Hagamos un poco de historia. La más reciente, de Brasil, país que golpea decisivamente en nuestro comercio exterior.

El real brasileño se devaluó casi 28% durante el año 2024, con una depreciación más marcada en los últimos dos meses del año pasado.

Así las cosas, Brasil se volvió más barato en dólares y el precio internacional de productos como la soja y el maíz acusaron el golpe, ciertamente positivo.

Verdaderamente, 2024, un mal año…

Sin embargo, desde su mínimo a mediados de diciembre, esta moneda ha comenzado a repuntar y, por lo que se ve, de manera sostenida.

Tal apreciación es multicausal.

LA suba de la tasa de la política monetaria, sumado al escenario internacional relativamente más favorable, convierte a este mercado vecino más atractivo.

Además, se nota una mayor confianza de los inversores en el nuevo presidente del Banco Central (BCB), Gabriel Galípolo.

La depreciación continua durante el año 2004 ha sido causa de una baja pronunciada en el nivel de vida de los brasileños.

Es casi una ley: toda devaluación tiende a reducir el salario real.

Para nuestro país, este proceso, iniciado a mediados del mes de diciembre, es una buena nueva.

Frente a la apreciación de la moneda argentina registrado en los últimos meses, el fortalecimiento del real es una excelente noticia pues evita un mayor atraso multilateral comparado con el principal socio regional.

¡En buena hora!