El girasol, el segundo cultivo oleaginoso en importancia del país, tendrá este año la peor campaña en cuatro décadas, como consecuencia de la prolongada sequía, que recortó drásticamente las previsiones de siembra del grano, y los bajos precios recibidos por el producto que desalentaron la elección del cultivo.

La Bolsa de Cereales de Buenos Aires estimó ayer que se sembrarán con girasol apenas 1.300.000 hectáreas, 8,5% menos que los cálculos que se barajaban hace apenas una semana.

De esta forma, la previsión de área sembrada con girasol para la campaña 2009/10 será la más baja de los últimos 40 años, incluso por debajo del anterior piso de implante: 1.341.900 hectáreas en el ciclo 1973/74.

Si los guarismos de la Bolsa terminan haciéndose realidad, cuando el avance de la siembra está en torno al 97%, la Argentina estará frente a una campaña girasolera 44% inferior al ciclo previo. Y podría tener impacto directo en los precios pagados al productor y en los valores de los derivados en el mercado interno, como el aceite.

Hasta ayer, se habían sembrado con girasol 1,25 millón de hectáreas, con un avance intersemanal de 17,7 puntos porcentuales, y 2% de retraso respecto del ciclo previo.

En su panorama agrícola semanal, la Bolsa de Cereales alertó que resulta “muy posible que el remanente a sembrar no pueda cumplirse en su totalidad, dado que queda un estrecho margen de tiempo (para sembrar) y en ese lapso debería haber lluvias importantes”.