Brasil tiene problemas. Serios. Y ellos afectan la economía argentina y acentúan el problema del tipo de cambio que rige las operaciones con el exterior.
Entre ellas, es durísimo el golpe que asesta a los precios de productos como el maíz y la soja, sobre todo a esta oleaginosa en un contexto de sobre oferta global.
Concretamente, ¿a qué nos referimos?
La economía brasileña sufre un terrible desgaste fiscal que, a su vez, promueve temor sobre el devenir y, en consecuencia, los capitales están huyendo en estampida.
El déficit fiscal se acerca a 10% del P.B.I.
El contexto es frágil: las dudas de los operadores sobre el plan económico para contener el tremendo gasto público siguen en aumento.
En tanto las inversiones siguen escapando del país, el Gobierno brasileño culpa a la (supuesta) especulación en curso. Es una película que los argentinos hemos visto en reiteradas ocasiones.
Este cuadro presiona a la baja del valor del real brasileño respecto al dólar y a las demás monedas.
Vale la pena mirar con detenimiento el gráfico, donde se muestra la evolución del real desde octubre a la fecha.
La divisa que más se ha depreciado frente al dólar en el año 2024 es el real. Hay una fuerte crisis cambiaria.
El real se devaluaría en el año cerca de 25%. Y la inflación sería de algo menos de 5%.
Es decir que la devaluación, en términos, reales es enorme.
Su origen es fiscal y éste a su vez es la semilla de caída abrupta caída de la confianza.
Para detener esta crisis cambiaria, el Banco Central ha debido vender cerca de 21 mil millones de dólares en reservas desde la semana pasada, casi el 6% del total.
En lo que va de diciembre, el Banco Central aplicó la mayor intervención cambiaria de toda la historia de Brasil: alrededor de 26 mil millones de dólares.
Cada vez que real se abarata, los productos brasileños de exportación se hacen más competitivos y simultáneamente los argentinos se hacen más caros en el mundo.
Ello induce a una baja de la soja y el maíz en el mundo. Y Chicago es el mundo.
Además, golpea sobre el tipo de cambio en nuestro país.
Cuando el real se devalúa, se ejerce una presión el peso argentino para que éste se deprecie.
Recordemos lo sucedido en la Convertibilidad.
En enero de 1999, el gobierno de Brasil permitió la libre flotación del real y así se produjo una fuerte devaluación. El dólar pasó de 1,21 reales a 2 reales.
Este cuadro detonó la crisis cambiaria en la Argentina que finalizó con la traumática devaluación del peso en enero de 2002.
El panorama es más que preocupante, sobre todo porque los indicadores se muestran a favor de que la devaluación continúe en Brasil.
Comenzamos el año, con angustia. Que este sentimiento nos empuje a redoblar esfuerzo y trabajo…