Las materias primas agrícolas, en especial la soja, arrancaron el año con altos precios. En ese marco, en Rosario, la soja con entrega en mayo tocó ayer su máximo valor histórico, al alcanzar u$s 358 la tonelada. Y aunque posteriormente cerró un escalón abajo de u$s 350 por la misma cantidad, los valores siguen siendo de los más altos en los últimos tres años como consecuencia de la preocupación por los daños que tenga la producción gruesa final, por la sequía.

Según comentó el gerente del Rofex, Ismael Caram, los contratos se movieron en los valores más altos de los últimos 15 años, y se ubican por encima del anterior récord, de u$s 351 la tonelada mayo, alcanzado el 3 de marzo de 2008, apenas días antes de que se anunciaran las controvertidas retenciones móviles que derivaron en el prolongado conflicto de cuatro meses entre el Gobierno y el sector agropecuario.

La oleaginosa disponible también rompió una nueva marca histórica, al ubicarse entre $ 1.450 y $ 1.480 la tonelada. Hubo negocios por 8.000 toneladas a los mejores precios, de acuerdo a la consignado por la Bolsa de Comercio de Rosario.

En Chicago, en tanto, las cotizaciones internacionales arrancaron el primer día del año en alza, con la soja llegando a u$s 511 la tonelada para mayo, aunque el cierre la encontró dos dólares por debajo ante una toma de ganancias por expectativas de que en los próximos días se registren lluvias en las zonas productivas argentinas, que minimicen el impacto de la sequía en la producción oleaginosa local. Anoche, en la rueda continua, los futuros de Chicago volvían a ubicarse por encima de u$s 510.

El factor climático en América del sur, y particularmente en la Argentina, se constituyó en las últimas semanas en clave para la evolución de los precios y para posicionar a la soja en los mayores valores desde agosto de 2008.

En ese marco, los Consorcios Regionales de Experimentación Agropecuaria (Crea) lanzaron ayer un �alerta naranja� por los efectos del fenómeno La Niña en las producciones de soja y maíz, que estarán disponibles desde marzo, y que para los expertos atraviesan una situación límite por la falta de lluvias.

La ola de calor y las lluvias que en los últimos 2 meses de 2010 fueron 72% inferiores a las normales constituyen un foco de preocupación, que podría diezmar entre 20% y 40% las producciones finales de esta cosecha gruesa. En ese marco, la producción sojera, que se preveía podía ser de 52 millones de toneladas, puede caer a entre 48 millones y 43 millones de toneladas.

Aunque se prevén lluvias para hoy y mañana en varios puntos de la región productiva, las reservas de agua útil en las distintas regiones marcan una importante caída respecto del año previo, con lo que la baja en los rendimientos finales de soja y maíz puede ser mayor a la prevista.

Por su parte, el secretario de Agricultura, Lorenzo Basso, el subsecretario de Agricultura, Oscar Solís, y el director del Instituto de Investigación de Clima y Agua del INTA, Pablo Mercuri, y la titular de la Oficina de Riesgo Agropecuario (ORA), Sandra Occhiuzzi, analizaron ayer las reservas hídricas en las diferentes regiones productivas.

Según los informes oficiales, el área más afectada es la zona núcleo de la región pampeana, para la que se prevén lluvias en las próximas jornadas. Por eso, las autoridades nacionales prefirieron aguardar unos días más para tener �una evaluación más adecuada del desarrollo de los cultivos.