La intención de siembra de soja en Tucumán (296.220 ha) y zonas de influencia (156.650 ha) es similar a la de la campaña anterior. Estas estimaciones dependen de las condiciones ambientales que se presenten.

PRIMEROS PASOS. La campaña de soja 2009/2010 comenzó con la siembra de las semillas, que darán paso al desarrollo del cultivo y posterior cosecha. LA GACETA

La intención de siembra del cultivo de la soja para el presente año agrícola (2009/2010) en Tucumán y zonas de influencia sería similar al de la campaña pasada, la cual presentó una superficie de 296.220 ha con esta oleaginosa en Tucumán y 156.650 ha en las zonas de influencia (oeste santiagueño y sudeste catamarqueño).

Estos guarismos están supeditados a cómo se presenten las condiciones ambientales que se sucedan hacia adelante, ya que si se producen situaciones adversas, es probable que se produzca una disminución de siembra de soja.

Esto podría traducirse en un posible aumento de la superficie sembrada con poroto, especialmente en la franja oriental del área sojera.

Estas afirmaciones están incluidas en un informe elaborado para LA GACETA Rural por el Programa Granos de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (Eeaoc) de Tucumán, a cargo de Mario Devani.

En forma conjunta con los ingenieros José Sánchez y Fernando Ledesma, los investigadores sostuvieron que la implantación del cultivo de la soja en esta campaña se encuentra en sus inicios, mostrando un cierto retraso en comparación con años normales.

Esto se origina por una demora en el ciclo de lluvias estivales, las cuales, con sus aportes, reponen el agua del perfil del suelo.

Heterogeneidad

En este sentido, la situación general del área sojera de la provincia y zonas de influencia no es satisfactoria, ya que los aportes hídricos hasta el lunes pasado fueron menores a los registrados en campañas anteriores, comparando el mismo período.
Si bien en esta última semana se produjeron lluvias y lloviznas, que además generaron demoras en el normal desarrollo de la etapa de siembra, en la mayoría de las situaciones los aportes no fueron significativos, salvo situaciones absolutamente particulares.
Se puede apreciar una gran heterogeneidad en la distribución de la humedad en los perfiles entre las distintas zonas e, incluso, dentro de un mismo lote (esto se ve agravado si el lote sufrió la quema de sus rastrojos).
En general, la reposición de humedad del perfil, como ya fue mencionado anteriormente, no es la óptima, registrando valores en la zona sojera del norte-este de la provincia de alrededor de 35 a 60 cm con agua, encontrándose los suelos secos por debajo de esta profundidad.
Por otro lado, la situación de la zona sojera sur de Tucumán, en la mayoría de los casos, es un poco mejor si la comparamos con la anterior, debido a que recibió un aporte hídrico algo mayor.
Cabe aclarar que en ambas zonas se presentan algunas situaciones con mayor humedad a la mencionada.

Precauciones

De todas formas, a pesar del panorama descripto anteriormente, y considerando la fecha actual, la sugerencia es avanzar con los "barbechos" para el control de malezas, como así también con las siembras, priorizando los lotes con antecesor maíz o sorgo, ya que por la época del año es de esperar que se registren nuevos aportes hídricos que permitirán reconstituir definitivamente la humedad del perfil.
En relación con el esquema varietal, por el momento no debería presentar cambios respecto del planteado inicialmente por el productor, el cual obedece a la oferta ambiental del establecimiento-lote (ubicación latitudinal, tipo de suelo, nivel de rastrojo, antecesor, etc.).
Mientras se espera la normalización del ciclo de lluvias y que se regularice la siembra 2009-2010 de esta oleaginosa, se recomienda prestar especial atención al "curado de semilla" (para protección de hongos e insectos de suelo), y ajustar la densidad de siembra de acuerdo con la calidad de la semilla con que se cuenta.
Esta recomendación tiene que ver con que en muchos casos se observó una disminución en los valores de energía y poder germinativo de la semilla en el tiempo, llevando en algunas situaciones a descartar algunos lotes semilleros, enviándolos a consumo.

Barbechos químicos

Los barbechos químicos son los tratamientos herbicidas utilizados en el período comprendido entre dos cultivos de verano. El objetivo final radica en controlar las malezas y acumular agua y nutrientes para que sean aprovechados por el cultivo posterior. Esa es la principal función de los barbechos. Y como se puede observar, es de suma importancia. Los barbechos químicos más comunes incluyen herbicidas a base de Metsulfurón o Dicamba en mezclas con Glifosato.
Dichos tratamientos normalmente se realizan con malezas de gran porte, las cuales consumen tanto el agua disponible como los nutrientes. Por ser tratamientos de corta residualidad, después de los 60 días de aplicado los lotes comienzan a enmalezarse.
Los barbechos cortos son aquellos que se preparan días antes de la implantación de cultivo, y los largos son los que se comienzan apenas se realiza la cosecha.