la necesidad de aumentar la producción de alimentos y para lograrlo la innovación será fundamental”.

Asimismo agregó: “Hay que conciliar el uso y la preservación del medio ambiente. La visión actual se basa en la seguridad alimentaria a partir de tres dimensiones: la innovación, el cuidado de los recursos naturales y la asociación entre el sector público y las empresas, que deberán aumentar la productividad en un 70%”.

Luego, Ernesto Ambrosetti, jefe del Departamento Económico de la Sociedad Rural Argentina (SRA), agregó que para el 2025 se estima que habrá 0.17 hectáreas por persona para producir alimentos, lo que equivale a un cuarto de cancha de fútbol, por lo cual habrá que trabajar en tecnología intensiva y en el manejo adecuado de cultivos. 

Para cerrar, alertó sobre la situación de la pobreza extrema y el hambre en el mundo: “La prosperidad no se hereda, se crea. La ventaja competitiva de las naciones no surge de los recursos naturales ni del tipo de cambio sino que se genera del espíritu innovador de su gente”.

Sustentabilidad, compromiso e integración

El segundo bloque abordó el tema Sustentabilidad en la Producción y Comercialización de alimentos. El primero de los expositores fue el Ing. Patricio Ocampo, Gerente Divisional de Costos de Walmart, quien indicó las acciones que su compañía desarrolla en pos del cuidado del medio ambiente y cómo dedican esfuerzos para capacitación de proveedores y personal con el fin de crear conciencia en cada uno de los eslabones de la cadena de trabajo. Para Ocampo, la sustentabilidad impacta en el negocio en forma positiva, hay ahorro en costos, mayor eficiencia y competitividad. Según Ocampo, el criterio de trabajo es en red entre Walmart, proveedores y expertos. “Es el corto plazo versus el largo plazo. La rentabilidad no se sostiene a largo plazo si no se trabaja en forma sustentable”.

Luego Cecilia Rena, Gerente de Estrategias Institucionales de Sustentabilidad del Grupo Arcor, explicó cómo la empresa busca fortalecer la sustentabilidad del negocio y consolidar su gestión transversal para los próximos años. “Desde su nacimiento, la visión de la compañía ha sostenido que el progreso económico va de la mano del desarrollo social y de la preservación de los recursos del planeta”, afirmó Rena.
“Las plantas de la empresa están en localidades pequeñas que han crecido de la mano de la compañía, y el lema de Fulvio Pagani, fundador de Arcor, es: “Debemos construir un negocio exitoso en comunidades que también lo sean”.

Más tarde fue el turno de Leonardo Lima, Director Corporativo de Mc Donald’s, quien expuso sobre el desafío de cambiar el modelo mental: “El desafío verde nace del pensamiento individual; cada uno debe hacer su parte y luego todos en conjunto. Nuestra gran preocupación es ofrecer comida segura, por eso la calidad es clave y eso lo trasladamos a nuestros proveedores. Actualmente estamos transformando las bocas de expendio, en Brasil ya tenemos los primeros restaurantes verdes donde se ahorra un 40 % en el consumo de agua y 30 % de energía.

Para finalizar, Cristianne Close, Gerente de Food Security Agenda para América Latina de Syngenta se refirió a la integración en pos de la sustentabilidad y manifestó: “Entendemos como sustentabilidad que los alimentos sean sanos y saludables, en cantidad y precio”. El desafío futuro es atender una mayor demanda alimentaria y el rol de la agricultura será el de lograr mayor productividad y menores precios para alcanzar un nuevo nivel de equidad en la distribución de los alimentos.

Hoy se alimentan cuatro personas por hectárea, en el 2050 serán siete personas por la misma hectárea. Según explicó: el modelo de sustentabilidad de Syngenta en el mundo es el de la seguridad alimentaria. “A nivel local se ha lanzado la tecnología Plenus en soja, un ejemplo de sustentabilidad ya que reduce costos, tiene menor impacto ambiental y mejora la productividad del cultivo. Lo mismo sucede con el programa Trigo Calidad Syngenta, y además capacitamos a horticultores para la producción premium”.

