La exposición del Bicentenario siguió ofreciendo, en la semana que pasó, muchas posibilidades de capacitación para los miles de productores que la visitan a diario. Y uno de los focos centrales estuvo puesto en cómo aumentar la productividad.

En este marco, se realizó la Tercera Jornada del Foro de Genética Bovina, integrado por representantes de la Sociedad Rural, de la Cámara Argentina de Biotecnología de la Reproducción e Inseminación Artificial y de las principales asociaciones de criadores de nuestro país.

El evento giró en torno a la posibilidad de incrementar la productividad del rodeo bovino actual en base a la aplicación de distintas tecnologías disponibles. Se destacó, en esta oportunidad, a los planes de cruzamiento entre razas como una alternativa a tener en cuenta.

“Ante la crisis (en cuanto a los índices de productividad) que la producción vive en la actualidad, los ganaderos ven la necesidad de mejorar la fertilidad y el ritmo de crecimiento de los animales. Los cruzamientos son una herramienta interesante en este sentido, sin dejar de lado las evaluaciones genéticas y los procesos de selección dentro cada raza”, explicó Carlos Mezzadra, del INTA Balcarce.

En este sentido, el ingeniero agrónomo brindó a los participantes de la jornada un panorama teórico respecto de las ventajas de la técnica y la utilización del vigor híbrido de los bovinos, destacando la importancia de la complementariedad entre razas para lograr buenos resultados.

“Si bien determinados cruzamientos pueden aumentar la productividad en los rodeos de cría y facilitar el engorde, previo a su uso se deben determinar los aspectos que puntualmente se pretende optimizar y pensar en la mejor combinación para tal fin”, agregó.

De amplia difusión en las décadas del 70 y 80, esta estrategia productiva comienza a ser considerada nuevamente por los productores, que perciben los resultados positivos de su utilización.

“Cuanto más lejanos son los animales desde el punto de vista genético, mayores serán los resultados que podemos esperar. Por ejemplo, a partir de la cruza de las razas británicas con índicas se vislumbran incrementos cercanos al 20% en cuanto a crecimiento y niveles similares en fertilidad. Esta situación es obviamente superior al 5% de aumento que se produce con las razas británicas entre sí, o el 10%, entre británicas y continentales”, explicó Mezzadra.

En definitiva, esta técnica plantea la posibilidad de elevar los pesos de faena y mejorar la conformación de masa muscular, entre otros aspectos de interés económico y productivo. Son temas que deberían ser tenidos en cuenta al momento de decidir, por ejemplo, un sistema de engorde.

Una vez culminadas las exposiciones, la ronda de preguntas fue también interesante. Muchos de los interrogantes estuvieron orientados a los planteles del NOA y el NEA donde, más allá del predominio de Braford y Brangus, haciendo referencia a la posibilidad de incrementar los resultados productivos actuales a partir de la cruza de ambas razas.

“Se están llevando adelante estudios que demuestran la viabilidad de esta alternativa”, agregó Mezzadra, quien, por último, planteó algunas diferencias entre los modos en que los cruzamientos pueden llevarse a la práctica.

“El modelo más sencillo y que requiere menor compromiso intelectual y organizacional es el terminal. Allí se cruza a los toros con las vacas receptoras, para luego comercializar los terneros o novillos en el mercado. Por otra parte, la técnica se puede emplear entre razas compuestas que ya cuentan con cierto vigor híbrido y obtener el beneficio total de la complementariedad”, explicó.

El tema quedó planteado y Clarín Rural consultó al especialista del INTA Balcarce Daniel Rearte, quien destacó las ventajas de la técnica, pero amplió la información en cuanto a los momentos y lugares en donde se pueden esperar los mejores resultados.
“Si bien es real la posibilidad de incrementar la producción de carne a partir de dos razas puras con vigor híbrido, el cruzamiento es realmente importante en zonas en las que se detectan problemas productivos, como pueden ser la semiárida, la del trópico o el subtrópico del país”, sostuvo. Allí, la ganadería está creciendo fuerte.

Reconociéndola como una herramienta más para los ganaderos que deseen lograr animales más pesados, un destete mejor y mayores ganancias de peso, Rearte destacó algunos puntos que deben ser tenidos en cuenta antes de tomar una decisión de este estilo.

“Los cruzamientos tienen sentido en aquellos establecimientos que ya cuentan con rodeos organizados. Si tenemos un campo en el cual los servicios no están estacionados, ni se aplican correctos planes sanitarios a partir del asesoramiento de un médico veterinario y en donde contamos con menos del 70% de destete, la técnica no nos va a servir. Por el contrario, solo será factible de ser implementada una vez que todas estas variables básicas hayan sido solucionadas”, indicó

Otro de los especialistas consultados fue el coordinador de ganadería de AACREA, Fernando Canosa, quien comentó que una de las limitantes que evidenciaba en el pasado esta práctica, en la región pampeana, ha sido la necesidad de contar con un determinado número de cabezas por establecimiento, para que la estrategia sea económicamente viable.

“Pero el avance en la implementación de las inseminaciones a tiempo fijo podría, de algún modo, modificar esa tendencia”, explicó.
Además, agregó que “no hay dudas de que en una ganadería que tenga previsibilidad hacia adelante, técnicas como la de los cruzamientos tendrán un alto impacto productivo en todas las regiones del país”.

La productividad continúa siendo un tema clave sobre el cual los distintos eslabones de la cadena de ganados y carnes se encuentran debatiendo en la presente edición de La Rural. Y ese es el camino que hay que recorrer.