La incorporación de probióticos en la dieta de los bovinos está marcando un antes y un después en la producción ganadera. Estos microorganismos no solo optimizan la digestibilidad de los nutrientes y fortalecen el sistema inmunológico, sino que también facilitan la implementación de prácticas sostenibles mejorando los resultados económicos.

La producción ganadera se enfrenta a diversos factores de estrés, como el destete, el transporte, los cambios en la dieta y las condiciones climáticas adversas, los cuales pueden derivar en un mayor riesgo de enfermedades y una menor eficiencia alimentaria. Frente a este desafío, los probióticos emergen como aliados estratégicos para prevenir problemas sanitarios y potenciar la productividad.

Diversos estudios han comprobado que el uso de probióticos reduce el riesgo de enfermedades intestinales, incrementa la eficiencia alimentaria y promueve el crecimiento saludable de los animales. Estos microorganismos seleccionados, al ser ingeridos, proliferan en el tracto digestivo y liberan enzimas que descomponen la fibra, mejorando la absorción de nutrientes. Melina Briosso, responsable comercial de Novonesis, agrega: “Además, compiten con bacterias perjudiciales, refuerzan la barrera intestinal y contribuyen a mantener la sanidad general del animal”.

Un ensayo en un feedlot de la provincia de Buenos Aires reveló un incremento de 9 kilos por animal en el grupo tratado con Bovacillus, la formulación utilizada junto al alimento. Esto, en un establecimiento con 1000 animales, equivaldría a la producción adicional de 20 novillos. Además, los beneficios de los probióticos no se limitan a la ganancia de peso. En terneros suplementados en un campo de cría, se registró una reducción del 42% en los casos de diarrea neonatal y una disminución de más del 50% de neumonía.

Por otra parte, el impacto positivo de los probióticos también involucra el aspecto ambiental. Al mejorar la eficiencia alimentaria y reducir los problemas digestivos, pueden disminuir las emisiones de metano, un gas de efecto invernadero asociado a la digestión del ganado. Esto los posiciona como herramientas clave en la transición hacia una ganadería más sostenible.

En conclusión, el uso de probióticos se presenta como una estrategia esencial para enfrentar los desafíos actuales del sector ganadero. Su capacidad para promover prácticas más sostenibles y mejorar los indicadores productivos convierte a estos microorganismos en un pilar fundamental para garantizar la sanidad animal y la rentabilidad del negocio ganadero.