
Sobre los precios agrícolas pende una alerta.
El dólar sigue en baja.
Entre el martes y el miércoles perdió, en el mercado doméstico oficial, casi un 6%.
Nada asegura que esta tendencia se interrumpa.
Lo más probable es que se mantenga en este nivel (venta $1.160) o que continúe la baja.
Las razones para que así sea son varias.
1. El superávit fiscal es una regla de oro.
2. El fuerte desembolso inicial, por parte del FMI, de USD 12.000 millones que recibió el BCRA este martes.
3. Las reservas brutas aumentaron en u$s1.813 millones hasta los u$s38.612 millones, luego de concretarse el desembolso de u$s1.500 millones por parte del Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF), una de las cinco instituciones que integran el Grupo del Banco Mundial.
4. Los dos reclamos de EE.UU. para avanzar en el acuerdo a fin de reducir el nivel de aranceles del 10% se cumplieron: la flexibilización del cepo cambiario y la apertura a la importación de bienes de capital usados.
5. La visita del secretario del Tesoro de EE.UU. con el consecuente apoya muy explícito.
6. La suba de la tasa de interés interna que incentiva la demanda de pesos, en un contexto de cierre en la emisión de dinero.
7. La estacionalidad, bajo la amenaza de terminar con la reducción de los DEX, de la oferta de los principales granos, con la cosecha avanzando.
8. El carry trade en acción, al menos por unos meses.
9. La credibilidad en el programa económico que no se ha debilitado visiblemente.
Con este cuadro, los precios no deberían mejorar, demasiado.
En todo caso, la mejora podría provenir de los precios internacionales.
El dólar con relación a las demás monedas en el mundo volvió a caer, víctima de la confianza tras la agitación comercial de la Administración Trump.
La guerra comercial sacude la confianza de los inversores en la moneda de reserva mundial.
Ello ayuda como sostén de los precios internacionales de los granos.