El mundo sustentable

El tercer panel planteó si es posible  la alimentación del mundo con prácticas sustentables. Participaron de este espacio Frederik Vossenaar, Consejero Agrícola del Reino de los Países Bajos; Bivanilda Almeida Tapias, Consejero Agrícola de Brasil y Sebastián Bigorito, Director Ejecutivo del Consejo Empresario Argentino para el Desarrollo Sostenible (CEADS). Con respecto a esta premisa, Frederik Vossenaar sostuvo que los europeos hoy valoran comprar en supermercados que tengan prácticas sustentables, y eso marca una tendencia y una oportunidad.

Por su parte, Bivanilda Almeida Tapias explicó que su país se ha comprometido con las prácticas sustentables, a tal punto que dispone de varios millones de dólares para el

financiamiento de los agricultores y una importante suma para financiar proyectos que reduzcan gases de efecto invernadero. “Además estamos trabajando en un subsidio del 5 % en la tasa de interés para quienes llevan adelante producciones sustentables y estamos ocupándonos de cambiar los estándares de tolerancia a micotoxinas”.

Al respecto, Sebastián Bigorito, de CEADS, comentó que desde el año ‘92 hasta hoy ha habido un cambio cualitativo y cuantitativo por parte de las empresas en lo que hace a la sustentabilidad. “Hoy es redundante hablar de desarrollo sustentable, el desarrollo debe ser implícitamente sustentable.

A través de los mercados, las regulaciones y la presión demográfica, los productores se van a ver atraídos a sumarse porque la sustentabilidad es negocio a largo plazo”. Los tres paneles fueron moderados por el Lic. Gustavo Idígoras, ex Consejero Agrícola de la Argentina ante la Unión Europea.

Un cierre reflexivo

Sobre el final de la jornada llegaron las palabras reflexivas de Félix Peña, Director del Instituto de Comercio Internacional de la Fundación Standard, quien afirmó que si bien la sustentabilidad implica largo plazo, también es cierto que hoy es tremendamente difícil tener una visión a futuro, ya que se torna muy complicado imaginar el mundo dentro de 30 años. “Está relativamente claro que

dentro de 30 años el mundo será un mundo donde los trabajadores y consumidores serán los protagonistas, con más proximidad y con mayor diversidad cultural, religiosa, étnica, de poder y de capacidad económica, lo cual puede dar como resultado desigualdad, y según la historia, esto puede generar conflicto.

En el futuro los consumidores serán más inteligentes y exigentes, aunque si hay desigualdad habrá más competencia por el alimento. Por eso, desde el punto de vista de la producción, se debe ir escalando las cadenas de valor agregado para lograr productos diferenciados e inteligentes”.

También Antonio Aracre, Director de la División Semillas de Syngenta para América Latina, presentó sus conclusiones y comenzó por preguntarse qué propuesta podemos tener para resolver el dilema de sustentar la producción de alimentos y así garantizar la alimentación de un mundo que crece cada día más, particularmente en países emergentes como China e India.

“Países como Argentina y Brasil, en su rol de grandes productores y exportadores de materias primas y alimentos, tendrán un rol clave para resolver este dilema. Muchas empresas como la nuestra son conscientes de esta situación y se han puesto a trabajar para articular y ofrecer nuevas soluciones. No podemos pensar en producir alimentos de la misma manera que lo hacemos hoy, en las cantidades que se logran hoy, para una

población mundial de 9.000 millones de personas, hay que cambiar los modos de producción y los hábitos de consumo. Si no proponemos tecnologías sustentables, el mundo no será viable”, afirmó Aracre. Según su visión, la innovación tecnológica para el desarrollo de la agricultura será el insumo básico de la industria alimenticia. 

El cierre del Foro estuvo a cargo del Secretario de Agricultura, Lorenzo Basso, quien le dio prioridad al desarrollo de la biotecnología y destacó que en el último año la gestión de su cartera  aprobó cuatro eventos, lo que indica una decisión y política férrea de avanzar en este sentido.  También comentó que desde su Secretaría están enfocados en una campaña muy fuerte de promoción de buenas prácticas agrícolas. Por otra parte mencionó que en 2011 van a trabajar para ponerle un sello a la agricultura argentina: “Nuestro país tiene que desarrollar una marca país para su agricultura.  Será nuestra  forma de vender y promocionar nuestra producción en el exterior”, concluyó Basso.